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"¿Por qué hago esto?"

Steve exclama hacia ti en un tono demandante y a la vez exagerado, siempre es así igual de dramático y eso te causa risa, lo que básicamente es la meta de Steve cada día.

"Porque eres mi mejor amigo y no podría hacer esto sin ti"

Le dijiste mientras seguías pintando en el lienzo.

Steve sostenía lo que era una réplica barata del tridente de Poseidon, su otra mano estaba en su cintura mientras su pie estaba encima de una caja. Siendo como resultado una pose bastante heroica según tú perspectiva.

Pintabas sólo por diversión pero eras bastante buena en ello y aunque Steve se quejara estabas segura que también amaba estar quieto mientras hablaba cosas sin sentido, era una diversión para los dos.

Llevabas meses intentando terminar esa pintura pero de algún modo algo sucedía y tenía que parar o Steve se tenía que ir para cuidar a sus mocosos -como él los llama-

"¡Steve!" Gritaste tan fuerte que Harrington saltó en su lugar y puso el tridente como arma de defensa, sus ojos abiertos a tope te hicieron reír. "Lo siento, es que te moviste un centímetro"

Steve exhaló mientras rodaba sus ojos. Si, eras demasiado perfeccionista. Él volvió a su posición inicial y acomodó de nuevo su cabello hacia atrás.

Se suponía que Poseidon según mitos, era musculoso y lleno de tanto poder que se reflejaba en sus poses o acciones. Pero la pintura que hacías no era reflejar algo físico, sino la personalidad.

Y por eso elegiste a tu mejor amigo. Era delgado, con algo de músculo pero funcionaba bien para proyectar lo que querías.

"¿Cuanto tiempo llevamos así de todos modos?"

Steve habló y giraste para ver el reloj.

"Mmm, cuatro horas"

"¡¿Cuatro horas?! ¿Y así de tranquila me lo dices?" Steve de inmediato dejo su pose y arrojo el tridente al sillón. "Joder, joder, joder"

"¡Hey! No te di permiso para que te movieras. Trae tu flaco trasero aquí, en este momento Harrington"

"Lo lamento T/N. Tengo una cita en... 5 minutos y ni siquiera estoy presentable"

Detuviste tus acciones, mordiendo tu labio inferior.

"¿Una cita?"

Hablaste con voz suave, tratando de que no se notara la decepción filtrándose por todos tus poros.

"Si, ella... la veré en la cafetería del centro. Dios, ya voy tarde. Adiós T/N"

Y se fue con un estruendo como marca de que estuvo contigo durante cuatro horas en tu habitación.

Miraste la pintura y luego el pincel en tu mano. Apretaste con fuerza y una lagrima rodó por tu mejilla.

Steve nunca pudo ver tus intenciones más allá de ser amigos. Se lo dijiste de todas la maneras posibles, todos lo sabían ya menos él. -bueno, no todas las maneras posibles, siempre fueron indirectas- creíste que podía descifrarlo como lo hicieron los demás.

Debiste suponer que el imbecil que elegiste de mejor amigo era tan iluso e ingenuo como tú en algunas situaciones.

Rápidamente te recuperaste y dejaste el pincel en su lugar con lentitud, llevaste el lienzo hasta la esquina de tu habitación para luego caminar en dirección a tu cama donde te acurrucaste.

Steve Harrington•Billy Hargrove  ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora