Los diálogos en cursiva son en ruso.
Anteriormente...
—Encontrarás a alguien que te quiera, Bruce, tal y como eres. Pero yo no soy esa persona —le acaricié el dorso de la mano—. Para mí eres como un miembro más de la familia, un amigo, y nunca volveré a verte con los mismos ojos.
—Me alegra saber que pese a nuestra pequeña y conflictiva historia todavía me consideras parte de la familia.
—Por supuesto que sí —me acerqué hasta él—. Y voy a estar a tu lado cada vez que necesites una nana para dejar de vestir de verde.
—Gracias, Nat —me envolvió en un abrazo sincero, nada que ver con el incómodo abrazo en el hangar—. Me alegra ver en la persona que te estás convirtiendo.
—A mí también me alegra, Bruce, a mí también.
Steve me abrió la puerta poco después de haber llamado.
—Hola.
—Buenas noches, señorita —me dejó pasar con una sonrisa. Ya tenía puesto el pijama, que consistía en unos pantalones sueltos de cuadros y una camiseta gris de manga corta.
—¿Ya te vas a la cama?
—Iba a ver alguna serie antes.
—¿Qué estás viendo?
—La sexta temporada de Juego de Tronos.
Sonreí.
—¿Un imprescindible de tu lista?
—Necesitaba saber qué era lo que tenía loca a tanta gente —se acercó a mí—. ¿La has visto?
—Voy al día. De hecho, me he planteado escribir a HBO y pedirles que me dejen saber quién termina ocupando el trono de hierro —sonreí burlona—, solo por si muero antes de ver el último capítulo.
—¿No es eso abuso de poder? —me rodeó con sus brazos y yo coloqué las manos sobre su pecho.
—¿No lo hace Tony una vez a la semana de media? —soltó una carcajada— Creo que merezco hacerlo una vez al mes.
—Entonces deberás de compartir la información conmigo.
—Mmm... me lo pensaré.
—¿Tendré que chantajearte para conseguir la información? —acercó su boca peligrosamente a la mía, pero no me besó.
—Buena suerte si intentas sacarme una sola palabra a la fuerza.
—¿Tú crees? Tengo ciertos métodos que podía usar —besó la comisura de mis labios.
—Me gustaría verlo.
—Sí, a mí también —me mordió la mejilla y yo me aparté riendo.
—¿Vemos Juego de Tronos o qué?
Asintió, devolviéndome la sonrisa.
—Puedo hacer palomitas si quieres.
—Eso sería genial —miré mi ropa, la misma con la que llevaba toda la tarde—. ¿Me dejas un pijama?
—Claro —se encaminó a la habitación, pero le tiré de la gomilla de los pantalones, haciendo que se diese la vuelta.
—Me gusta la camiseta que llevas puesta.
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Guerra y pasión || Romanogers
FanficLa Guerra Civil rompió a los Vengadores. Cada uno tomó un camino diferente, volviéndose fugitivos a ojos de un país que antes les había vitoreado. Pero todo puede resurgir de las cenizas, incluido el pasado. Natasha nunca pensó que terminaría en l...