-Oye, bebé. -Luke me envuelve en sus brazos y entierra su nariz en mi cuello-. ¿Cómo estás?
-Creo que voy a estar un poco adolorida, pero estoy bien. Olvidé que hacer snorkel es agotador. -Sonrío y vuelvo el rostro hacia él.
Simplemente se lleva mi aliento. Está sin camisa, con apenas unos shorts negros que caen bajo sus caderas de una manera muy sexy mostrando los músculos que forman la V, que corren hacia abajo, hasta desaparecer en la ropa. Está un poco bronceado desde que llegamos aquí, su piel está cada vez más dorada. Mi boca se seca cada vez que lo miro. Y porque puedo, levanto mi lente y tomo una foto suya. Sonríe tímidamente, y tomo otra.
-Adoro tomarte fotos.
-Ya lo noté. Me has apuntado esa cosa más de cualquier otra cosa en estos tres días que estamos aquí.
-Eso no es verdad. -Río y toma mi cámara de mis manos y de repente me convierto en el interés de la cámara-. ¡Oye! Estoy del lado errado del lente.
-Este es el verdadero espíritu deportivo, bebé. Dame una sonrisa dulce.
Me inclino hacia atrás en la barandilla y poso para él en broma, armando una pose hacia un costado y plantando la mano en la curva que formé.
-Tenemos que venir más seguido -murmura, mientras continúa tomando fotos mías.
-¿Por qué?
-Porque me encanta verte caminar el día entero en bikini. Consigo ver casi todos tus tatuajes.
Sonrío y me alejo de él; mi lado izquierdo expuesto, subo mi brazo izquierdo al lado de mi cara mirando hacia él a través de la curva de mi codo.
-Dios, eres buena en eso. -Se aleja, sus ojos brillando con humor y lujuria, y le sonrío.
-Bien, espera. -Me saco el pareo y lo dejo caer en el suelo de la terraza viendo sus ojos dilatarse. Me encanta ver como le gusta mi cuerpo. Mis inseguridades anteriores desaparecieron hace mucho tiempo. Giro la espalda para él y pongo mi cabello por encima de mi hombro. Mis manos a cada lado, descansando sobre el balcón de la terraza. Sé que en esta posición tiene una visión completa de mis tatuajes en mi espalda y en mi muslo.
-Vas a pagar caro por esta provocación. -Escucho mi cámara haciendo clic en las fotos y el cambio de la respiración de Luke.
-¿Terminaste con eso? -pregunto.
-Sí -susurra.
Me vuelvo para enfrentarlo y me subo en el balcón de la terraza, sentándome.
-¡Cuidado!
-Estoy bien, no me voy a caer. -Me siento, sujetándome con mi pie derecho descansando sobre la barra. Mi tatuaje queda expuesto.
-Dale zoom antes de tomar la foto.
Extiende mi pie y presiona el obturador como diez veces.
-Odio decepcionarte -murmuro secamente-: Pero solo el último tatuaje es nuestro pequeño secreto.
Sus ojos se oscurecen cuando se retira y toma más fotos de mí.
-¿Cuántas personas ya vieron tus tatuajes? -pregunta, la cámara todavía en su rostro.
-Muchas personas.
-¿Qué significa eso? -Baja la cámara y me mira.
Mierda.
-El de mi pubis es el más reciente y nadie además de ti y del artista lo vieron. El de la espalda, a veces puede ser visto cuando estoy usando un cierto estilo de blusa
o vestido, pero nadie nunca me preguntó lo que significa. La verdad, eres el único que sabe lo que significan.
-¿Y el de las piernas? -pregunta.
Me encojo de hombros.
-No era virgen cuando te conocí.
Frunce el ceño y mira hacia abajo y me desespero por levantar su humor.
-Oye. -Me empujo fuera del balcón y me aproximo a él, cerrando la distancia entre nosotros-. El pasado es pasado, Luke. Esto es para nosotros dos.
-Lo sé. -Traga y me mira con esos ojos azules-. Es que no consigo evitar estar un poco loco, imaginando que otros hombres te tocaron.
-Cariño -sonrío y corro mis dedos por su rostro-. Tu toque es el único que realmente es importante para mí. Me has despertado sentimientos que no sabía que existían. No te preocupes con el pasado. Eres todo lo que veo. Además de eso - tomo la cámara de su mano y le coloco de vuelta la tapa del lente- tú, mi amor, ciertamente no eras un muchacho virgen.
