Capitulo 11: Sombras en la oscuridad.

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Oscuridad, una parte de mi alma clama por ella.

Clama por el silencio del bosque, la paz de la naturaleza, y estar alejado de ella.

Pero donde quiera que vea la veo a ella.

Cierro los ojos y la veo a ella.

Pero me dije mil que esto no me tendría que suceder por el bien de esa persona. Y yo a ella ¿La amaba? ¿La iba a amar?

Por más que me mienta a mi mismo se que la amo, que desde el primer día en que la vi no paro de pensar en ella. Que cada vez que surco los verdes bosques montado en Querubín, veo sus hermosos ojos. Esos ojos que me miran con tal valentía y tanta inocencia. Yo la deseo.

Pero también la Bestia la desea, y eso me da más temor. Es como si estuviera expectante de cada momento que estoy con ella para atormentarla  y dañarla.

Temo que un día yo no lo pueda controlarla. No poder controlar a mi otro yo, para que  no le haga daño a Tany. Solo han ocurrido dos incidentes en un mismo día.

Cuando la guie hacia el árbol de la ciencia del bien y del mal, con el oscuro deseo de que ella comiera de ese fruto. Por dentro estaba luchando con todas mis fuerzas para que la bestia se durmiera nuevamente. Hasta que ella me pidió que por favor la sacara de allí, y ahí retome el control. Y luego en mi cuarto con ella, cuando me contó que había visto a su padre muerto.

O si tan solo ella supiera la verdad. Pero eso la destruiría.

Y ahora, en esta estúpida ceremonia que me eh negado a participar de ella hace años, y ahora me veo envuelto en este problema. Problemas para ella, ella no puede amarme, ella sufrirá, no podremos estar juntos por que ella morirá, y yo moriré con ella si algo le sucede, y… mierda yo no puedo pasar a su mundo, no puede ser un humano. Siempre seré un Vinghet.

Leyes del cielo y del infierno, leyes que vienen y van. Tanto ángeles como demonios parecen tener puestas abiertas hacia su mundo. Sea como para proteger o como para poseer o provocar desagradables daños a los  humanos. Y nosotros, estancados en este mundo, estancados en esta vida, tratando de sobrevivir de las bestias que lo dominan. Una vida de peligros, una vida de miserias, donde la mayoría de las porquerías creadas son lanzadas.

Otra parte de mí, creo que la buena, solo quiere permanecer al lado de ella y hacerla feliz el poco tiempo que ella esté aquí.  Aunque eso signifique que me haga a un lado, para que el infeliz de Benjamín la haga feliz. Eso la alejaría de mí, la alejaría del dolor.

Y como  yo dijo, el dolor te hace fuerte, mientras que el amor te hace débil y vulnerable.

Aun caminando por el bosque, sumidos en mis pensamientos, no puedo para de sentir aun sus dulces labios presionados junto a los míos. Su cabello entre mi mano. Su olor a miel y menta…

-Meditando sobre los actos de la magia impuestos sobre ti y la pequeña… ¿Rubia? O ¿Pelirroja? – una voz se alzó sobre un árbol a mi izquierda. Alce la vista para ver quién es el que me ha estado siguiendo. Y unos ojos grises burlones esperan mi respuesta.

-Que te he dicho Kevin sobre seguirme en medio de un bosque cuando estoy meditando- le dije con exagerada calma.

Kevin es uno de mis mejores y leales amigos, siempre es el que me acompaña en la lucha contra los vampiros, por asunto personal. Él era hermano de Germán, el prometido de Amy, hace mucho tiempo.

El día de la boda de Amy, después de la ceremonia, cuando yo apenas tenía cincuenta años.  Un clan de vampiros, vasallos de Ariel, irrumpió en el medio de la fiesta, matando a la mayoría de los invitados y haciendo destrozos en toda la villa. Descuartizando a personas en las calles y drenando sus sangres. Recuerdo como luchamos con ferocidad Kevin, Miguel, Marcos y yo. Defendiendo todo lo que podíamos, mientras que Germán protegía a Amy que estaba desarmada.

Sinaparadise y la maldición del ultimo Lucero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora