33 ~ Matar

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La habitación había quedado vacía y en silencio de un momento al otro, dejando a Jungkook con los ojos rojos a causa de las lágrimas que amenazaban con salir. Sabía que aún había gente junto a él y que el sonido persistía, pero no lograba percibir nada de aquello. Sus ojos se mantenían sobre sus pies cubiertos de arcilla intentando así, que las ganas de vomitar que lo azotaban no se viesen incrementadas. Se sentía descompuesto y mareado y sabía que si no fuese por la arcilla que lo obligaba a mantenerse de pie, seguramente ya estaría de rodillas contra el suelo. Sus pensamientos no emitían ni una sola palabra, tornando el silencio de la habitación mucho más agobiante y perturbador.

-Creo que tienen de mucho de lo que hablar- logró escuchar a lo lejos y de una forma un tanto distorsionada, por lo que supuso que su cabeza intentaba volver a la realidad -Los dejaremos para que aclaren este asunto.

Los sonidos del ambiente chocaron contra sus tímpanos con insistencia, consiguiendo que el morado se mareara y cerrara levemente los ojos en busca de estabilidad. La voz de su pesadilla había sonado algo más clara que la vez anterior, pero sin embargo no llegaba a serlo completamente. Logró escuchar su propia respiración y la de todos los que estaban junto a él, reconociendo la desesperada y entrecortada del menor de todos. Cuando sus ojos volvieron a abrirse, aun estando sobre sus propios pies, vio la silueta de Jimin aclararse frente a él mientras caía sobre el suelo y a centímetros de él y como su pesadilla se inclinaba segundos después junto a él.

-No te preocupes, no lo liberaremos- habló bajo el maligno, pero los sentidos ya despiertos del elemental lograron oírlo -No podrá hacerte nada y vendremos a buscarlo más tarde.

Palmeó levemente la espalda del profesional, se irguió y sacudió a cabeza hacia la puerta, indicándole a su secuas que era hora de retirarse. Para entonces, Jungkook había logrado levantar la cabeza y despegar la vista del, ahora, nuevo maligno que solía ser su compañero, evitando así intensificar sus ganas de vomitar. Sintió pasos y risas de ambos a su lado cuando emprendieron la retirada y la puerta cerrarse con fuerza segundos después. Los sollozos de parte del menor se intensificaron aún más, llenando el ambiente de una sensación triste y desgarradora. Y por más que Jungkook lo intentase, no podía sentir otra cosa más que asco hacia ese sonido; sintió la bilis subir por su garganta y salir por su boca sin control, vomitando a un costado de una vez por todas. Su garganta ardía al igual que sus labios y sus ojos no pudieron contener más las lágrimas, provocando que estas cayeran y humedecieran sus mejillas con rapidez. A pesar de todo, se prohibió sollozar.

-Kook...- Jimin, ahora sentado en el suelo y con la vista clavada en el elemental, habló luego de unos cuantos e intensos segundos de silencio -Yo...

-No hables- contestó tajante.

Sintió sus cuerdas vocales temblar y doler mientras hablaba y las ganas de seguir vomitando invadirlo, aunque no iba a darle el gusto a su cuerpo de volver a hacerlo.

-Déjame explicarte...

-¡Dije que no hables!- el maligno se encogió en su lugar cuando la voz de su compañero salió entrecortada pero con fuerza de entre sus labios -¡Me importa un mierda lo que tengas que decir!

-No es lo que crees- Jimin se puso de pie con inseguridad y limpió con rapidez sus mejillas, aunque estas se volvieron a humedecer por culpa de las lágrimas que aun no lograba controlar.

-No te atrevas- por primera vez sus ojos volvían a conectarse -Ni lo intentes. Vi lo que tenía que ver.

-Kook...

-Jungkook- contestó con los dientes apretados y las mejillas rojas por el coraje -Jeon Jungkook.

-Por favor...- desesperado, el menor volvió a sollozar.

Los cuatro elementos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora