|14|
EDÉN
Era momento de dejar todo a un lado.
De dejar toda esta mierda a un lado e irme.
Restregué con fuerza mis mejillas arrastrando el dolor que escapaba de mi corazón. El grito de mi garganta seguía obstruyendo al punto de que no podía siquiera respirar de manera normal, las personas me observaban con preocupación pero ni siquiera podía ver sus rostros, estaba demasiado cansada de mantener silencio; de demostrar frente a todos que las cosas estaban bien y que mi corazón no estaba doliendo a cada segundo.
Que me vieran llorar era lo último que me preocupaba.
Déjalo ya.
Olvidalo.
Repetía reiteradas veces a mi corazón.
Arráncalo.
Todo terminó.
Cerré los ojos y me abracé a mi misma. Me sentía tan sola, necesitaba solo un poco de calor. Que alguien me demostrará que aún había algo porqué vivir; porque lo amaba, amaba a Allen tanto que dolía, tanto que mis sueños viajaban a través de sus ojos, de su sonrisa arrogante y todas las sensaciones que había experimentado. Todo lo que él me mostró.
Su rostro siendo cubierto por la nieve mientra me sostenía entre sus brazos, evitando resbalarme en un lago congelado.
Sus ojos oscuros observándome con tanto amor, cuidando de mí hasta que me durmiera en aquella camilla en el hospital, incluso en un lugar tan frío me sentía tranquila. Porque era él quien cuidaba mis sueños.
La sensación de su tacto persistía en mi rostro, de sus caricias que lograban que mi piel hormigueara. Me sentía completa, cuando estaba con él yo estaba completa.
—Vete a la mierda —mascullé mas para mí que para él sabiendo que lo había dejado varias cuadras atrás.
Era tanto mi tormento que no me dí cuenta cuando choqué de frente con alguien quedando entre la presión de sus brazos,como si se tratara de una camisa de fuerza evitando que mi cordura fuera la que saliera.
El aroma familiar me hizo reconocerlo al instante. Me aferré a él, era lo más real que tenía en ese momento.
Sus brazos se enredaron en mis hombros con fuerza y fue cuando aún siendo vista por las personas que pasaban por el lugar no me importó llorar más fuerte de la cuenta.
—¡Ya no quiero! —exclamé desgarrando mi garganta. Mis mejillas picaban a causa de las lágrimas que seguían sin ceder; levanté el rostro y todavía con la vista un poco nublada enfoqué aquel par de ojos que conocía e imploré —: ¡Ayúdame! Ayúdame a olvidar.
Una profundidad inigualable me estaba consumiendo, sus ojos de un tono simple no tenían un solo destello de bondad, pero por alguna razón me sentía atraída por lo incorrecto.
Había sido la chica buena siempre, creyendo que la vida puede ser maravillosa siempre que tomes todo de manera positiva.
Había buscado detrás de los colores del arcoiris una esperanza obligándome a creer que aún cuando mi madre murió y mi padre vivía para trabajar yo estaba bien. Que mi estado era normal; las personas se enferman a segundos y el hecho de que tuviera que recibir factor VW no cambiaba nada, porque había encontrado a alguien que me amaba. O eso creía. A alguien que a pesar de mi enfermedad me aceptaba y me veía perfecta.
Ahora me daba cuenta de que todo había sido una maldita farsa, que nunca fui preciada.
¡Mi mundo se derrumbó el día que él desapareció!
ESTÁS LEYENDO
Promesas Silenciosas |COMPLETA|
Teen FictionSEGUNDO LIBRO. Los errores que cometí me hicieron más fuerte de lo que pensé. Tal vez eso creía. Que era inmune a cualquier recuerdo, pero una vez que sus ojos se cruzaron nuevamente con los míos era como si me devoraran el alma lentamente. El tiemp...