¡Mierda! ¡Estoy atrasada!
Luke llegaría en cualquier momento, y yo todavía estoy corriendo por la casa, agarrando mi cámara, mi cartera y sandalias. Estoy peinando mi cabello en una cola de caballo, cuando suena el timbre. ¡Mierda!
-¡Hola! -Sonrío cuando abro la puerta, entonces mi boca cae abierta al encontrarme con una deliciosa visión. Su cabello rubio más oscuro, mojado después del baño y todo despeinado, como siempre le queda. Está usando una simple camisa gris, con los lentes de sol escondidos en el cuello y bermudas caquis. Sus ojos increíblemente azules, brillan cuando sonríe para mí.
-Hola, linda. Estás fantástica de rojo.
Siento el calor invadir mi rostro. Yo amo este top rojo sin mangas, y decidí vestir los shorts de jean que encajaban perfectamente en mi trasero. Solo para él.
-¿Lista?
-Casi. -Doy un paso atrás, para dejarlo entrar y cierro la puerta detrás de él.
-Estoy un poco atrasada. Una mañana movida, pero estoy casi lista.
-¿No conseguiste dormir bien de nuevo? -Él arruga la frente.
-Lo opuesto, es la verdad. Dormí muy bien, casi llego tarde para el yoga, y tuve que resolver unas cosas todavía. -Agarre mi estuche de la cámara de la mesa. ¡Odio sentirme perturbada! Luke me quita la cámara de las manos, y la coloca encima de su hombro, le doy una sonrisa en agradecimiento.
-¿Y tú? ¿Dormiste mejor?
-Mucho, mucho mejor.
-Yo te mostraría la casa, pero prefiero seguir el camino para la calle. ¿Verificaste si iba a llover?
-Absolutamente no, vamos.
Silbo cuando veo el Lexus convertible de Luke estacionado en mi garaje. Coloca el estuche de mi cámara en el asiento trasero, y enseguida abre la puerta para mí con una sonrisa enorme de gato-que-comió-al-canario en su bello rostro.
-Bello auto.
-Imagine que sería un buen día para andar con el techo bajo.
-Me parece bien. -El asiento de cuero es bajo y suave y no puedo evitar estar un poco impresionada. Él tiene buen gusto.
En poco tiempo, estamos atravesando las calles de Seattle y luego salimos de la ciudad, por la interestatal 90. ¡Este auto marcha rápido! El sol caliente, el viento es óptimo, y Luke coloca en la radio a los Maroon 5. No sentimos la necesidad de conversar, nos quedamos apenas allí, aprovechando la compañía uno del otro, y me relajo en el asiento disfrutando del escenario verde y el exuberante camino.
Es obvio que Luke sabe donde quedan las Cataratas de Snoqualmie, y cuando nos acercamos al destino, baja la música y descansa su mano en mi muslo izquierdo. Apenas su toque es suficiente para subir mi libido, y respiro profundamente para calmar las pulsaciones de mi corazón.
-Claramente ya estuviste aquí.
Luke sonríe.
-Sí, mis padres acostumbraban a traernos aquí cuando éramos niños para un picnic o apenas para divertirnos.
-¿Te importa si dejo el estuche en el auto? Apenas voy a llevar mi cámara.
-No hay problema, yo voy a subir el techo.
Luke espera pacientemente mientras reúno las cosas que necesito, entonces cierra la parte superior del auto, después tranca las puertas, y bajamos el puente que llevaba al hotel y al acceso de las cataratas, donde los turistas pueden soltar toda su admiración sobre la espectacular vista.
Coloco la tira de la cámara sobre mi cuello y verifico sus configuraciones mientras camino.
-¿Hace cuánto tiempo eres fotógrafa? -pregunta. Él me observa intensamente.
-Toda mi vida, es la verdad. Mi papa me compró una cámara digital cuando tenía más o menos 10 años, y nunca quise hacer otra cosa. -El recuerdo me trae una sonrisa y lo miro.
-Él debe estar muy orgulloso -murmura-
El dolor es rápido y duro.
-Él se fue.
-¿Se fue?
-Mi mamá y mi papá murieron hace casi tres años.-¡Mierda, no quería decirlo así!
-Joder, Nat, lo siento mucho. -Luke se detiene y me toma en sus brazos, sosteniéndome apretado, mi cámara entre nosotros, y me avergüenzo al sentir las lágrimas en mis ojos. No quiero que el día de hoy sea triste.
-Estoy bien. -Coloco mis manos contra su duro pecho y miro su rostro-. Estoy bien. No vamos a ponernos tristes hoy.
Luke arruga la frente, los ojos llenos de compasión y no me gusta ese sentimiento. Yo no quiero que sienta pena de mí.
-Hey, estoy bien. Realmente. -Aprieto su mejilla en mi mano y la tomo para darle un beso.
