Despierta, bebé. -Luke está acariciando mi cabello delicadamente y besando mi frente. Yo quiero que se vaya para poder hundirme en la almohada y volver a dormir. ¡Es demasiado temprano!
-No.
-Vamos, querida, abre esos lindo ojos verdes.
-No quiero.
Él se ríe y besa mi mejilla.
-Vamos nena, ya es la hora, ¡despierta! Es hora de prepararse para ir al gimnasio.
Giro para mi lado y abro un ojo, mirándolo, vacilante.
-Tú me odias.
-No, cariño, exactamente lo opuesto. Vamos, vamos, levántate. -Desliza sus labios sobre mi mejilla y luego en mis labios y suspiro.
-Vamos a quedarnos aquí y estar calentitos y preparados, bonito.
-Oh, no, tú no. Vamos, levántate. -Me golpea el trasero y se aleja de mí.
¡Él ya está vestido!
-Oh Jesús, eres una persona madrugadora. Eso puede cambiar todo. -Me siento y desperezo, mirándolo con cautela.
-¿Ya vas a prescindir de mí? -sonríe divertido.
-Estoy pensándolo. -Froto mis manos en mi rostro y siento el aroma al café.
-¿Ese aroma que siento es a café?
Luke toma una taza de la mesa y bebe un poco.
-Traje esto para ti, pero como estás prescindiendo de mí, voy a tomarlo yo.
Salto fuera de la cama y corro para sacarle la taza de la mano.
-¡Mío!
-¡Ah, ah, ah! -Él la quita de mi alcance-. Me has herido.
Su sonrisa lo traiciona pero salto junto a él jugando este juego.
-Lo siento mucho. ¿Puedo tomar ese café?
Me muerdo mi labio y lo miro inocentemente a través de mis pestañas. Él aprieta los labios y mueve la cabeza de un lado a otro como si considerase mi pedido.
-Bueno, tal vez. Si me besas.
Frunzo las cejas y levanto mi rostro hacia el de él, besándolo en la mejilla, con un ruidoso beso.
-¿Ahora? -le pregunto.
-Ah, creo que puedes hacerlo mejor que eso. Este es realmente un delicioso café. -Toma un sorbo y se mueve rápidamente lejos de mí cuando salto en su dirección nuevamente. Cambio mi táctica y deslizo mi mano hasta su short y agarro su creciente erección con mi mano, moviéndola para arriba y para abajo.
-¿Ahora?
Sus ojos se dilatan y sonríe maliciosamente.
-Amo la manera como piensas, bebé.
Me entrega la taza y lo suelto, caminando en dirección al baño.
-¡Hey!
-Voy a dejarte caliente e incómodo en el gimnasio, no aquí. -Lanzo una mirada sobre mi hombro y cierro la puerta detrás de mí, mientras Luke se ríe.
-Cariño -grita a través de la puerta-. Tú me dejas caliente e incómodo en todos los lugares.
***El gimnasio de Luke es pequeño y en un lugar apartado, lo que no debería sorprenderme.
Es un lugar donde él no sea reconocido y me gusta el gimnasio, un lugar con el sonido del rock retumbando por los parlantes del equipo de sonido y sin lujos. Ningún bar de vitaminas, ninguna chica con sinuosas curvas con poca ropa. Las personas vienen aquí a entrenar, no para ser vistas.
Es tan discreto.
-¿Por dónde quieres comenzar? -me pregunta cuando estoy parada en la puerta.
-¿No vamos a entrenar con tu personal trainer? -Estoy aliviada de que solamente tenga que venir hoy al gimnasio con él. Me siento confiada lo suficiente para entrenar con un personal. Sé que soy fuerte y tonificada, a pesar de mis curvas, pero no me gustan los extraños tocándome o mirando mi cuerpo.
-Sólo nosotros dos, bebé.
-Ok, creo que voy a correr un poco.
-Parece buena idea-Me lleva a una hilera de cintas de correr y escogemos dos aparatos al final, uno al lado del otro.
-Traje mi música. -Saco mi iPhone y mis auriculares de mi sostén y me los pongo en mis oídos.
