Capítulo 31

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No dormí en toda la noche. Mi estómago estaba agitado, y sentía un poco de náuseas. Yo sé que es porque Luke se marcha esta mañana, y esto me pone nerviosa. Con seguridad me preocuparé por él hasta que regrese a casa. No me gusta saber que está volando.
No es como si uno pudiera conducir a Los Ángeles para un día de trabajo. El resplandor verde en el reloj dice que son las cinco de la mañana y Luke querrá levantarse y prepararse para su vuelo de ocho horas, así que decidí despertarlo. Me encanta despertar con él a mi lado.
Beso su rostro y le paso los dedos por el pelo.
-Despierta, mi amor.
-Um.
-Vamos. -Yo respondo, riéndome de él.
-Despierta. Tienes que prepararte para irte.
Se vuelve hacia mí y me envuelve en sus brazos, enterrando su cara en mi cuello.
-Vuelve a dormirte -murmura.
Ah, me encanta estar en sus fuertes brazos.
-Si vuelves a dormir, vas a perder tu vuelo. -Beso sus labios y todavía le paso los dedos por el pelo.
-Quiero que vengas conmigo.
-Vas a estar en casa mañana.
-No me gusta dejarte.
Sonrío y mi corazón se tambalea.
-Voy a estar bien.
-¿Me llevarás al aeropuerto?
-Por supuesto.
Suspira, sus ojos serios, mientras me mira a los ojos.
-¿Estás bien?-froto su cara áspera con la mano.
-Ya te extraño.
-Oh, esto es serio, Sr. Williams.
Luke se ríe y se echa sobre mí. Pasa sus dedos por mi mejilla y me besa suavemente, lo que hace que me derrita.
-Sí, no me gusta estar sin ti.
-A mí tampoco -susurro.
-Me alegra oír eso.
Pasa su nariz contra la mía cuando enlazo su cintura con las piernas. Todavía estamos desnudos después de hacer el amor anoche. Se agita y frota su erección contra mis pliegues suavemente hacia atrás y hacia adelante. Sé que hoy será diferente de la forma en que me tomó en el sofá anoche. Hoy será lento y dulce. Me está besando tiernamente con los ojos abiertos fijos en los míos. Él echa sus caderas hacia atrás y luego se desliza hacia mí, oh, tan lentamente.
-Luke. -Suspiro contra su boca.
-Te quiero -susurra.
No aumenta el ritmo, él sigue siendo igual lento y constante, dentro y fuera, poniendo mi cara entre sus manos y él es tan hermoso que no puedo contener las lágrimas que caen de las esquinas de mis ojos.
-No llores bebé.- Me seca las lágrimas con sus dedos y frota su nariz contra la mía de nuevo.
-Te quiero tanto -susurro de nuevo a él-. Por favor, mantente a salvo.
Sus ojos se abren, y sé que él puede ver mi vulnerabilidad en mis ojos, y por fin entiende el miedo de este viaje.
-Oh, nena. -Cierra los ojos con fuerza y entierra su cabeza en mi cuello. Paso mis brazos alrededor de él, sujetándome firmemente aumentando gradualmente el ritmo, me gusta, y poco después explotó la presión dentro de mí.

***


-Van a llamar para tu vuelo. Es mejor pasar por la seguridad. -Luke lleva una gorra de béisbol y gafas de sol con la esperanza de que no ser reconocido en el aeropuerto. Es sexy. Él siempre se ve sexy.
-Disfruta con Jules esta noche. -Él tira de mí y me besa profunda y lentamente.
-Compórtate. -Levanto una ceja y se ríe.
-Nos vemos mañana. Te llamaré cuando llegue al hotel. -Me besa de nuevo, entonces descansa sus labios en mi frente y dibuja una respiración profunda, como si de verdad no quisiera dejarme.
-Muy bien. Buen viaje, mi amor. -Pongo mis manos en el pecho y doy un paso atrás y lo miro caminar hacia la seguridad.

***

-¿Natalie? -Jules me llama cuando abro la puerta principal de la casa. Casi no había venido aquí esta semana.
-Sí, soy yo. Realmente no me siento bien, y creo que no tiene nada que ver con el viaje de Luke.
-¿Luke ha viajado?