-¿Cómo lo sabes? Tal vez lo fuera -ríe.
-No hay ninguna manera que puedas ser tan bueno en la cama siendo virgen.
-¿Eh? ¿Cuán bueno soy? -Me guiña y me atrae a sus brazos, pasando las manos por mi espalda desnuda.
-Hmm... eres más o menos.
Ríe mientras se inclina, dándome beso en la esquina de la boca.
-Más o menos, ¿eh?
-Sí, pero lo soporto. En consideración.
-¿Acabas de decir que lo soportas? -continua moviendo los labios suaves por toda mi barbilla, en dirección a mi oreja.
-Realmente es muy difícil, pero de alguna forma consigo encontrar la fuerza de voluntad.
Ríe y sujeta mi rostro suavemente en sus manos, llevando sus labios sobre los míos, al principio suavemente, pero después lo profundiza más, pero todavía amorosamente.
Ya que tenemos todo el día. Agarro sus caderas, entrelazando mis dedos, mitad de la mano sobre la tela y la otra mitad en la piel desnuda. Dios, este hombre sabe besar. Va hacia atrás y, todavía sujetando mi rostro, mira en mis ojos.
-Guau -murmuro y veo su cara con humor.
-¿Conseguiste soportarlo bien?
-Eres muy bueno en eso.
-Entonces, lo estás consiguiendo. ¿Trajiste un vestido?
Hago una mueca con el cambio de tema.
-Sí, ¿por qué?
-Tengo algo planeado para la cena.
-Ah. Quería tomar fotos de la puesta de sol.
-Todavía puedes. Trae la cámara.
-Está bien. ¿Cuándo salimos?
-En una media hora.
-¿A dónde vamos? -pregunto.
-Es una sorpresa, cumpleañera. -Sonríe y pasa su pulgar por todo mi labio inferior.
-Mi cumpleaños está durando más de lo normal.
-Estas son las vacaciones de recuerdo de tu cumpleaños, entonces todavía eres cumpleañera. -Me besa, luego, entrelaza su mano con la mía y me lleva dentro.
Nuestra cabaña, aunque cabaña sea realmente una palabra errada para definir el sitio, es absolutamente impresionante. Es realmente un bungalow sobre el agua. No; una simple cabaña en un pequeño hotel sería insuficiente para mi hombre.
Nuestro espacio es enorme, con dos cuartos, un gran área común y dos baños. El baño principal, tiene una bañera para dos personas, sobre una plataforma, con vista panorámica del océano.
La verdad, la mayoría de los cuartos tiene vista hacia el exterior con lindas cortinas para dar privacidad. Alguna parte del piso es de madera oscura, pero la mayoría es de vidrio para que puedas tener la visión del mar y de los peces debajo de ti.
Los muebles son blandos, caros y acogedores. La cama principal es grande, con sábanas blancas, edredones y almohadas suaves. El área común tiene mucho color: naranja, amarillo y rojo. Es realmente maravilloso.
-¿Ya estuviste aquí antes? -pregunto, mientras tomo mi vestido y los tacones.
-No, es mi primera vez. No vas a necesitar tacones.
-Ah, está bien. ¿Zapatillas?
-Sí.
-¿Será que vamos para algún lugar en la arena?
Sonríe y me guiña. Bien, no me va a decir.
-¿Te vas a cambiar?
Saca una camisa de botones blanca de manga corta y se viste dejando los botones desabrochados.
-Bueno, ya estoy listo. -Río y llevo mis manos atrás para soltar mi bikini, dejándolos caer en mi mano. Mirando para abajo, hago lo mismo con la parte inferior. Ando desnuda por la habitación y tomo una braga.
-Sin braga. -Me volteo para cuestionarlo. Sus ojos están ardiendo.
-Pero...
-No. Sin ropas íntimas.
Guau. Es tan mandón. Me gusta eso. Extraño.
-Está bien. -Tomo el vestido más largo negro, y me visto, alisándolo en mi cuerpo y después deslizo mis pies en mis zapatillas negras. Paso el cepillo por mi cabello vigorosamente, después lo amarro en una trenza simple hacia el lado izquierdo, para que descanse sobre mi seno. Paso una leve capa de rimel, me volteo para encontrar a Luke mirándome, su expresión ilegible.
-Estoy lista.
Sacude la cabeza como si estuviera sacando sus pensamientos y me sonríe tiernamente.
-Vamos.