-¿Qué más tienes ahí? -se ríe y me acerco a él. Amo su humor despreocupado de hoy. Se está divirtiendo y eso me hace relajar.
-Está bien, voy a ver las noticias. -Apunta para la TV plana al frente nuestro. Me muestra cómo encender y apagar la cinta, entonces inicia la de él y comienza a correr en un movimiento constante. Mi boca queda seca. Dulce Madre de Dios, este hombre es increíble. Él corre sin esfuerzo y tengo que esforzarme para no mirarlo antes que me distraiga completamente.
Pongo música, hoy es Lady Gaga, e inicio mi rutina acompañada de la música. Siempre me gustó correr pero parece que nunca encuentro el tiempo. Miro el tablero de la cinta a mi frente y despejo mi mente, escuchando a Lady Gaga cantar sobre un mal romance. En pocos minutos encuentro mi ritmo y sonrío cuando Kelly Clarkson canta sobre ser más fuerte. Sí, me podría acostumbrar a esto.
Antes que me dé cuenta, pasaron treinta minutos y casi cinco kilómetros, y estoy sudando como loca. Disminuyo la velocidad y camino durante cinco minutos, luego detengo la cinta para beber agua. Miro a mi derecha donde estaba Luke, pero él desapareció.
Con una mueca en mi cara, miro por todo el gimnasio buscándolo. No lo veo enseguida, entonces tomo mi toalla, guardo mi teléfono en mi sostén y camino hacia las pesas.
-¿Puedo ayudarte en algo? -Me vuelvo cuando oigo una voz profunda y entonces sonrío.
-¡Brad! ¿Cómo estás?
-Bien.
Él me da una palmada en el hombro, sosteniéndome por algunos segundos más de lo que sería educado y me sonríe ampliamente.
-Nunca te he visto antes por acá. ¿Pensando en entrenar aquí?
-Oh, vine con alguien hoy.
-Que bien. ¿Puedo alcanzarte un poco de agua o una toalla?
-Tú entrenas aquí -murmuro secamente.
-Oh, sí, entreno aquí. Puedo mostrarte cómo usar algunas pesas si quieres.
-Eso no será necesario. -Brad y yo volteamos juntos al oír la fría voz de Luke.
-Hola. -Brad sonríe a Luke y le da un apretón de mano-. No me presenté ayer. Soy Brad.
Luke aprieta su mano y le da una sonrisa que no se refleja en la mirada.
-Luke.
Los ojos de Brad se agrandan por la sorpresa.
-Joder, eres Luke Williams.
La sonrisa de Luke no vacila.
-Sí, soy yo.
-Bueno, hum... -Brad me da una mirada interrogadora y sonríe a Luke-. Fue un placer conocerte. Te veo más tarde, Natalie. -Me saluda con un movimiento de su mano y desaparece entre las pesas.
-Entonces parece que Brad es más que un amigo de un amigo. -Luke gira hacia mí, sus ojos están distantes y fríos. Mierda.
-No, eso es exactamente lo que él es.
-Él no te mira de esa manera.
-¿Cómo es que me mira? -Encaro a Luke, mis brazos cruzados en mi pecho.
-Estaba coqueteando descaradamente contigo.
Muevo la cabeza con firmeza.
-Él es solo un hombre seductor, Luke. Estaba siendo amigable conmigo. Y yo estaba buscándote.
-Recibí una llamada. Tengo que irme ahora, lo siento mucho. Debo correr para casa y hacer un trabajo.
-Ok, vámonos.
-¿Tienes que trabajar hoy? -Él abre la puerta del auto para mí y me deslizo dentro.
-No -respondo mientras él ya está sentado al volante-. Tengo el día libre.
-Puedes venir a casa conmigo. - ¿Cómo puede ir de irritado y celoso a dulce y tranquilo?
-Está bien, sólo llévame a casa.
-¿Estás enojada conmigo? -su voz es suave y no puedo mirar su cara.
-Sí. ¿Siempre vas a reaccionar de forma exagerada cuando un hombre hable conmigo?
-Él puso las manos en ti dos veces en dos días, Natalie. No estaba solamente hablando contigo.
-Pero yo no hice nada malo.
-Él quiere sexo y tú no has hecho nada para disuadirlo.