Entro en la cocina. Jules está untando en un pan mantequilla, y cuando el olor llega a mi nariz, se me revuelve el estómago.
-Oh, mierda. -Me dirijo al baño y casi no consigo llegar a tiempo.
-Hey, ¿estás bien? -Ella está de pie en la puerta, mirándome. Jules es una de las pocas personas en el mundo a las que la dejaría verme vomitar.
-Creo que debe ser la gripe. Me sentí enferma toda la mañana. Pensé que eran mis nervios, pero al parecer no.
Mi estómago convulsiona de nuevo y regreso al baño, vomitando violentamente.
Jules desaparece y vuelve con un vaso de agua para enjuagarme la boca y limpiarme la ropa. Pone el vaso en el fregadero y pasa un paño húmedo sobre mi cuello y me lamento.
-Gracias.
-Vamos, te vas a la cama. Acuéstate por un rato y ve si mejora tu estómago.
-Ok.
Jules sigue allí. No me siento mal, pero las náuseas son intensas. Odio vomitar. Mi teléfono suena en mi bolsillo cuando me subo a la cama. Es un mensaje de Luke.
A punto de despegar. Nadie me reconoció. Ya te echo de menos hermosa.
Yo sonrío y contesto rápidamente.
Yo también te echo de menos. Mantente a salvo. Te quiero en casa tan pronto como sea posible, por favor.
Y tengo que vomitar de nuevo. Corro a mi cuarto de baño, y estoy ahí los próximos treinta minutos. Jules viene con paños húmedos y agua, y pone una toalla para que me quede de rodillas.
-Creo que deberíamos ir a Urgencias.
-No, estoy bien. -Me siento un poco mejor que totalmente miserable.
-Sí, me doy cuenta de que estás en plena forma -responde secamente.
-No seas perra.
-Nat, estoy preocupada. No paras de vomitar.
-No tengo nada más que vomitar.
-Sin embargo, todavía tienes arcadas. Esto no es normal, incluso para la gripe. No tienes fiebre.
Mi estómago está empezando a doler mientras todavía me aferro a la taza del baño.
-Nat, no me hagas llamar a mi madre.
-Ella estará de mi lado -respondo.
-Bueno, voy a llamar a Luke.
-No, él no puede hacer nada desde Los Ángeles de todos modos.
El impulso fue aún más fuerte. ¡Dios, no hay nada más que vomitar! ¿Qué hay de malo en mí?
-Bueno, Nat... entra en el maldito auto.
-Aquí hay un cubo. -Jules sostiene un gran recipiente de plástico en mi cara y me ayuda a entrar en el auto.
-Una hora vomitando incontrolablemente es demasiado. Probablemente estás deshidratada.
Ella me lleva a un hospital cercano, al servicio de urgencias.
Sorprendentemente, está muy tranquilo, rápidamente paso por una fila y me llevan a una habitación. Estoy agradecida de que esté Jules y que sea ella quien informe acerca de mi situación porque no puedo dejar de tener arcadas lo suficientemente como para formar una frase. Me las arreglé para obtener una muestra de orina y ponerme una bata de hospital.
-Natalie, mi nombre es Mo, y voy a ser su enfermera hoy. Pon esta pastilla debajo de tu lengua. Se llama Zofran, y ayudará a calmar las náuseas.
Acepto con gratitud el medicamento administrado por la enfermera, y doy una respiración profunda.
-Vamos a hacer algunas pruebas de los signos vitales. -Me sonríe y toma la temperatura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
-Todo es normal. Eso es una buena señal. La Dra. Anderson estará aquí un momento.
-Gracias. -Jules acerca una silla a mi lado y mi teléfono empieza a sonar. Es Luke.
-¿Hola?
-Hola, cariño, estoy en el hotel. ¿Todo bien ahí?
-Sí, todo está bien. Estoy hablando con Jules. -Los ojos de Jules se ensanchan y me susurra: ¿Qué coño estás haciendo? Asiento para que se calle.
-Bueno, eso está bien. Voy a mi primera reunión. Te mando un mensaje de texto lo antes posible.
-Está bien, ten una buena reunión. Te quiero.
-Yo también te quiero -oigo la sonrisa en su voz cuando cuelga.
-Natalie...
