The maze runner 𝓟𝓻𝓮𝓯𝓮𝓻𝓮𝓷𝓬𝓮𝓼

One Shot ~Newt~

Dedicado a LilyP238_hp

Me encontraba con Sartén, riéndonos de un chiste que dijo.

-Ehhhh ¿Andrea?- dijo de la nada.

-¿Que pasa?- dije curiosa

-No puedo decirte solo quiero que vallas a el bosque, hasta el centro del bosque. En el árbol más grande quédate ahí.

-¿Que? Espera, esto no es una broma ¿O si?- dije pensando en la última ves que me había dicho algo así.

Él sonreía pero veía que no actuaba como en las últimas bromas.

-No, no es una broma. Y si te digo para que probablemente me mate. Solo ve -dijo y no vi ni una pizca de burla ni broma

Nerviosa y un poco ansiosa empezé a caminar por el bosque. Apenas llegué al árbol donde me dijo que esperara, vi un papel pegado a a este.

El papel decía: Andrea, eres la persona más increíble genial y hermosa que conozco en este jodido mundo. Alegraste mis días desde que llegaste en esa caja...
No hagas nada. Solo sigue el hilo rojo pegado a este papel.

Y tal como decía el papel tomé el hilo rojo y empecé a caminar.

El hilo rojo se iba enganchando en árboles, plantas, ramas y demás y cada que se enganchaba tenía una nota.

"Eres la mejor persona del mundo"

"No te impacientes, ya verás cuando llegues al final"

"Te ves hermosa hoy"

"Me tienes muy enamorado"

Entonces estaba tan concentrada en enrollar el hilo en mi dedo que de repente otro dedo con el hilo atado a este se colocó o más bien acercó a mi dedo.

Levanté la mirada y ahí estaba el, con su cabello rubio, casi dorado, brillando. Esos ojos que me hacen derretir y esa sonrisa que me convence de cualquier cosa.

Antes de poder artícular palabra alguna el tomo mi mano y empezó a hablar.

-Cuenta la leyenda que todos tenemos un hilo rojo, atado a nuestra mano, que del otro extremo tiene atada a la persona que es su media naranja. Se dice que el hilo rojo no se ve, que es invisible.
Pero te juro, Andrea, que yo lo veo.

Mi corazón de aceleró y Newt acortó el espacio entre ambos.

-Oh, Newt...

-Eres mi hilo rojo

-Y tu el mío - dije tocando su mejilla.

-Desde el día que llegaste no pude quitarte ojo de encima, cada que sonreias o estabas cerca mio alegrabas mi día. Por más oscuro que esté.

Mis piernas flaquearon y me sonroje. El simplemente sonrió y puso un mechón de cabello detrás de mí oreja.

-Eres mi hilo rojo- dijo nuevamente y acortó el poco espacio que quedaba, si eso era posible, y me besó.