-Está bien. -Me libera y continuamos nuestro camino hasta las cataratas. No demoramos mucho, pues no están muy lejos del camino. Miro hacia él, y todavía está pensando, una pequeña mueca en su rostro.
-Luke, anímate. No dijiste nada malo. Yo estoy feliz de estar aquí.
Me mira nuevamente y me ofrece media sonrisa. Me relajo un poco, feliz que su humor mejore y levanto mi cámara cuando cruzamos para alcanzar la cascada.
-Estoy feliz de que no haya nadie más aquí hoy. -Trato de cambiar el tema.
-Estoy sorprendido de que no lo haya -responde.
-Bien, el verano casi termina, y estamos a mediados de la semana, por eso había imaginado que tendríamos el lugar principalmente para nosotros. -Y comienzo a sacar fotos.
Luke da un paso atrás y me mira trabajar. Me muevo para arriba y para abajo en el camino, obteniendo ángulos diferentes, parando para ajustar mis configuraciones y sacando fotos de flores y telas de araña y otras cosas que me llamen la atención. Los árboles apenas comienzan a cambiar de color, entonces yo apunto la cámara y saco algunas fotos de ellos también.
-¿Listo para continuar? -Lo miro-. Espero que no estés demasiado aburrido.
Niega con la cabeza, los brazos cruzados en el frente y está inclinado en una cerca. Parece relajado, pero sus ojos están observándome atentamente.
-Observarte no es nada aburrido, Natalie.
Oh.
Él se acerca, sosteniendo mi mano, y besando mis dedos, antes de llevarme más para bajo en el camino de tierra, para conseguir más fotos en la base de cascada.
Nuevamente se aleja y me deja hacer mi trabajo. Siento sus ojos sobre mí cuando paso, y sonrío por dentro. Cerca de 20 minutos después, estoy satisfecha con las fotos que conseguí.
-Ok, creo que ya termine. -Me volteo para encontrar sus ojos llenos de sorpresa-. ¿Qué?
Balancea la cabeza.
-¿Terminaste tan temprano?
-Bien... -Verifico mi cámara-. Saque casi 400 fotos. Creo que voy a conseguir buenas fotos aquí.
-Estoy seguro que serán óptimas.
Sonrío y tapo el lente de la cámara, teniendo cuidado de no apuntarlo, y dejo mi cámara caer cerca de mis caderas. No entiendo por qué no le gusta que le saquen fotos, pero respeto su decisión.
Me gustaría pedirle que pose para mí. Sería un deleite para capturar.
-¿Qué estás pensando? -pregunta mientras subíamos el camino de regreso al carro. Esta a mi lado.
-¿Por qué no te gusta que te saquen fotos? -Sus ojos se encuentran con los míos, rápidamente desvío la mirada. Encoje los hombros con indiferencia, pero yo puedo ver que está escondiendo algo.
-Mírame -le digo bajito. Sonríe. Sus grandes ojos azules encuentran los míos, y él tiene una expresión preocupada-. Me puedes decir.
Paramos frente uno del otro, y por causa del terreno irregular, estoy casi al nivel de sus ojos. Coloco mis manos en sus hombros.
Los ojos de Luke se agrandan todavía más y traga en seco, y parece que va a confesar algo. Mi estómago aprieta. ¡Habla conmigo! De repente, el balancea la cabeza y cierra los ojos por algunos instante.
-Simplemente no me gusta. -Hago una carota, pero balancea la cabeza nuevamente y susurra-: Es parte de mi fobia de estar en multitudes. Estúpido, lo sé.
Quiero indagar un poco más, pero él me quita las manos de sus hombros, une sus dedos con los míos, lleva los brazos alrededor de mi cintura, acercándome. Acariciando mi nariz con la suya, sus ojos azules intensos.
-Estuve pensando en besarte todo el día.
-Deberías pensar menos y hacer más. -Estoy sorprendida con mi respuesta engreída, o de lo que soy capaz de decir, con mi corazón golpeando tan rápido.
Luke sonríe contra mis labios, y explora un beso caliente, que me consume. Libera las manos y las lleva hasta mi trasero, como hizo la noche anterior, acercándome a su cuerpo. Agarro su rostro en mis manos, sosteniéndolo cerca, y así ya estoy perdida en él. ¡Es tan bueno con la boca! Juega con mis labios, y su lengua hace el amor gentilmente con la mía. Llevo mis manos a su cabello, apretándome más contra él.
-¡Permiso!
Miro para atrás para ver un grupo caminando por el camino, esperando para pasar y estamos en el camino.
¡Opps! Luke ríe y me jala fuera del camino para que ellos puedan continuar.
-Creo que fuimos capturados -susurra Luke en mi oído, colocando un hilo de cabello detrás de mi oreja y besando mi mejilla.
-Creo que sí. -Río, sin aliento, y continuamos caminando hasta el auto.
***
-¿Trajiste comida? -No puedo esconder la sorpresa en mi voz, cuando Luke saca un pequeño refrigerador de la maleta del auto. Alejo mi cámara e inclino mi cadera hacia el auto. Él me ofrece una sonrisa tímida.
