-...Por eso quedas suspendido- esas palabras chocaban con el vacío del albino, realmente no le interesaba.
Alguien había escuchado un fuerte ruido proveniente de sillas dentro del salón, y al abrir la puerta y observar la situación fue corriendo a avisar a los profesores, encontrando a She Li justo en el acto de romperle la nariz a Mo Guan Shan.
A Mo le dieron licencia y los gastos del hospital corrieron por el mayor. La imagen de el rostro del pelirrojo sin vida seguía perturbando la consciencia del incoloro, quería saber a costa lo que fuera por qué lo desconocía, y bueno, eso hizo.
"escitalopram y haloperidol", ¿Qué demonios era eso? Había sacado dos cajetillas de pastillas del bolso de Mo antes de que lo trasladaran al hospital. Al principio pensó que era un tipo de droga dura, pero lo descartó cuando vio que llevaba una receta médica. Ni se molestó en investigar, sólo pensó en una venganza.
"Todo en exceso hace mal"