Decir que me había enamorado era poca cosa, yo realmente lo amaba

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EDÉN 

Las hojas amarillentas de los árboles habían caído hace un par de semanas.

¿Estarás conmigo la próxima navidad?

Palabras vacilantes eran recordadas por mi subconsciente.

De promesas rotas.

De heridas abiertas.

El  hecho de que las luces de colores comenzaban a vestir la ciudad aumentaba mi desesperación, mi cuestionamiento.

Mentiroso.

Lo había prometido, de eso ya hace casi tres años en los cuales no sabía absolutamente nada de él.

Mentiroso.

¿Siempre había sido así?

A mi parecer jamás dijo la verdad.

Mentiroso.

Apreté los puños sobre la sábana blanca que cubría mis muslos. Recordando tanto. Queriendo borrar todo.

Cuanto más se acerca navidad más se quiere hacer por los demás, y los abrazos o muestras de cariño aumentan en sobre manera.

Pero era cierto que las tasas de depresión y suicidio son más altas en esa temporada.

¿Cómo se sentía ser como él?

¿El remordimiento de sus promesas no estaría perturbandolo?

Mentiroso.

—¿Has escuchado lo que he dicho?

Mis ojos pasaron de la ventana a Skyler quien se encontraba a un par de metros frente a mi camilla con el rostro endurecido.

Inmediatamente me sentí juzgada por sus ojos azules que no pude hacer más que arrebujarme entre las sábanas.

Cerró los ojos lanzando un suspiro de frustración y no era para menos, con decir que ni siquiera Elizabeth se atrevía a sermonearme esta vez.

—Ha sido suficiente —dijo una vez me suministró el factor VW.

Pero no me calaban sus palabras, no era como si estuviera en mí decepcionar a todos. Era una muerta en vida.

—Cinco meses —habló Sky nuevamente con la voz firme —. ¿En qué estabas pensando? No podemos estar detrás de ti todo el tiempo, no eres la única con un problema de salud.

La molestia era demasiado notoria en su voz, estaba furico por mi última imprudencia.

Cinco meses que no me digné a aparecer en el hospital a tomar mi tratamiento.

Sky masajeó el puente de su nariz exasperado cuando mi respuesta no llegó.

—No sé por qué me molesto en regañarte, hasta cierto punto lo comprendía antes. Cuando te conocí, pero ya han pasado tres años y no pareces querer madurar.

Apreté los labios formando una línea recta, no me gustaba que él se enojara conmigo de esa forma. De las pocas personas que conocían la faceta que había desarrollado estaba Skyler encabezando la lista.

Pasó de estar en medio de la habitación de pie a sentarse a mi lado sobre la camilla. Algo que no estaba permitido a los residentes, prestadores de servicio o practicantes, inclusive a los doctores. Pero la cercanía que él y yo habíamos desarrollado le daba la confianza de estar tan cerca de mí.

Promesas Silenciosas |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora