Amelia Edevane
Levantarse, ordenar, desayunar, alistarse e ir a la universidad, esa era mi rutina diaria que tomaba todas las mañanas, rutina que era un poco monótona pero eran cosas que se tenían que hacer, la universidad era un poco más tranquila que mi vida escolar en el pasado, que se resumía a un poco de Bullying poro parte de compañeros que desconocían mi habilidad.
La habilidad que tenía, había ganado finalmente un nombre en la universidad, lo autonombré: "Desaparición de objetos que están en mi visión". Así es, podía desaparecer cosas que se encontraran dentro de mi rango de visión, pero esto lo supe controlar hasta ahora que era mayor.
Durante la época de mi niñez, que fue cuando se presentaron los primeros fenómenos de desaparición dentro de mi barrio, desaparecían desde bicicletas, juguetes, útiles y demás, pero pasados los días desde el suceso, volvían a aparecer.
Esto se hizo más frecuente durante la escuela, donde había más interacción con cosas, en donde siempre se desaparecían los útiles y materiales del maestro o maestra que me tocara, esto ocasionó muchos castigos a los grupos de la escuela en donde solía asistir.
Pero no fue hasta que ingresé a la preparatoria, en donde una vez, peleando verbalmente con una compañera, quien desapareció de la nada enfrente de mis ojos y de otros cuantos más arrimados.
Desde ese momento, todos me aplicaron la ley de hielo, la cual consistía en no dirigirse a mi en lo absoluto, pero no creo que fue con el afán de molestar, sino por miedo, ya que la gente le teme a lo desconocido y si no puede destruirlo se decide oprimir, y eso fue lo que pasó el resto de mi preparatoria desde ese suceso.
Solían atacarme, entre diez u ocho compañeros, quienes solían golpearme y patearme, pero no tocando mi rostro, solo en lugares en donde la ropa tapase los moretones.
Mi madre nunca se llegó a enterar de tales sucesos que decidí guardar por miedo, después de mucho trabajo, estudio y esfuerzo, logré ir a una universidad alejada de ese lugar que tan malos recuerdos me traía.
Me metí a bañar, el agua fría era relajante para mi, activaba mis terminaciones nerviosas que era necesarias tenerlas al cien, para poder andar, la universidad tenía residencias, nueve en total en donde la mayoría de los estudiantes de plantel solían dormir, yo vivía en la residencia de gastronomía, la más cercana al edificio de gastronomía e idiomas.
Pero mi edificio era el de el área de la salud, pero la residencia del área de la salud ya estaba llena cuando fui a pedir informes y me enviaron a la de gastronomía que no era la más grande, pero que en ese entonces estaba desocupada y tenía vacantes, pero la residencia era muy acogedora.
Tomé un pantalón de mezclilla y una camisa con cuello redondo, con la leyenda de Astro, que venía con la pequeña ilustración de un cometa, agarré mi mochila mientras metía los libros de las clases que tenía hoy.
Me preparé un pequeño emparedado, de pechuga de pollo con un poco de lechuga fresca que había comprado días atrás en el supermercado que estaba a unas cuadras de la universidad, por que no quería comprar ningún alimento en la cafetería de la universidad, ya que la comida no era rica, solo era comestible.
Guardé en mi mochila, arrumbé mi ropa en la litera superior, que estaba vacía, en donde debería de estar ocupado con algún alumno, pero por suerte, era de las pocas en la residencia que no tenían compañero de litera, creo que sería algo molesto para la persona vivir entre mi desorden.
Salí de pequeño apartamento para dirigirme al edificio de ciencias de la salud, según mi celular el reloj de éste marcaban las 8:40 de la mañana, tenía 10 minutos para llegar a la primera aula y llegaría con un margen de 10 minutos antes de que iniciase la casa.
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Discípulos de la muerte
RandomUna joven, quien vivía en uno de los miles de universos que la tierra posee, es mandada a una Arena, en donde deberá luchar por su vida acompañada de sus habilidades que la salvarán de muchos obstáculos que enfrentará, una competencia reñida, cread...