-Luke, soy más que capaz de decir que no. Confía en mí, es todo lo que dije toda mi vida adulta. ¡Hasta que apareciste tú! -mi voz aumentaba con mi frustración.
¿Será que no ve lo loca que estoy por él? ¿Qué no quiero a nadie más?
-Nunca voy a estar tranquilo con otro hombre con sus manos sobre ti. Acostúmbrate a eso. -Su voz es alta y sus ojos están fríos. Se detiene al frente de mi casa y yo desciendo sin esperar que me abra la puerta. Él salta fuera del auto y me sigue hasta el porche delantero.
-Vete a casa, Luke. Ve a trabajar. -Meto la llave en la cerradura, su mano cubre la mía y no puedo girarla.
-Natalie, no te pongas mal conmigo.
-¿Qué no me ponga mal? Puedo ser tu novia pero no soy de tu propiedad.
-Nunca dije que lo fueras. -Da un paso hacia atrás como si lo hubiera abofeteado.
-Brad es solo un seductor. Confía en mí, nunca va a pasar algo entre nosotros.
Su mirada se enfría cuando nombro a Brad y quiero besarlo para calmarlo y sacar toda esta angustia fuera de él, por ser tan celoso y ciego. Respiro hondo y decido cambiar de táctica.
-¿Recuerdas ayer al comparar a Brad y yo juntos en la cama, sacando fotos en el estudio, contigo en la pantalla en una escena de amor?
-Sí. -Se pasa la mano por su cabello y parece completamente frustrado.
-¿Yo debería ponerme celosa cada vez que una fan enloquece por ti? Todas quieren sexo contigo. Todas. Ellas fantasean con follar contigo y conquistarte para que seas su novio. Confía en mí, esas chicas pasan más tiempo pensando en ti de lo que me puedo imaginar.
Comienza a hablar pero enseguida cierra la boca y mueve la cabeza.
-No te atrevas a decir que no es la misma cosa. La pasión es pasión. Brad tiene tanta oportunidad de entrar en mis bragas como cualquiera de esas patéticas mujeres la tienen de entrar en tus boxers.
Él suspira fuerte.
-Bien, creo que puedo ver ese punto.
-Ve a trabajar. Necesito tomar una ducha.
-¿Aún estás enojada conmigo? -Acorta la distancia entre nosotros y aprieta mi mano en la suya con fuerza.
-Un poco. En un rato se me olvida... Vete a trabajar y me llamas más tarde.
-Ok. -Se inclina y me besa suavemente en los labios, entonces sujeta mi cabello y me empuja hacia él besándome profundamente, como si estuviese pidiendo disculpas con su beso y me derrito contra él.
-Tú me pones loca -murmuro en sus labios.
-Ídem, bebé. Te llamo más tarde.
Me deja en el porche y entra en su auto. Sonríe y siento el placer recorrer mi cuerpo. Me enamoré de un hombre lindo, sexy, dulce, celoso y con una dosis excesiva de control.
Mierda.
***Jules está en la cocina cuando entro. Apoyo mi bolso en la mesa y abro la puerta de la heladera con fuerza para agarrar agua.
-Bueno, hola sol -dice Jules sarcásticamente.
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en el trabajo?
-Estoy trabajando en casa. Ey, tú realmente estás mal humorada. ¿Qué sucedió? -Ella se planta con las manos en sus caderas, el ceño fruncido y yo inmediatamente me siento mejor.
-Él solamente me irritó en el gimnasio. Luke tiene unos celos enfermizos.
-¿Celos asustadores o celos sexys? -pregunta Jules con las cejas levantadas.
-Celos estúpidos. -Suspiro y me tiro en el sofá rojo de la sala de estar. Jules me sigue y se sienta en el sillón de frente a mí, el cuerpo apoyado sobre sus pies descalzos.
-Obviamente él está loco por ti.
Ella toma un sorbo de su propia agua. Yo levanto los hombros.
-Creo que sí. Soy novata en todo esto, Jules. No me gusta ser interrogada sobre las cosas que hago.
-¿No está siendo un imbécil controlador, no?
-No, pero tiene un estilo mandón. No de una manera mala. Sé que le gusto. Es dulce y gentil conmigo. Pero él se enredó con Brad. -Pongo los ojos en blanco y tiro mi cabeza contra el almohadón.
-Tu cliente sexy. ¿Es modelo este Brad?
-Sí. Le expliqué a Luke cuando nos encontró ayer en el estudio y hoy en el gimnasio...
-Ufff, me pregunto por qué. Ese chico está loco por ti.
Le hago un gesto de enfado.
-¡No lo está! ¡Él es solo un seductor! No comiences tú también.
-Nunca puedes reconocer a alguien que está interesado en ti, Nat.
-Luke no tiene nada de qué preocuparse.
-Oh, yo sé eso. -Ella rechaza mis palabras con un gesto de su mano.
-¿Por qué él no lo entiende?
-Esto es nuevo para él también.
-¿De qué lado estás tú?
-Tuyo, querida. Siempre del tuyo. ¿Dónde está él?
-Fue a su casa a trabajar. Alguien lo llamó cuando estábamos entrenando.
-Tal vez puedas aprovechar tu día libre.
-Probablemente. Ey, ¿qué haces realmente aquí? Tienes trabajado bastante en casa últimamente. -Jules hace una mueca y se encoge de hombros.
-Trabajar en casa es tranquilo.
-Uh uh. No creo nada de lo que dices. -No está contándome la verdad. -Yo sé que no me estás contando todo, Julianne Montgomery.
-Mi nuevo jefe es un palo en el culo.
Ella encoge los hombros de nuevo pero parece que está luchando contra las lágrimas. Alarmada, me siento en el sofá y agarro sus manos.
-¿Te ofendió?
-No, es solo un idiota condescendiente. -Ella encoge los hombros pero después cae en llanto. Puta mierda.
-Querida, ¿qué está sucediendo? -dejó caer la cabeza entre las manos y grita, sollozando.
-Tuve sexo con él. -Llora con las manos cubriéndose el rostro.
-¿Qué? -Me siento, mi boca abierta, asombrada. Jules tiene una política rigurosa de no tener sexo con los colegas del trabajo.
-La noche que tú trajiste a casa a Luke la primera vez. -Recuerdo aquella noche cuando Jules fue directo para arriba sin venir a la cocina para conocer a Luke.
-¿Cómo? Jules, esta no eres tú.
-Lo sé. -Se limpia los ojos y la nariz con la parte de atrás de su mano.
-Salimos a cenar con algunas personas de la oficina y yo había bebido mucho.
-Querida, ¿él está intentando perjudicarte en el trabajo?
-¡No! No, nada de eso. -Ella respira hondo y le entrego un pañuelo-. Solo es incómodo. Y no ayuda que sea absolutamente sexy. Casi tanto como Luke. - Ella me sonríe y mis hombros se relajan un poco.
-Guau, eso es muy sexy.
-Ya lo creo. -Mueve la cabeza y se pone triste nuevamente. Odio ver a Jules triste-. Y Nat, quedaría en shock al ver lo que él esconde debajo de esos trajes que usa para trabajar. Guau. Fue el mejor sexo de toda mi vida.
-Jules, ¿tú estás enamorada de ese hombre?
-Bueno, él estaba muy alterado cuando se despertó la mañana siguiente y yo me había ido.
-Ah, ¿entonces has hecho la famosa escapada post sexo mientras él estaba durmiendo?
-Exacto. No quería enfrentar la mierda de la mañana siguiente.
-No es posible que te culpe por haberte ido. Pero si él quedó alterado por eso, tal vez realmente guste de ti.
-Eso no ayuda. Es imposible.
-Pero...
-No, no hay manera, Nat. Está resuelto. Voy a ir a la oficina eventualmente, sólo necesito de un tiempo para recuperarme. Tomé algunos días de vacaciones y voy a trabajar en casa hasta estar en condiciones psicológicas para volver a verlo.
-Está bien. -Froto su brazo suavemente y me levanto-. Voy a tomar un baño. Me llamas si necesitas algo.
-Gracias - me sonríe con tristeza-. Ah, ¿Nat?
-¿Sí?
-Los celos estúpidos son excitantes.