-Basta. Él no puede hacer nada en L.A. no es necesario que le preocupe. Estará en casa mañana de todos modos.
-Él debe saber que estás en la sala de emergencias. Dios, eres muy terca.
-Esta píldora que me dieron está ayudando con las náuseas. Ellos probablemente me enviaran de vuelta a casa.
-Toc, toc. -Una pequeña mujer rubia asoma la cabeza por la puerta-. Soy la doctora Anderson. He oído que no te sientes bien, Natalie.
-Vomité alrededor de una hora y media.
-Ha sido constante, ¿o las náuseas van y vienen?
-Constantes. No podía respirar, hasta que la enfermera me dio esta píldora contra las náuseas.
-Algunos otros síntomas como diarrea, fiebre, ¿dolor abdominal? -ella está apuntando notas en mi gráfica mientras hablamos.
-No, sólo vómitos. Yo estaba un poco enferma esta mañana, pero pensé que sólo eran nervios. Entonces, los vómitos comenzaron.
-Bueno, bueno, parece que podemos estabilizarlo. -Mira mi boca y mi nariz.
-Estas muy deshidratada, así que quiero una prueba de sangre, y también algunas pruebas de fluidos, sacaremos algo de sangre y haremos un examen de orina para saber si es algo, ¿de acuerdo? -me sonríe con cariño.
-Muy bien. ¿Puedo irme a casa?
-Probablemente. Esperemos algunos resultados de las pruebas, y estaré de vuelta pronto, ¿de acuerdo?
-¿Has visto? -Hablo para Jules, después que el médico salió-. Probablemente tengo un resfriado. La enfermera Mo regresa a la habitación y empieza mi examen.
-¡Oh, no, estaré fuera! -Jules salta y sale corriendo de la habitación. Sonrío a Mo
-Ella odia las agujas así como algunos de nosotros odiamos las arañas.
Mo se echa a reír, toma un poco de sangre y sale de nuevo, dejándome con Jules.
-¿Cómo te sientes? -me pregunta.
-Mejor. Todavía un poco mareada, pero no siento que vaya a vomitar más.
-Muy bien. Estabas empezando a asustarme.
Nos sentamos en un cómodo silencio, miramos nuestros teléfonos, y vemos un poco de televisión. Llevamos esperado mucho tiempo, unas dos horas antes de que regrese el médico de nuevo.
-Lo siento por el retraso. Tuve que esperar a la prueba de sangre, e incluso pedir una aceleración, algunos toman algún tiempo para prepararse. -Se acerca una silla a mi lado y parece que se está preparando para una larga conversación.
Mierda, ¿qué hay de malo en mí?
-Tengo buenas noticias, y otras noticias que también podría ser consideradas como buenas, dependiendo de la forma que elijas mirarlo.
-Muy bien. Me quedo con la buena noticia primero, por favor.
-Estas muy bien de salud. Todos sus signos vitales son normales y todos los exámenes dieron excelentes resultados.
-Bueno.
-Salvo, y aquí otra noticia, de que estás embarazada.
Oigo a Jules suspirar junto a mí, pero yo no lo entiendo.
-¿Qué has dicho?
-Estás embarazada.
-No, eso es imposible. -Niego firmemente-. Tiene que haber un error.
-Ah, ¿sí? -La doctora levanta una ceja-. ¿Por qué piensas eso?
-Tomo la píldora para prevenir el embarazo. Nunca, nunca olvido una píldora. Nunca. Soy un nazi de la píldora.
-La píldora puede ser muy eficaz en la prevención del embarazo, pero al igual que todos los otros medios de prevenir el embarazo puede fallar.
-No, se bien, lo que hago, no puedo estar embarazada.
Veo a Jules coger su teléfono y empieza a marcar vorazmente mientras el médico sonríe pacientemente y me acaricia el pelo.
-Natalie, la píldora tiene el 99 por ciento de efectividad cuando se toma correctamente. Hay un uno por ciento de posibilidades de que pueda fallar, y parece que acabas de entrar en esta estadística.
-¿Qué? -El mundo comienza a derrumbarse a mí alrededor.
-Ella tiene razón, Nat. -Jules pone el teléfono en mi cara-. No importa que dudes de la instruida doctora de aquí, pero medico Web está hablando de la misma cosa. El noventa y nueve por ciento de efectividad.
