Capítulo 3

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Ares Green

Amelia y yo estuvimos haciendo múltiples pruebas, habíamos logrado definir los límites que mi habilidad tenía, mi habilidad podía ser únicamente producida por sus manos, todo lo que incluía mi mano, desde el canto hasta la palma, ninguna otra parte de mi cuerpo podía hacerlo.

También supimos que con bastantes materiales podía controlarlos, le expliqué que la diferencia entre los materiales era su densidad, y ésta repercutía en que tan fácil se me hacia moldearlos materiales que tenía en mis manos.

-Tendrás que usar guantes, para evitar problemas en la universidad.- Me dije a Amelia quien parecía que ya había pensado en la posibilidad de hacer algún tipo de desastre en la universidad.- Tienes que tener mucho cuidado, pero ahora tenemos un problema más grande que enfrentar.

-¿Cuál?.- Pregunté mientras seguía moldeando las plastilinas que Amelia me había traído para practicar.

-El tipo del bar.- Con esa simple frase se me borro la sonrisa mientras escuchaba el plan de Amelia.- Tenemos que eliminar sus evidencias, puedo mantener al tipo al menos unos cinco días pero tenemos que deshacernos de él, por que tiene tus huellas, y no queremos que seas acusado de asesinato, al igual que el arma homicida, el tubo de metal.

-Podemos quemarlo.- dije sin pensar pero vi que era una mala idea debido a la mirada de Amelia.- O podemos enterrarlo en algún lote baldío.

-El lote baldío sería un excelente lugar si fuera muy alejado de la civilización, por que cerca de ella sería encontrado el cuerpo y entrarían a trabajar la policía.- Dijo Amelia mientras se carcomía las uñas .- Tenemos que salir de la cuidad hoy, ya que no hay que perder clases, ya que las investigaciones empezaran dentro de tres días, ya que son 72 horas de desaparición.

-¿Quieres que vayamos ahora?.- Miré al reloj de pared que tenia en en mi departamento y marcaban las 4:30 de la madrugada.- Es temprano y tardara al menos una o dos horas para que amanezca.

-Eso es perfecto tenemos que llevar dos palas ¿Tienes?.- me preguntó Amelia mientras se levantaba tomando las llaves de mi carro.

-Tengo tres palas.- dije mientras recordaba las que estaban en una pequeña bodega que estaba a un lado de mi baño.- Iré por dos para enterrar al sujeto.

Me dirigí hacia la bodega que estaba a un lado de mi baño personal, éste secreto quedaría entre los dos, esto era algo que nos repercutiría a los dos si alguien se llegase a enterar, sabía que Amelia también sabía eso, pero sentí como si mi corazón se acelerara de forma precipitada.

Tomé las dos palas, cada una con una mano, eran palas que alguna vez su tía le había regalado y él las guardaba ya que sabía que algún día las llegaría a usar, ese era el momento, dejé las palas en la calle mientras regresaba a mi pequeña sala para tomar mis llaves y cerrar mi casa para poder ir a buscar algún lugar lejano de mi bella cuidad de Dallas.

Al cerrar la puerta principal de mi departamento, guardé las dos palas en la cajuela, yo conduciría, ya que me asomé a la puerta del piloto en donde no había nadie, Amelia estaba de copiloto, el carro ya estaba encendido, faltaba arrancarlo, ella me dio las llaves y salí del lugar, sin saber realmente a donde ir.

-Tenemos que ir a Satin, debes de doblar por aquí, yo te diré por donde hay que ir.- Me dijo Amelia sin dejar de mirar el celular, su mano estaba temblando.- Tenemos que apurarnos, según el Gps dice que son dos horas con cuarenta minutos la ruta más corta y esto no tiene provisto si existe tráfico así que hay que ir rápido, .- ¿Esta bien?

-Perfecto.- le dije mientras salíamos de la cuidad para dirigirme hacia el lugar en donde Amelia me había dicho.- Iré a unos 120 kilómetros en la autopista, pero trataré de ir rápido.

Discípulos de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora