La noche era templada aunque con bastante viento, todos los clubes estaban presentando algo a todos los estudiantes y público exterior, era la primera vez que eso sucedía, por lo general alguno de otro no se presentaba, pero inclusive el club de literatura occidental había montado un stand de editoriales alternativas e independientes.
La iluminación era perfecta, luz cálida para el área general y luz fría en las canchas deportivas; lo mismo con ambientes musicales, toda decoración acompañada con música era congruente y no invadía al resto de grupos. Sin duda alguna era el mejor trabajo que el consejo y la escuela había logrado hacer, pero esa feria no sería recordada por eso.
A esto de las nueve de la noche, el equipo de fútbol empezaba con su partido de exhibición, Alejandro estaba nervioso pero entusiasmado al mismo tiempo, quería que todas las horas de entrenamiento dieran sus frutos; el equipo rival era de la escuela de los amigos externos de Alejandro, por lo que se esperaba un fair play. El partido inició, sacaba Alejandro, tantas veces había hecho la misma estrategia que ya no necesitaba ni pensarla: un pase lateral al delantero izquierdo, cruce de bandas con el mediocampo central y rebote con el delantero central para dar una patada bombeada y rematar con un cabezazo del delantero derecho, quien había permanecido inadvertido en toda la jugada; el arquero enemigo se había quedado helado y no se movió cuando la pelota ingresaba a su portería.
El equipo local había logrado una precisión milimétrica para coordinar sus jugadas "¡Mantengan la formación tres, tres, dos, dos!" Alejandro daba indicaciones con una seguridad inhumana, la formación que él mismo había creado, la 'tres-tres-dos-dos', era admirada por casi todos los clubes deportivos, denotaba un nivel superior de estrategia, pues dejaba un hueco enorme entre el mediocampo y la portería, esa formación dependía enteramente de la confianza entre los jugadores.
Para el cambio de canchas el partido iba dos a cero ganando la casa, entonces Alejandro decidió cambiar de formación y dedicarse a la defensa y contraataque "Hay que cambiar a la cinco, tres, uno, cuatro" Aunque sus números no tuvieran sentido para la mayoría de capitanes, el equipo entero comprendía a qué se refería: el primer número significaba la cantidad de pases por jugada; el segundo, la cantidad de jugadores que atacaban; el tercero, los segundos que un jugador podía tener la pelota; y el cuarto, el número de intentos fallidos de ataque antes de cambiar de estrategia.
Entonces, cuando Alejandro corría solo hacia el arco para anotar el tercer gol, un jugador oponente se barre y le encaja un golpe en la pantorrilla que lo hace caer de espaldas. El árbitro cobró falta y penal, pero el capitán no podía levantarse, el pie del jugador le había golpeado tan fuerte el músculo que le dolía al siquiera mover la pierna; el equipo no tuvo más remedio que reemplazar a Alejandro y hacerlo descansar.
"¡Qué cólera! De verdad quería jugar todo el partido..." Hans se sentó a su lado "No es nada... tranquilo, solo era un partido de exhibición..." "Sí, pero era el primero... no sé, me pone triste" "Siéntete triste cuando juegues el último" Esto último lo dijo Hans sin chistar y así se mantuvo hasta el final "Siempre que llegue un final puedes ponerte triste, pero no siempre que algo inicie. Todavía tienes muchos partidos por jugar" "Tienes razón... pero es inevitable, siempre me esfuerzo para ser el mejor y me duele que no pueda demostrarlo" "Entonces prométeme algo, puedes sentirte triste por esas cosas, pero no en los finales, quiero que cuando algo termine sonrías por todo lo que has podido hacer en ese tiempo ¿Está bien?" "No entiendo bien... pero me quedo con lo último" "Está hecho entonces, mi partido empieza dentro de poco ¿Irás a verme?" "Por supuesto" "Perfecto, ahora sí puedo ir a jugar, ¡deséame éxitos!"
***
Después de ver a Alejandro, el grupo Archi fue al partido de básquetbol, Hans estaba completamente serio y concentrado desde antes de empezar el encuentro. El visitante era el equipo del colegio de los amigos externos de Leonardo, por lo que no se sabía si se esperaba un fair play.
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Mi tiempo y el nuestro
Teen FictionLa vida es corta o, a veces, larga, depende de quién la viva o con quién lo hagas. Normalmente nos solemos quejar de algo mientras lo tengamos, no tenemos la culpa, somos ambiciosos; pero a penas nos lo quitan o simplemente se acaba, lo queremos de...