La luz del sol iluminaba con tal intensidad que era imposible que pasase desapercibido, pero sin embargo Jungkook no era consciente de ello. Las plantas que sus habilidades se habían encargado de crear sin su consentimiento cubrían por completo la única ventana de su habitación, dejando el ambiente en un oscuro un tanto brilloso por los pocos, por no decir inexistentes, rayos de luz que lograban escabullirse entre tanto verde. La habitación estaba en igualdad de condiciones; no había ni un solo rincón que no estuviera cubierto a excepción de la puerta de entrada y la de su baño personal. Su habitación había pasado a ser un conjunto de plantas creciendo y en constante movimiento sin siquiera ser capaz de controlarlo.Observó su antebrazo por tercera vez en los últimos diez minutos y corroboró que era él el causante de todo aquello. Aunque, en realidad, ¿quién más podía serlo si se encontraba solo en la habitación? Llevaba un mes así, desde la última conversación que había tenido con Yugyeom, encerrado en su habitación y con brotes aún más fuertes de descontrol con sus habilidades. Ya no se preocupaba en frenarlos, sin embargo. Su cabeza estaba tan perdida y desorientada que no tenía ni fuerzas ni voluntad para hacer algo al respecto. ¿Sus pesadillas? ¿Cómo podía tenerlas si ya no dormía más de una hora por noche? Su cuerpo estaba demacrado; sus músculos sin fuerza por la falta de sueño y entrenamiento, su organismo desestabilizado por la poca comida que ingería, su rostro siendo total ejemplo de la desolación y el cansancio. Ya nada estaba bien.
Las sesiones con Jimin tampoco ayudaban, y por más que se había convencido de que debía seguir asistiendo para mejorar su condición, ya no lograba hacerlo. Llevaba ya tres días sin presentarse al consultorio del profesional y no estaba en sus planes hacerlo de nuevo; no ayudaba, o por lo menos así lo veía ahora que tenía tantos pensamientos enredados dentro de su cerebro chocando una y otra vez en su cabeza.
Las palabras de Yugyeom habían estado presentes día tras día, segundo tras segundo durante el último mes, carcomiéndolo lentamente. Había investigado y leído todos y cada uno de los libros que creyó que tendrían alguna información o idea de sobre lo que le había dicho el verde, pero lo único que consiguió fue que su frustración y miedo crecieran en potencia, convirtiéndolo en lo que era a día de hoy. Había sido un mes duro, no solo para él, sino para todos. Incluso Hoseok se había visto perjudicado cuando, en un encuentro de rutina, el morado le había gritado y casi amenazado utilizando el fuego.
En conclusión, todo se le había ido de las manos.
Lo único que lograba hacer siendo consciente era mirar su maleta ya terminada reposando junto a la puerta, moviéndose cuando alguna planta se interponía y se abría paso detrás o por debajo de ella. No había sido una decisión fácil, pero sin duda sería la mejor que su cabeza podía llegar a elaborar.
Huir.
Saber que ese desorden de habilidades acercaba más a los malignos a su encuentro lo impulsaba a seguir investigando y buscando respuestas, porque sabía que no había mucho tiempo y que con cada ataque se delataba más, pero al no haber encontrado absolutamente nada que fuera de verdadera ayuda, la idea de escapar se había instaurado en sus pensamientos de manera encaprichada. Y por más que sonara como un acto de cobardía, lo que menos pensaba Jungkook era eso. No era cobardía la palabra que se dibujaba en su mente cada que pensaba en dejar la Organización, sino protección. Proteger a todos los que estaban allí, alejarlos de un posible ataque que no podía advertir pero que sabía que ocurriría si seguía sin poder controlarse. Proteger a Hoseok, el hermano mayor que nunca tuvo, a su pelotón, que era el único grupo de personas por las que alguna vez en su vida había sentido afecto, a Jimin, que había pasado a ser un pilar fundamental en su día a día.
Simplemente, no quería poner en riesgo a nadie más.
Un par de golpes a la puerta se hicieron oír, logrando que Jungkook saliera un segundo de sus pensamientos y volviera a la realidad. Miró a su alrededor, consciente que no podría hacer desaparecer el desastre de su entorno y soltó un cansado "pase" que además de estar cargado de cansancio, dejaba en evidencia lo profundo que el elemental se estaba hundiendo.
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Los cuatro elementos [Kookmin]
FanfictionJeon Jungkook, uno de los pocos elementales que se mantienen con vida luego del ataque de los malignos, busca que la muerte de sus padres no haya sido en vano. Formando parte de la organización más importante y reconocida mundialmente en el reclutam...