Capítulo 16

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Anteriormente...

El dolor volvió a disminuir, y mi corazón me dio un poco de tregua casi al instante, permitiéndome respirar hondo.

―Eso es ―Steve apretó mi mano―. Tengo que hablar con Visión, si necesitas algo o te sientes mal grita cualquiera de nuestros nombres.

―Sí, claro... porque eso no os provocará un infarto... ―suspirando cerré los ojos.

Iba a ser un viaje largo, incómodo y doloroso.

Al menos Pepper volvía a casa. 



Debí de quedarme dormida, porque cuando volví a abrir los ojos ya no estaba en el jet, sino en la enfermería del complejo. Y me sentía cansada, débil y adormilada. Y nada de eso me gustaba.

Estaba en una de las U.C.I. de la Base, que básicamente consistía en una habitación con un gran cristal en una de sus paredes, desde el que todo el mundo podía observarme. Menos mal que todo el mundo se reducía a los Vengadores y el equipo médico. También había un montón de máquinas alrededor de la camilla y una sola silla en una esquina.

Me habían puesto un absurdo camisón de hospital, y tenía una intravenosa con tres tubos diferentes en un brazo, mientras que una serie de cables que no sabía para que existían estaban adheridos con pegatinas por mi todo mi torso. Además, un par de máquinas pitaban a mi alrededor y tenía una cánula en la nariz, que me ayudaba a respirar.

Genial.

Metí una mano por el camisón y palpé mi costado. No sentí dolor, lo que significaba que estaba muy drogada, y la venda era nueva y diferente. Di por hecho que me habían operado, y que habían encontrado un antídoto.

―Natasha, quien bien que estés despierta. ―Helen entró por la puerta, vestida con su habitual bata y portando una carpeta― ¿Cómo te sientes?

―Cansada... ―murmuré con la voz pastosa― ¿Cuánto he dormido?

―Llegasteis al complejo pasadas las cinco de la tarde. Wanda te había inducido en una especie de sueño que ralentizaba tus sistemas vitales, lo que ayudó a que el veneno no se extendiese. Enseguida te metimos en el quirófano y operamos. Hemos reconstruido tu intestino delgado y demás destrozos ocasionados por la bala con mucho éxito. La cicatriz será mínima y gracias a tu súper suero te recuperarás con rapidez. Y terminando de responder a tu pregunta, son las dos de la madrugada, has dormido unas nueve horas.

―¿Y el veneno?

Sabía que no había hablado de ello por algo. Se acercó a la camilla y suspiró.

―Estamos intentando encontrar una cura, pero todavía no hemos dado con ella. Están todos investigando, hasta han traído a Peter y al doctor Pym.

―¿Y qué me mantiene... con vida?

―El suero que corre por tu sistema, los sueños inducidos de Wanda, y este líquido. ―señaló el gotero. De él colgaban tres bolsas, una transparente, que debía de ser suero, una con sangre, y una con un líquido ambarino― Es un potente antibiótico que solo puede suministrarse en pequeñas dosis, porque aunque elimina las infecciones debilita demasiado el cuerpo y puede llegar a producir fallos en el organismo. En tu caso lo estamos suministrando en grandes cantidades. Te mantiene cansada, pero también hace que el veneno avance mucho más despacio.

―¿Cuántas horas podré aguantar así?

―No estamos seguros...―desvió la mirada a una de las máquinas.

Guerra y pasión || RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora