❛❛ Este es el
plan inefable ❜❜
Una noche fría, oscura y tormentosa, una mujer cubierta por una capa atravesó el Soho cargando con una cesta en cada mano. Las dejó en la puerta de una vieja librería, en la esquina de la calle y desapareció entre la...
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𝔀𝓱𝓪𝓽 𝓪𝓫𝓸𝓾𝓽 𝓾𝓼
Hesper se despertó a causa de lo ruidoso que estaba siendo Duncan, ya a primera hora de la mañana. Se incorporó en la cama para ver qué hacía su amigo, mientras se restregaba los ojos y abría la boca tanto que parecía un león.
— ¿Qué haces, Duncan? —preguntó somnoliento.
—No lo encuentro.
— ¿Qué no encuentras?
—El llavero. No encuentro el llavero.
Estaba bastante nervioso, revolviendo sus cosas con insistencia.
— ¿Qué llavero? —Volvió a bostezar.
— ¡Mi llavero! —exclamó.
Rápidamente miró hacia Adriel, que todavía dormía —gracias a Dios, los Arcángeles y todos los Santos del Cielo —dándoles la espalda. Volvió a mirar a Hesper.
—Es importante.
— ¿Por qué?
—Pues... —se sonrojó. Hesper inclinó la cabeza hacia un lado, con curiosidad y confusión — ¡Oye! ¡¿Es que solo sabes hacer preguntas esta mañana?!
—Tranquilo, hombre... Suenas como Adriel.
— ¡¿Qué?! —Miró a la niña; seguía dormida — ¿En serio? —Hesper asintió —Perdón.
En cualquier otra situación —en la que Adriel estuviera despierta —aquello podría haber estado feo. Pero es que Adriel tenía acojonado a todo niño de Castle Combe, y por raro que suene, lo que más miedo la tenían eran Hesper y Duncan. Pero también eran los únicos niños que la querían así que, ella se relajaba un poco con ellos, y a ellos les daba un poco igual, porque a la hora de la verdad, nadie se burlaba de ellos o los pegaba, Adriel siempre estaba ahí para protegerlos.
—A lo mejor se te cayó ayer de camino al cementerio.
— ¿Tú crees?
—Pues sí —se levantó de la cama y estiró todo su cuerpo —. Vamos a ver.