-Creo que es una mala noticia - dice la Dra. Anderson.
Miro a Jules y ella se ve tan sorprendida como yo.
-No lo sé.
La doctora mira mi anillo y sonríe ampliamente.
-Tal vez es sólo un estado de shock. Hicimos un análisis de orina y de sangre para confirmarlo. Me gustaría hacer un ultrasonido para determinar el momento del embarazo.
La enfermera Mo entró en la habitación con una máquina de ultrasonido sobre ruedas. En lugar de colocar una sonda en el estómago, el médico me coloca los pies en los estribos, para usar una sonda vaginal.
-El bebé es demasiado pequeño para verlo con la sonda externa -explica.
¿Bebé? Oh Dios.
La enfermera apaga la luz y todos miramos a la pantalla de la máquina.
De repente, hay un pequeño círculo negro, muy pequeño, y su interior vibra.
-¡Y ahí está! -dice la doctora Anderson sonriendo-. Yo diría que estas de alrededor de seis semanas.
Jules toma mi mano y miramos la pantalla con asombro.
-¿Es el corazón? -le pregunto, señalando el punto de la pantalla nerviosa.
-Sí. Es difícil de entender claramente esta máquina, pero el área de color negro es el líquido amniótico, y lo que es el corazón palpita. Tus náuseas y vómitos es algo que se llama hiperémesis gravídica. Es un malestar que ocurre generalmente en la mañana. Probablemente tendrás muchas náuseas durante el embarazo, por lo que te recetaré alguna píldora contra las náuseas para usar en casa. No van a afectar al bebé. También, debes dejar de tomar la píldora inmediatamente y debes empezar a tomar algunas vitaminas prenatales con ácido fólico, y pedir una cita con tu obstetra para las próximas cuatro semanas.
Ella presiona un botón de la máquina y se imprime una imagen de la ecografía.
-Aquí, algo para guardar. -Me guiña el ojo-. Vamos a mantenerte aquí por un tiempo tomando suero de leche, y comprobando si el vómito está bajo control y, a continuación te irás a casa.
-Ok
Ella se va y Jules y yo nos miramos.
-¿Estás bien? -me pregunta.
-No. Me siento entumecida.
-Me encantó tu anillo. La foto que me enviaste en la noche del sábado no hacía justicia.
-Gracias.
-Bueno, vamos a hablar de esto racionalmente. -Jules toma mi mano entre las suyas y me mira a los ojos-. Él te ama.
-Pensará que estoy tratando de retenerlo.
Ella se ríe y me da la mano.
-Natalie, sabes que eso no va a pasar por su cabeza.
-Su familia va a pensar eso.
-¿A quién le importa?
-¡Me pidió que me casara con él!
-Ahora estás balbuceando. Natalie, mírame.
-Es demasiado pronto. -Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando la miré. Gracias a Dios que estas aquí conmigo-. Nos acabamos de conocer, todavía estamos aprendiendo el uno del otro, Jules. Su pedido de mano tiene menos de una semana. Es demasiado pronto.
Las lágrimas llegan más fuertes, cuando mi teléfono suena de nuevo. Dejo que salte el buzón de voz.
-Nat, tienes que hablar con él.
-No voy a hablarlo por teléfono.
-No, pero él se preocupa si no contestas el teléfono. -Mi teléfono suena de nuevo, pero ahora estoy llorando demasiado fuerte para atender.
-Contesta tú. Dile que estoy en el baño o algo así.
-Teléfono de Natalie -responde Jules-. No, lo siento Luke, ella está en el baño. ¿Quieres que te devuelva la llamada? Uh huh. Bueno, yo se lo digo. Adiós.
-¿Y bien? -pregunto cuando ella cuelga.
-Él irá a otra reunión, pero te llamará más tarde.
-Muy bien. -Dejo caer la cabeza contra la cama-. Oh, Dios, ¿qué voy a hacer?
-¿De qué estás hablando? Tú y Luke van a ser padres. -Jules toma otra vez mi mano-. Nat, van a ser unos padres increíbles.
-Es demasiado pronto. -Susurro y pongo mis manos en la cara, llorando incontrolablemente.

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