Capítulo 29

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¡Oh dios mio!
Mis ojos están fijos en su rostro y todo el aire sale de mi cuerpo.
¡Casarme con él! ¿Casarme con él?
Es muy pronto. ¿Solo nos conocemos desde hace dos meses? Dos meses increíbles.
Sus preocupados ojos están mirando profundamente los míos, azul a verde y sé que desde el fondo de mi corazón, la respuesta es sí. Después de todo lo que hemos pasado estos dos últimos meses, todo lo que hemos compartido, no puedo imaginarme la vida sin él. Y él me necesita. ¡Él quiere casarse conmigo!
-Cariño, me estás matando -Luke se mueve para abrir la caja azul, pero pongo mi mano sobre la suya, deteniéndolo. Veo sus asustados ojos de nuevo sobre mí, pero le sonrío tranquilizadoramente.
-Solo tengo un par de cosas que decir.
Ahora estoy mareada y dentro de un torbellino de emociones, con el corazón en la garganta, pero estoy muy tranquila externamente.
-Adelante-murmura y todavía se le ve un poco de miedo e inseguridad.
-Cuando veo mi futuro, Luke, te veo en él. No veo tu dinero o lo que haces para ganarte la vida, o tu fama. Te quiero y te respeto por eso, pero me encanta el hombre que eres. Quiero tener lo que mis padres y lo que tus padres tienen. Sería un honor ser tu esposa, darte niños y hacer una vida a tu lado.
Mientras hablo, las lágrimas corren por mi cara sin control. Los ojos de Luke se suavizan y aprieta sus brazos alrededor de mí.
-¿Eso es un sí? -susurra y me da un poco de risa entre las lágrimas.
-Sí.
-Gracias a Dios. -Mueve sus labios sobre los míos y toma mi mano en su mejilla.
-Me tenías preocupado por un minuto -susurra contra mis labios.
Ah, me encanta cuando Luke susurra. Simplemente me encanta Luke.
-Me dejaste completamente cautivado. Creo que me olvidé de respirar.
-¿Puedo mostrártelo ahora? -Tiene la caja con el anillo y me sonríe.
-Por favor.
Se sienta en el sofá y se arrodilla frente a mí. Oh, Dios mío. Al ver a mi hombre sexy, cabello rubio, ojos azules brillantes en un traje negro con su corbata floja, de rodillas ante mí, con una caja azul con el anillo, es una imagen que tendré el resto de mi vida.
-Cuando vi este anillo, yo sabía que era para ti. Lo tengo desde el día que compré tus perlas.
Suspiro, mis ojos muy abiertos. ¡Él quería casarse conmigo desde la noche en el viñedo!
-No creo que estuvieras lista entonces.
Se ríe cuando yo sacudo la cabeza.
Él abre la caja y en terciopelo hay un diamante perfecto. La piedra central es grande, pero no exagerada. El anillo es de platino, con dos filas de diamantes más pequeños en ambos lados, que se tuercen alrededor uno del otro para encontrarse con la piedra central.
Las lágrimas arden en mis ojos de nuevo cuando él toma la caja, la pone en mi mano izquierda y me besa el dedo.
-Gracias. Es perfecto.
-Al igual que tú. -Se inclina y me besa apasionadamente y pongo mis brazos alrededor de él, tirándolo hacia mí.
Él levanta mi falda larga hasta los muslos, deslizando sus manos sobre ellos y debajo de la falda para tomar mis caderas.
-Jesús, me encanta este nuevo hábito de no usar ropa interior. -Sonrío contra sus labios-. Voy a escribirlo en los votos. No ropa interior.
Suelta una carcajada y luego suspiro cuando él empuja mis caderas hacia delante y me tira contra los cojines del sofá.
Él suspira tembloroso, cuando miro, estoy expuesta a él desde la cintura para abajo.
-¿Tienes alguna idea de lo hermosa que eres?
-Me haces sentir hermosa.
Él se sienta sobre los talones y empuja un dedo dentro de mí, con los ojos fijos en mi centro, viendo su mano.
-Eres la mujer más hermosa que he conocido en mi vida, nena.
Dejo escapar un gemido cuando él continúa a torturándome con el dedo. Estoy completamente mojada. Jesús, lo que hace en mí, con un solo dedo.
-Luke, te quiero a ti.
-Oh, créeme, vas a tenerme. -Saca el dedo mojado de mi interior y lo chupa-. Tienes un buen sabor.
Él se agacha y abre mis muslos, con las palmas de las manos, abre mi centro en el proceso. Agarro los cojines del sofá, preparándome para la invasión de su increíble boca, levanto mis caderas cuando me cubre con su boca, su lengua está empujando dentro de mí.
-¡Oh, Dios mío! -Sumerjo mis manos en su pelo, girando las caderas. Él me aprieta el culo, mi pelvis se inclina más y sigue volviéndome loca con esa boca.
Frota la punta de su nariz contra mi clítoris y me corro, entre convulsiones y temblores, grito su nombre. Él mordisquea mis muslos mientras mi cuerpo se calma.
-Mierda, eres bueno en eso. -Me siento y paso mis dedos por su cabello rubio.
-Mmmm, me alegro de que lo apruebes, nena. Ponte de pie por mí -habla y se levanta con gracia, se quita la chaqueta, la corbata y la camisa, jugando en el suelo de la plataforma.
Después de lo que me hizo, mis piernas se tambalean. No creo que pueda soportarlo.
Toma mi mano y tira de mí hasta que me pongo de pie y envuelve con sus brazos mis hombros al descubierto.
-Apóyate en mí.
-Gracias a Dios -susurro en su cuello, mientras sus manos se deslizan por mi espalda, dejando caer mi vestido. Yo con mi brazo derecho me saco el vestido y él cae a mis pies.
-Dios, ¿sin sujetador también? Me alegro de no haberlo sabido, o tendríamos que habernos encerrado en un cuarto de baño del club y dejarte desnuda toda la noche.
Sus manos se suavizaron de regreso a mi culo.
-No estás desnudo.
-Oh, ¿quieres que esté desnudo también? -pregunta inocentemente y me muerde la clavícula.
-Sí. ¡Ahora!
-Exigente ¿eh?
-¿Por qué no?
Sus manos aprietan mi culo y suben por la espalda hasta llegar a mi pelo cuando comienza a tirar los broches, dejándolo caer suelto sobre los hombros.
-Me encanta tu cabello -murmura al verlo completamente suelto.
-Me encanta tu pelo también. -Empujo mis dedos a través de él y él sonríe.
-Lo sé.
Después de que mi cabello está suelto, toma mis manos entre las suyas y las besa, sus ojos en los míos. Da un paso lejos de mí y el aire frío de la noche gira alrededor mío, enviando un escalofrío, que hace que mis pezones se endurezcan.
-Me encanta tu cuerpo. Me encanta cómo eres con curvas. -Sus ojos ávidamente se deslizan sobre mi cuerpo.
-Estoy feliz. -Sonrío tímidamente-. Pero no estás desnudo.
Levanta una ceja.
-¿Impaciente?
-Quiero que mi novio me haga el amor -susurro y sus ojos se dilatan.
-Dilo otra vez -murmura.
-Hazme el amor -le susurro.
-No, la otra parte.
Una pequeña sonrisa se extiende a través de mis labios.
-Mi novio.
-Dios, has contestado que sí. -Él traga saliva y luego esboza una amplia y alegre sonrisa y me enamoro aún más.
Asiento y miro mi hermoso anillo.
-¿Pensaste que iba a decir que no?
-No, yo solo... -Se pasa la mano por el pelo-. Estaba muy nervioso.
Cierro la distancia entre nosotros y lo beso en los labios suavemente.
-No tienes ninguna razón para estar nervioso conmigo. Tienes mi corazón desde hace algún tiempo. Ahora, mi hermoso novio, por favor llévame a la cama y hazme el amor. -Él me toma en sus brazos y me lleva a la habitación, besándome suavemente.

Conmigo #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora