Guerra y pasión || Romanogers

Capítulo 27

Los diálogos en cursiva están en ruso

Anteriormente...

Tras lo ocurrido en la guerra con Ultrón y los Acuerdos de Sokovia habíamos implantado un sistema de emergencia que alertaba a la población de un peligro inminente y facilitaba la evacuación de los civiles y la actuación de los servicios de emergencia.

—Tenemos dos horas hasta que lleguen —dijo Visión.

—Entonces tendremos que ser rápidos —murmuré—. Preparad los clones, sacar los trajes y prepararos para la batalla.

Tan solo teníamos dos horas. Dos horas. La primera la gastamos en poner a todos al día, reunir el equipo, dar órdenes a los servicios de inteligencia y seguridad y empezar los planes de evacuación de toda la ciudad. Strange levantó salvaguardas alrededor de Manhattan, que la protegerían de ataques aéreos, mientras que T'Challa embarcó en sus propias naves con todos los clones que teníamos en Wakanda. Además, intentamos derribar las naves con misiles de largo alcance, pero de las quince tan solo conseguimos alcanzar cinco de ellas. Las demás, en cuanto vieron el ataque, alzaron un campo de fuerza de color malva que impidió que fuesen alcanzadas.

Carol confirmó que estaban usando la Gema del poder de algún modo.

Bueno, al menos habíamos reducido los clones de trece mil a nueve mil. Pero, aún así, estábamos jodidos. Los agentes de S.H.I.E.L.D. se encargaron en embarcar nuestros mil quinientos clones y distribuirlos por la ciudad. Bendita sea la hora en la que habían pasado la tarde poniéndolos a punto para la batalla. Sin ellos estaríamos más que perdidos.

Pasé una mano por el lector de mi compartimento de la sala de armamento para que se desplegase el armario y los cajones. Todos estábamos ahí, colocándonos los trajes y preparándonos para la batalla. Me trencé el pelo y empecé a sacar una amplia colección de armas de mis cajones, sopesando cuales de ellas debería de llevar al enfrentamiento. Los clones tenían que ser decapitados, quemados o desconectados, por lo que los cuchillos eran la mejor opción. No debía sobrecargarme de peso o perdería movilidad y velocidad, por lo que hacía años que Tony había inventado un pequeño robot que aparecía cuando nos quedábamos sin munición o armamento. Principalmente Clint, Sam y yo.

—Romanoff, tienes un traje nuevo.

La voz de Tony me hizo soltar un puñado de cuchillos en la mesa y girarme a mirarle. El filántropo cargaba con una variante de mi ya conocido traje, pero en color blanco. Los arneses continuaban siendo negros, pero el material del traje parecía mucho más robusto que el de todos los que tenía colgados en el armario.

—¿Qué es esto?

—Un traje antibalas —dijo, colocándolo sobre la mesa que se encontraba en el centro de la estancia y llamando la atención de todos—. Y una forma de diferenciarte del resto tus clones ya que, por lo que sabemos, todas las Clontashas visten tus mismos trajes y color de pelo.

Había llegado a la conclusión de que eso debía de ser alguna clase de burla personal de Madame B. ¿Por qué los demás llevaban trajes grises y no una réplica de las equipaciones reales de los Vengadores?

—¿De dónde lo habéis sacado?

—De Wakanda —dijo Steve, acercándose también a la mesa, seguido de Clint, Bruce y Thor—. Después de tu último baile con la muerte hemos decidido que ya va siendo hora de perfeccionar tu traje.

—Es similar al de T'Challa, hecho de vibranium —explicó Bruce—. No podrán atravesarte con ningún tipo de arma.

Los miré asombrada.