La apuesta lll

387 36 8
                                    

Bajé corriendo las escaleras y busqué a Frank, debía llevarme a casa para buscar que ponerme para mi cita.

-¡Frank!- grité por primera vez. -¡FRANK!- esta vez mas fuerte y desesperada. Busqué en la cocina e intenté en las otras puertas pero estaban atrancadas decidí subir de nuevo y buscarlo en las habitaciones.

La primera... candado, la segunda...candado, la tercera... canda..

-¿Que haces?- brinqué y solté la perilla de la puerta llevando mis manos a mi pecho.

-¡Jo.der!- grité mientras daba vuelta esperando ver los grandes ojos de mi hermano. Y desgraciadamente no fue así.

-¿Que mi.er.da haces aqui Gerard?- no tenía derecho de cuestionarlo ni el de asustarme. Aparte no comprendo por que tiene que aparecer en mis peores momentos.

-¿Que mi.er.da haces TU aquí?- perfecto, estaba en su casa.

-Intento averiguarlo, no creas que es un gusto cariño- dije sinica y di media vuelta poniendo nuevamente mi mano en la perilla, antes de girarla sentí como se acercaba y luego lo sentí mas cerca hasta poder sentir su pecho contra mi espalda y ver su mano recargada en la puerta. -Alejate- dije sin cordinar con mis acciones y alejarlo.

-Solo quitaré el seguro para que entres- susurró en mi oido y puso su mano en mi cintura, yo por supuesto me asquee. -Solo que no encuentro la llave- rio en mi oido y me pegó mas a el haciendo que lo sintiera.

-Me das asco- me solté de su agarre di la vuelta y caminé intentando no parecer una estupida a la que se le a olvidado como caminar. El me siguió.

-Frank salio- me informó bajando las escaleras atrás de mi. -Te quedaras aquí-.

-Necesito ir a casa- seguí avanzando y llege a la entrada dispuesta a irme.

-No me interesa, ven te daré ropa- dio unos cuantos pasos hacia una de las puertas atrancadas.

Frank estaba en problemas definitivamente.

Abri un poco la puerta dispuesta a huir y se volvió a cerrar de un fuerte golpe dejandome aturdida, subí mi mirada lentamente y lo ví de reojo, nuevamente atrás de mi con su brazo tenso en la puerta.

-No vas a salir hasta que yo te diga-. Tomó con sus manos mi cintura, me dio vuelta bruscamente pegando mi espalda a la dura pared de alado.

-¿Quien jo.didos te crees?- intenté quitarlo de mi pero su fuerza era mayor que la mía, por mucho.

-Quiero que me sigas para que te de ropa, si intentas escapar te irá mal-. Me soltó dejandome respirar. Y yo lo seguí.

Entró a una habitacion dejando la puerta abierta detras de el para que entrara pero preferí quedarme afuera.

-Esto te ha de quedar- alcanze a oirlo.-Pontelo- volvio a mi extendiendo una bolsa con ropa adentro. -No me importa si no quieres-

-No lo haré- le regresé la bolsa y por un momento crei que la tomaría pero lo que tomó fue mi brazo pegandolo a mi pecho lastimandome.

-Lo harás, es una orden-. Y no sé que efecto tiene en mi que terminé vestida con una blusa roja y una falda negra ajustada.

-Gerard...- lo encontré en la cocina. -Necesito ir a mi casa- dije muy amable incluso con un intento de sonrisa.

-No lo creo cariño- observé como se preparaba cafe.

-¿Podría irme?- insistí y me sentí estupida por pedir permiso para hacer algo.

-Te ves hermosa- cambio el tema y dio un sorbo a su cafe -¿quieres?-.

-Quiero irme- poco a poco volvía a ser Yo.

-No importa lo que quieras, ya te lo dije- tomó mas café -No me gusta repetir las cosas, me pone de mal humor- hizo una mueca.

-A mi no me importa tu maldito mal humor- BASTA _________, ¡nadie te domina!.. por ahora.

Cuando no es como debería serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora