Capítulo 22

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Sejmet.

Estábamos despiertas a pesar de ser de noche, nos tocaba hacer guardia, a mi junto a uno de los chicos que estaban con Amelia, el nombre del chico era Hawks, me encontraba en uno de los laterales con la señorita Hestia.

En nuestro universo, se regia a base de las clases, yo era la guardiana de la casa Evka, formaba parte del ala de caballeros que cuidaban a la casa Evka que era una de las más influyentes del continente en donde vivíamos.

La señora Hestia era algo especial, era una persona que podía estar haciendo algo que no le gustara, pero sus facciones y acciones corporales eran las que se quejaban, aunque ella no lo dijera, que era algo que estaba pasando en el momento, estábamos en la noche cuidando una base de la al parecer ahora éramos parte.

-Sejmet-. Me habló Hestia mientras me hacía una seña de sentarse a su lado de la grusa rama en donde estaba,a donde fui inmediatamente y me tomó de la cintura-. ¿Cómo estás?

-Yo estoy bien Hestia, ¿que hay de ti?, sé que no te gusta quedarte en vela esperando algo-. Le dije mientras le acomodaba el mechón de cabello que amenazaba con quedar a la mitad de su rostro-. Duermete, yo te cuidaré, no te preocupes.

-Pero has estado haciendo eso durante los últimos días-. Hestia hizo un puchero por lo que le piqué la nariz y trataba de darle mi mejor sonrisa-. Yo te cuidaré, tu duerme.

-¿Está segura?-. Pregunté a Hestia mientras me afirmaba y me acostaba en su regazo-. Espero no molestarla.

-Jamás me molestaría contigo Sejmet-. Hestia me miró como solía hacerlo días antes que muriese su madre, hace años, como cuando era una niña-. Eres especial para mí.

Hestia comenzó a llorar mientras trataba de limpiar sus lágrimas enojada, parecía que las lágrimas salieron a flote por necesidad y yo tenía que consolarle.

-No llores-. Hestia comenzó a reírse en cuanto le dije eso.

-Nunca debes de decirle a una persona que este llorando que no llore-. Hestia se seguía riendo pero me abrazó dejándome expuesta-. Eres un poco desentendida.

-Soy una mujer que tuvo que sobrevivir a base de espadas y golpes-. Le dije acomodando un mechón de su bella cabellera detrás de su oreja-. Los sentimientos son algo complicadas para mí.

-¿Incluso sabiendo los mios?-. Pregunto Hestia dejándome sorprendida y me volteé a un lado sin verla, algunas veces decía cosas tan desvergonzadas con una naturalidad-. Sejmet mírame.

Volteé mi cabeza tratando de que las imágenes de mi cabeza no llegaran abruptamente de la vez que Hestia me dijo que era lo veía en mi, al principio pensé que veía en mi alguien en quien podía llegar a ser, pero me di cuenta que eso no era a lo que ella quería llegar, ella quería algo más.

-Señora Evka-. Le dije tratando de apaciguar la revolución que estaba en mi pecho recordándole y poniendo los pies firmes y aceptando mi puesto.

-Nada de señora Evka-. Dijo Hestia mientras tomaba mi rostro y me hacia mirarla directo a sus ojos-. ¿Por qué no quieres tomar esto?

Hestia tomó mi mano, la llevo directo a sus pechos, traté de alejarme, pero me caí de la rama del árbol pegándome un fuerte golpe en las piernas, Hestia bajo de la rama, asustada, pero antes de que pudiera levantarme, me acorraló en en tronco del mismo árbol.

-Hestia-. Dije mientras ella se acercaba a mi, y antes de que sus labios tocaran los míos; desvíe mi cara hacia uno de los costados, traté de levantarme pero ella me retuvo, no supe de donde salió esa fuerza para detenerme, así que solo puedo susurrar-. Tenemos que hacer guardia en este sitio.

Discípulos de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora