La voz de la pesadilla sonando de una forma un tanto artificial había conseguido que Jimin vuelva a la realidad como si de un balde de agua fría se tratase. Pestañeó un par de veces, notablemente confundido, intentando encontrar al dueño de la voz, pero lo único que pudo ver fueron cuatro paredes blancas con algunos huecos y manchadas con distintas tonalidades de negro. Ya no estaban los malignos ni las camillas ni mucho menos los hombres de bata y no lograba recordad en qué momento había cambiado de habitación. Estaba confundido y alterado y, por algún motivo, ansioso.
-¿Puedes encender tu mano?- Movió aun más la cabeza y amplió su panorama cuando hablaron, ahora realmente desorientado. ¿Qué clase de pedido era ese? -¿Jimin?
-No entiendo- dijo sin dejar de mirar en todas direcciones.
Logró visualizar un gran cristal a lo alto de una de las paredes y, del otro lado, al maligno que le hablaba. En las puntas del cristal, y en cada una de la habitación, había un pequeño parlante sujeto, por lo que supuso que gracias a ellos lograba escuchar al contrario de esa forma tan distorsionada y robótica.
-Ya te dije que no es necesario que te cuelgues la piedra para que puedas utilizarla, así que debería poder encender tu mano.
Incrédula, dejó que sus ojos viajaron con rapidez a sus manos y la vio; la exótica piedra morada brillaba con fuerza y vigor, hipnotizando notablemente al menor de los dos y confundiéndolo aun más mientras esta desprendía su brillo por entre sus dedos. Ahora que la tenía lo suficientemente cerca, podía notar como el material estaba envuelto con finas líneas de metal que la sostenían y que terminaban en un pequeño círculo en la parte superior. Una delicada y, ante sus ojos, nueva cadena se sostenía del círculo de metal con arraigues, convirtiendo a la piedra morada en un collar.
Miró con miedo su mano y tragó con dificultad. ¿Por qué estaba en aquella habitación? ¿Cómo fue que llegó sin darse cuenta? Y lo que más le intrigaba, ¿realmente podía hacer lo que le pedía el maligno?
-¿Puedes explicarme de nuevo lo que me dijiste?- preguntó estratégico, intentando recordar lo último vivido y comprobar que el maligno no le estuviera tendiendo una trampa.
-¿Estás bien, Jiminnie?- no le gustaba para nada escuchar ese apodo saliendo de sus labios -Te noto desorientado.
-Estoy bien- mintió -solo quiero escucharlo otra vez. Creo que no me quedaron claras algunas cosas.
-Vale- el maligno aclaró su garganta -Te dije que la piedra tiene la capacidad de brindarte un mínimo uso de los elementos sin tener que colgártela al cuello. Fue un gran beneficio para nosotros ya que, por órdenes de tu abuelo, no podíamos colgárnosla pero sí disfrutar de sus beneficios- el menor volvió a clavar los ojos sobre la piedra intentando no perderse en su brillo -Esta y las otras piedras fueron especialmente...
-¿Otras piedras?
-¿Dónde estabas cuando te hablé?- la pesadilla sonó molesta -las de los otros elementos.
Hay más de una piedra. Las cargan según el elemental, no el elemento. Esta piedra es solo de morados comprendió una vez que se unieron un par de clavos sueltos en su cabeza. No cargaban la piedra morada con habilidades de cualquier elemental, sino de morados, por lo que las otras piedras, seguramente, serían cargas según el elemental que la portaba.
-Lo siento- soltó con el ceño fruncido y con los pensamientos aun alborotados -continua.
-Estas y las otras piedras fueron especialmente designadas- continuó -y nadie que no fueran esas personas tiene el derecho de usarlas de collar- Jimin asintió, guardando ese dato -Aunque algunos podemos portarlas en algunas misiones.
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Los cuatro elementos [Kookmin]
FanficJeon Jungkook, uno de los pocos elementales que se mantienen con vida luego del ataque de los malignos, busca que la muerte de sus padres no haya sido en vano. Formando parte de la organización más importante y reconocida mundialmente en el reclutam...