Al entrar aquella escalofriante casa lo primero que hicieron fue taparse las fosas nasales, el hedor era espantoso. Las paredes estaban dañadas, parecía que se derretían por culpa de la musgosidad. Paso en falso y Jian Yi pisó un charco de agua que se encontraba entre unas tablas del piso.
-Quiero irme- susurró Jian.
-No podemos irnos, este es el lugar que yo recuerdo- impuso Mo con tono molesto y a la vez poco convencido.
-¡Claro que no!, si fuera este el lugar significa que estuviste aquí hace un siglo.
Zhen Xi y Mo avanzaron junto a la linterna de sus celulares, estaba todo oscuro. De vez en cuando cuando pisaban mal las tablas de piso se rompían. Cuando se dieron cuenta ya habían llegado a la parte trasera de la casa.
Todo el sector estaba lleno de arboles, el cantar de los pájaros era asombroso, y la vista, mejor aún.
Mo Guan solo guardó silencio.