-Sí, preparé un picnic. Me pareció una buena idea después del camino, para relajar un poco. ¿Espero que este todo bien? Dijiste que no tenías ninguna sesión hoy.
-Me parece bien, estoy muriendo de hambre.
-Genial. Ven. -Toma mi mano y me lleva en dirección a la floresta, en otro camino de tierra. Los árboles y los helechos son exuberantes y densos, no dejan entrar mucha luz solar. Después de algunos minutos caminando, el camino se abre a un claro. Hay un bello prado con césped alto. Un roble grande está en el medio, sus ramas verdes proporcionan mucha sombra.
-¡Oh, es lindo! -Llevo mi mano al majestuoso árbol y miro las ramas-. Este árbol tiene por lo menos 200 años de edad.
Miro a Luke, una enorme sonrisa en mi rostro. Está de pie cerca de mí, la manta a sus pies, las manos en los bolsillos.
-Estoy feliz de que te guste.
Mire para arriba nuevamente.
-Luke, yo amo esto.
Lo ayudo a extender la manta que usamos el día anterior en su casa en el suelo del césped, cerca de la sombra del árbol.
-Ponte cómoda.
Me quito mis sandalias y me siento sobre la suave manta, mis piernas estiradas delante de mí y me inclino para atrás, apoyándome en mis manos. Luke también se quita los zapatos -mmm, pies descalzos... -y se arrodilla en la manta. Toma ensalada de frutas, bocadillos, hummus y pan. Mi estómago gruñe y reímos juntos.
-¿Hiciste todo eso?
Él me pasa un sándwich y le doy una mordida.
Mmmmm...
-Sí, lo hice esta mañana. -Me pasa la fruta y coloca un bizcocho con hummus en mi boca-. Amo a una mujer que le gusta comer.
Paro de masticar y lo miro, arrugando la frente, acordándome de mis muslos y mi trasero redondo.
-¿Qué quieres decir?
-Solo lo que dije. Me gusta una mujer que le gusta la comida.
Se encoje los hombros y se sorprende con mi expresión.
-¿Qué crees que quise decir con eso?
Mierda.
-No sé. Me siento como una fresa.
Sus ojos se estrechan.
-No me digas que tienes problemas con tu cuerpo.
-No seas ridículo. -¡Que Mierda!
-Natalie, eres linda, no tienes ninguna razón para pensar lo contrario.
-¿Pero no acabas de ver como devore ese sándwich? No tengo ningún problema con eso.
Para de hablar sobre eso.
Él balancea la cabeza.
-Está todo delicioso. -Sonrío dulcemente.
Parece haber notado mi intento de cambiar del tema, pero lo deja pasar, y comienzo a guardar las sobras de regreso al refrigerador. Me acuesto y respiro profundamente, satisfecha. Oh, eso es bueno. Un día caliente de finales de verano, buena comida, un hombre sexy... Si, es un día muy bueno.
De repente, Luke jala mis pies a su cuerpo y comienza a masajearlos, cambiando el día de bueno a glorioso.
-Oh, Dios. Cocinas y haces masajes de pies. Debo estar soñando. -Lo escucho reír.
-¿Hey, que es eso? -Pasa el pulgar por el arco interior de mi pie derecho.
Ah, eso.
-Un tatuaje.
Me rasca el pie y me retuerzo riendo.
-Obviamente, listilla. ¿Qué dice?
-Dice "Un paso cada vez" -respondo y suspiro, mientras continua trabajando su magia en mis pies.
-¿En qué lengua?
-Italiana-respondo.
Sus dedos trazan las palabras y me levanto en mis codos para verlo. Cuando sus ojos encuentran los míos, estan brillantes, y los músculos debajo de mi cintura se aprietan.
-Es sexy. -Sonríe.
-Gracias. -Le devuelvo la sonrisa.
-¿Tienes más? -Mueve la cabeza para un lado y toma mí otro pie.
-Sí.
Sus ojos viajan directamente a los míos.
-¿Dónde?
-Varios lugares.
-No veo ninguno más. -Sus ojos rozan mis piernas desnudas, mis brazos, mi pecho.
-La del pie es la única visible con mis ropas, y eso solo cuando estoy descalza - susurro.
-¡Oh, esto es divertido! -Libera mi pie.
-¡Hey! Me estaba gustando el masaje en los pies. -Agarra mis tobillos y jala mis
piernas, entonces corre mi cuerpo con sus manos y sus rodillas, hasta que su nariz está casi tocando la mía.
-Quiero saber en dónde están los otros tatuajes, Natalie
Muerdo mi labio y balanceo la cabeza. ¿Quién podía formar palabras con aquel cuerpo encima?
-¿No me vas a decir? -Se inclina y besa levemente el borde de mi boca.
Nuevamente niego con la cabeza.
-Entonces voy a tener que encontrarlos.