Discípulos de la muerte

Capítulo 9

Ares Green

Abrí mis ojos y me desperté en un lugar, traté de levantarme, pero algo pesado estaba arriba mío, que respiraba con un ritmo constante, al tratar de levantarme pero sin lograrlo, alcé mi vista y me sorprendió ver al dragón rojo durmiendo cómodamente en mi pecho, aunque no podía decir que ambos compartíamos esa comodidad.

Al moverme y depositar en el suelo al dragón rojo quien comenzó a respirar un poco más rápido, que no sabía que era lo que significaba, a un lado mío estaban los otros dos dragones moviendo el cuerpo de Amelia quien parecía estar soñando, ella se había desmayado antes de llegar aquí, así que seguí mi propio consejo de caer cerca de un río en donde había a lo que parecían unos metros una playa arenosa, en donde posiblemente hubieran peces para alimentarse durante ese lugar en donde solo se tenían a si mismos y a sus habilidades.

Chiflé recibiendo la atención de los tres relativamente pequeños dragones quienes se sentaron sobre sus colas como una especie de cuadrúpedo quienes esperaban atentamente las órdenes de su ahora líder quien era yo, lo bueno es que ellos eran capaces de hablar y entender el lenguaje humano, por lo que no me tenía que llevar mucho tiempo explicándoles lo que haríamos hasta que Amelia se levantara.

-Tenemos que hacer un pequeño mapa de localización de la isla para saber donde exactamente nos encontramos.- Todos los dragones asintieron indicándome que prosiguiera.- Tenemos que asegurarnos de que no exista gente en el perímetro, ya que no sabemos que nos llegarían a hacer ya que sería una pelea de uno contra dos, ¿Está bien?

-¿Quién se quedará cuidando a Amelia?.- Preguntó el dragón azul mientras se rascaba con su para derecha una de sus orejas.

-¿Quién es el mejor cazando aquí?.- El dragón azul y amarillo voltearon a ver instintivamente al rojo y después Ares siguió hablando.- Tu traerás la comida, yo te ayudaré a cazar y tenemos que preparar trampas en caso que vengan enemigos, tú dragón amarillo cuidarás de Amelia, dragón azul te toca la expedición y si tienes algún problema solo ruge y te escucharemos.

Los 3 dragones tomaron vuelo una vez que dejé de hablar, me arremangué las mangas con mis manos para comenzar a trabajar, para comenzar las cosas bien, tenía que buscar un refugio, pero como no había uno, crearía uno desde cero, tendía que ser una simple casa de cuatro puertas, ya que sería un refugio temporal, ya que según lo que tenía planeado.

Toqué una gran roca que estaba allí y le dí forma de un cubículo, ya después vendrían los detalles, la roca era de aproximadamente unos tres metros por unos cuatro de ancho, que me podía permitir crear una vivienda de esa área aproximadamente y dejé un espacio grande, el cual sería la puesta para salir por el exterior.

Alrededor de la roca había arena, por lo que a unos metros haría fosas, para poner puntas en ellos en forma de pincho por si alguien decidía entrar, simplemente movería un poco el suelo y la persona caería como un costal de papas en la trampa.

Aprendí en alguna ocasión en el instituto de como medir el tiempo, solo que por alguna razón el tiempo aquí se sentía más rápido, las cosas avanzaban un poco más rápidas, el sonido del viento, el movimiento de los peces, muchas cosas estaban en una velocidad diferente a las que estaba acostumbrado observar su movimiento.

Seguí haciendo varias fosas, hice catorce fosas alrededor de la casa, lo suficientemente cerca como para sacar un brazo de la casa hecha de piedra para activarlas, así como de lejos, para evitar que la piedra se hundiera por su peso en la arena, que era primordial no quedar ahogados por nuestras propias trampas.

Gracias a que estábamos cerca de la playa arenosa, tomé unas cuantas hojas de palmeras y me puse a formar unas cuantas cestas para guardas cosas, comida o suplementos que llegáramos a conseguir.