Capítulo 31

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Algunas veces, ser solo la soledad y tú ayudaba a acomodar tus ideas, pensamientos y hasta emociones. Eran las veces que te conectas con vos mismo para pensar sin ser estorbada.

Ese era mi caso en estos momentos.

Me gustaba pensar, me ayudaba bastante en esto que llamamos vida.

Las vacaciones comenzaron, Minki y Chenle se fueron, mi papá lamentablemente no pudo sacar una semana de descanso y Jisung seguramente está pasando con su familia en algún lugar, no sé bien.

Solo sé que lo confuso es lo nuestro.

Desde el día que me beso frente a todos no supe que somos.

Podíamos besarnos en secreto, sin que nadie sepa, pero esta vez me beso frente a personas, y entre ellas estaban mis amigos.

— Quiero que todos sepan que eres mía.

Dios, no me podía sacar de mi mente sus palabras, las escuchaba una y otra vez.

A ver; Jisung me gusta, no, no me gusta, me encanta, me fascina. ¿Será que él gusta de mí? No quiero hacerme ilusiones, no quiero parecer una desesperada.

Tal vez solo sea cuestión de tiempo.

O tal vez sea el momento.

Ante mis ojos, un guapo Jisung con un ramo de flores en sus manos se encontraba a una distancia muy grande. Estaba mirándome con una sonrisa.

Yo solo me quedé con la boca abierta. No me lo creía, ¿Qué hace aquí? ¿Por qué me mira mí?

Entonces mi cuerpo pareció tener vida. O tal vez sea una excusa para no admitir que yo sola tuve la decisión de correr a él.

— Jisung —Mencioné al estar frente a él—, que extraño, pensaba que estabas con tu familia o... Por ahí.

Él ríe, extendiendo las flores rojas a mí.

— ¿Qué?

— Son para ti. —Confesó.

— ¿Qué? —Pregunté sin creerme nada.

— Son. Para. Ti. —Pausó en cada palabra, como si así pudiera entenderlo mejor.

— Gracias. —Le agradecí dudosa, agarrando el mano con mis dos manos.

Al elevar la mirada, miré sus labios.

¿Cuantas veces los toqué? Muchas. Y ahora quería tocarlos denuevo.

Como si mi vida dependiera de besarlo, me abalancé sobre él, dejando el ramo a un lado para enrollar mis manos en su cuello, dejándolo sorprendido.

Empecé a moverlos lentamente, mis caderas empezaron a sentir el roce de sus manos, dándome como señal que salió de su asombro. Y como si fuera magia, el mundo se desvaneció, solo él y yo estábamos.

Solo él tiene ese efecto en mí, solo Park Jisung, el supuesto chico malo, puede hacer que el mundo no exista como si Thanos hiciera un chasquido y solo nosotros dos sobrevivamos.

Y me encantaba.

El beso empezó a subir de tono, nuestras lenguas se encontraron, el apretaba mi cintura con sus manos para más acercamiento y yo jugaba con sus cabellos los cuales tenían un color medio rosado.

Me di cuenta que no necesitaba palabras de su parte, y al parecer él tampoco. El beso ya lo decía todo.

Nos separamos por falta de aire, pero no quise abrir los ojos. Quería procesar todo, el beso, sus sentimientos.

Con una mano Jisung sujeta delicadamente mi mandíbula y empieza a dar pequeños besos sobre mis labios.

¿Para qué tener miedo? ¿Para qué seguir pensando si siente algo o no? Ya tenía todas mis respuestas, bah, casi todas, pero sabía a la perfección lo que sentía.

— Jisung —Hablo alejándome de él—. ¿Qué somos?

Él sonríe, recogiendo el ramo que había dejado en el piso para extendermelo. ¿Por qué veía que sus brillaban más de lo normal?

— Somos una pareja.

⌜Chico malo⌝ Park Jisung  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora