-Por favor dime qué es lo que te molesta, por favor...- la señora Guan Shan estaba desesperada, Mo no pronunciaba ninguna palabra desde que llegó al hospital, su miraba se mostraba huera. Los doctores la condujeron fuera de la habitación, ya que si seguía allí probablemente enloquecería.
Apenas la escoltaron fuera, dos doctores entraron para intentar hablar con el pelirrojo, cosa que resultó mal, puesto que Mo Guan Shan parecía estar muerto con lo tan inmóvil que estaba.
-Vamos, por lo menos dinos que estás allí- dijo una doctora que se sentó en la silla al lado de la camilla. Como era de esperarse no hubo respuesta alguna.
Al irse ambos, Mo finalmente reaccionó, llevando su mano a su nariz.
-Tzk- se quejó cuando tocó su nariz, que estaba con unas vendas extrañas- maldito She Li.
-¿Dijiste algo?- y allí estaba la serpiente. Se había topado con los doctores en la entrada, quienes no tenían idea que él había sido quien le rompió la nariz al pelirrojo, dejándolo entrar ya que era la hora de visitas todavía- Quiero que repitas lo que dijiste.
-Que eres un maldito.
-Muy valiente- tras decir eso se fue, dejando a Mo con la pregunta de qué era lo que había sucedido recién. ¿Lo había dejado así?
Agarró el vaso con agua que había a su lado y lo bebió delicadamente. Era la misma habitación que había estado la última cuando He Tian pagó su estadía, le dio un poco de gracia que las dos veces que ha estado allí la han pagado personas que no eran de su familia.
Claro, "He Tian".