Discípulos de la muerte

Capítulo 10

Amelia.

Los rayos del sol entraban por la pequeña y delgada mosquitera que había hecho Jaime en la noche, para evitar el paso a los insectos que quisieran llegar a nosotros, así que dormimos tranquilos, era la última en levantarme, todos ya estaban haciendo algo, me sentí en la necesidad de hacer algo, así que comencé a revisar los alrededores para saber que más había.

Decidí entonces dar una vuelta para ver que me pasaba, no me alejaría tato, pero si lo suficiente para hacer un mapa mental e recursos que pudiéramos obtener o necesitar más adelante, además las imágenes de como era la arena en donde nos encontrábamos, se sentían borrosas por alguna extraña razón.

Observé también que el agua que estaba era playa era cristalina, como una playa virgen, realmente, ¿En dónde nos encontrábamos?, sabía que había más personas además de Jaime y yo, pero tenía en curiosidad en saber quienes eran los rostro de las personas que se encontraban atrapadas con nosotros en lo que parecía ser una isla pequeña.

Las memorias que tuve lo que me habían parecido años, que según Jaime solo fue un día, aprendí botánica ya que tenía que preparar mezclas y tenía que ver el nombre de las hierbas, que el 90% de las veces una voz alterna a mi pensaba el nombre de las hierbas y llegó un punto en donde yo terminaba pensando, como si dos mentes se hubieran mezclado de una sola.

Alrededor nuestro había palmeras rodeando, seguí caminando para regresar por la dirección por la que vine, no había pierde, en algún punto, dejaron de haber tantas palmeras y comenzaron a haber un poco de árboles frutales, me quité mi camisa y comencé a meter un poco de frutas en mi improvisada bolsa de tela que había hecho con mi camiseta.

Me regresé feliz en la misma dirección, de regreso a la casa, mi pequeña expedición había dado resultado, y ya sabía hacia donde tenía que ir para poder obtener  más de ellas, no había ningún problema, comencé a oler como a quemado y venía en dirección del campamento que Ares que había hecho, así que hice desaparecer la prenda con las frutas,  salí corriendo en dirección al campamento.

Al llegar a una altura de unos cuantos metros el fuego se hizo más intenso, y observé a una figura masculina desconocida estaba quemando las palmeras mientras las hojas y los troncos comenzaban a caerse, ¿En dónde estaba Ares?, pensé mientras desaparecí una gran piedra e hice que la piedra apareciera encima del tipo que era un lanzallamas humano destruyendo lo que habíamos hecho.

Corrí hacia donde había hecho que la piedra cayó y se apareció una especie de pantalla grande con una interfaz bastante avanzada mostrando el siguiente texto con varias opciones:

"Felicidades lograste eliminar al sujeto del universo #89, selecciona tu premio", estaba la opción de tomar la habilidad o tomar sus conocimientos, aparentemente solo tenías la opción de tomar cualquiera de las dos, su habilidad parecía interesante así que solo tomé la habilidad, que venía una pequeña explicación breve de dicha habilidad.

Fuego por palmas de las manos: habilidad dada por el sujeto masculino de el universo 89, habilidad la cual tiene restricciones las cuales el usuario presenta después de varias horas de constante uso , repercutiendo en su aparato circulatorio, provocando síntomas claros como taquicardias y dolor en el pecho.

Era entonces una habilidad con restricción, posiblemente todas las habilidades tenían su restricción, como la mía, solo podía desaparecer a lo mucho diez objetos con contenido dentro, por que me daban jaquecas y mareos constantes los cuales me impedían mantener mi mirada en algún punto fijo.

Los tres dragones llegaron con sus hocicos llenos de líquido mientras rociaban a las palmeras que amenazaban con expandir el incendio que el sujeto del universo 89 había comenzado cuando posiblemente sintió que alguien estaba cerca suyo y quiso llamar su atención.