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Levantarse, tomar desayuno e ir al colegio era su rutina típica de cada mañana, monótono y sin sentido, 20 gramos de escitalopram y 20 miligramos de haloperidol hacían su mañana más aburrida de lo normal. Hace 2 meses que el psiquiatra había ido a su casa para conocerlo, y todo lo que había logrado hacer era medicarlo con la excusa de que tenía síntomas de "depresión" y "alucinaciones", pero Mo sabía que eso no era cierto, "él no estaba en triste". Si bien había dejado de comer y había perdido peso, le costaba dormir, siempre estaba irritable y  se odiaba en cierto alto punto, no dejaba de decir que no tenía depresión, ya que esa palabra era demasiado grande para lo que él sentía. 

Al llegar al colegio no hablaba con nadie y tampoco se metía en problemas, sus calificaciones eran mucho peores que antes y no sentía interés por nada. Incluso pensar en He Tian le provocaba un extraño sentimiento de murria. No quería entender el por qué se sentía así, solo lo dejaba pasar.

-¡Hey Mo!- gritó Yian Yi acercándose a éste, quien acababa de llegar a su salón de clases- Después de clases iremos a la sala de música a aprender a leer partituras, ¿te interesa algún instrumento?

El pelirrojo no contestó, solo se limitó a ponerse la gorra y echarse en la mesa. 

Aburrido y sin ganas de nada.

Nuevamente sentía que algo le faltaba.

DREAMS | 19 daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora