39 ~ Vivir

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Las primeras horas dentro de la celda habían sido catastróficas para Jimin. Su cuerpo ardía y dolía de mil formas diferentes a causa de las quemaduras y cortes que había conseguido en la anterior batalla contra los malignos cuando, en un arrebato de valentía y siguiendo los pedidos desesperados de su corazón, intentó salvar a Jungkook de la muerte. No había recibido cuidados médicos ni nada semejante, por lo que sospechaba que sus heridas no tardarían mucho en infectarse, aunque eso no le importaba en lo más mínimo.

Solo quería saber si Jungkook estaba vivo.

No había dejado de derramar lágrimas desde que lo habían separado del elemental, por lo que sentía sus ojos hinchados y adoloridos y su corazón realmente devastado. Una vez que lo encerraron, lo único que atinó a hacer fue caer con fuerza contra el suelo, apoyando su espalda contra una de las paredes y envolviendo sus rodillas con sus brazos sin importarle en los más mínimo si esa posición le causaba más dolor o no.

Rogaba haber actuado lo suficientemente rápido.

Sintió un par de pasos acercarse a su celda y levantó la cabeza, encontrándose con la misma enfermera que había traído a Hoseok hacía unas cuantas horas atrás a la entrada de la Organización y consiguiendo que sus lágrimas se deslizaran con mayor fluidez por sobre sus mejillas. El movimiento brusco le dolió, pero no fue realmente consciente de ello.

La chica se acercó a la celda con un botiquín en una de sus manos y con una guardia siguiéndole el paso, quedando varios centímetros detrás de ella. Miró al hombre uniformado y este sacó un manojo de llaves de su pantalón, inspeccionó todas y tomó una, haciendo que las restantes se juntaran las unas con las otras y que la seleccionada quedara separada. El guardia susurró un par de cosas que Jimin no se molestó en oír antes de girar la llave y abrir la puerta, dándole paso a la joven muchacha de ropas verdes. Dio un par de pasos y la puerta se cerró tras ellas, quedando ahora en la misma habitación que el profesional. Cautelosa y atenta, tal y como le habían dicho que lo tratase, se acercó al joven herido, arrodillándose frente a él y dejando el botiquín justo a su lado. Jimin la miró con dolor y volvió a sentir como sus lágrimas bajaban y humedecían sus mejillas.

-¿Está bien?- se atrevió a preguntar con la voz tomada por la tristeza.

-Déjame curarte- contestó la mujer con tranquilidad, notablemente afectada por el estado del contrario.

-Por favor, dime cómo está- rogó dejando escapar un sollozo y aferrándose aun más a sus aprisionadas rodillas.

La enfermera dudó un instante. Le habían prohibido hablar sobre el estado del elemental con el prisionero, pero no se veía capaz de cumplir con esa orden. La persona frente a ella estaba devastada, dolida y desesperada, y no podía hacer la vista gorda con eso; no se consideraba un persona tan fría, en realidad.

-No sabemos nada- la chica abrió el botiquín, sacó un trozo de algodón, alcohol y lo humedeció -no ha salido nadie a informar nada desde que llegaron.

Jimin volvió a sollozar.

La joven tomó con delicadeza las manos del psicólogo y las apartó de sus rodillas sin tener que hacer ningún esfuerzo, demostrando la poca fuerza de voluntad con la que este contaba; sus piernas cayeron lento hasta quedar estiradas, permitiéndole a la joven curar las heridas con mayor tranquilidad. Vio como el abdomen contrario estaba cubierto de sangre y tierra al igual que parte de sus pantalones, por lo que se apresuró a inspeccionarlo y comenzar a actuar. Tomó el borde de la camiseta del profesional y la elevó, notando como la sangre que pintaba la prenda no era por heridas propias, ya que los raspones con los que este contaba no eran lo suficientemente grandes como para producir semejante desastre rojo. Sin embargo, e ignorando que la sangre no era de su paciente, prosiguió a pasar el algodón humedecido por las zonas afectadas, consiguiendo que Jimin frunciera levemente el ceño ante el estímulo. Aunque no estaba del todo segura si era realmente por sus movimientos.

Los cuatro elementos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora