-A la mi.erda con eso, eres mía- la voz de Gerard me interrumpió desde la puerta.
-¿Tuya?- intenté mirarlo mal sin embargo mis ojos picaban por las lágrimas rebeldes que querían escapar.
-Si- se acercó -completamente- suspiro -baja y desayuna algo que quiero platicar con Frank- ordenó y mi cuerpo iba a obedecer hasta que mi mente se percató de lo que estaba sucediendo -¡vamos! ¿que esperas?- empujó levemente mi espalda hasta la puerta y no me quedó de otra más que obedecer.
Pues cuando se trata de el, obedecer es diferente.
Entré a la cocina y me preparé un café, luego me senté en el desayunador y tomé la libertad de probar una de las galletas que estaban en la pequeña mesa para dos.
-Provecho- dijo Frank entrando a la cocina. -necesito decirte algo- tomó asiento frente a mi -Como Martín se fue a Singapur y en la noche lo enteré de todo lo cuál le ha valido madre- tomó mi mano -sólo te pido una semana y arreglaré todo este jo.dido caos antes de que el esté devuelta-.
-Como sea- quité mi mano y contesté cortante.
-Pero necesito que cooperes- buscó mi mirada y yo lo esquibé.
-Como sea-.
-Vamos _______ sabes que lo lamento mucho-.
-Por Dios Frank, tu sólo eres un Ca.bron- dije antes de abandonar el lugar.
Para después ir dónde Gerard y esperarlo, pues con el debía irme.
Lo examiné cuándo lo ví bajar. Pantalón negro al igual que su camisa, por encima llevaba un chaleco de mezclilla haciendo contraste y su cabello despeinado.
Salimos de su departamento para luego bajar y salir del edificio. Me abrió la puerta de copiloto y yo entré.
Todo era silencio, Pero a diferencia de los otros tipos de silencio... este era mejor que se quedara.
äääää
-Iero Williams-.
-Presente- respondí a mi querido profesor de Artes.
-Usted tiene un casigo ¿que hace aquí?- Me miró desde su escritorio.
-Ya se ha terminado- mentí pues no había cumplido ni con una de las setenta y dos horas.
-Bueno, espero y haya aprendido su lección. Pues no toleraré otra estupidez más de su parte ¿quedó claro?-.
-Casi sólo dígame... ¿que abarca estupidez?- pregunté seria.
-Especular preguntas como la que acaba de hacer- contestó y todos rieron. -¿Ahora si te quedó claro?- Me limité a contestar pues sabía que si le respondía sería con un lenguaje ofensivo. -¡Pregunté! ¿ahora si te quedó claro?- gritó y la mayoría pegó un pequeño brinco en sus asientos.
-No completamente- sonreí cínica -déjeme confirmar, ¿Se refiere a que debo prestar atención a su clase por más absurda y aburrida que sea?- dije sarcástica y el se puso de pie -¿Me debo quedar callada por más arrogancia que salga de su boca?-dejé mi cuaderno a un lado y me puse de pie -¿y debo aguantarme por más injusto que esto sea?... No profe si eso abarca entonces no me ha quedado claro y ni quiero que me quede -tomé mi cuaderno y comencé a acercarme a la salida -no se apure, ya lo sé- dije referente a que me mandaría a dirección. De nuevo. -Con su permiso- mostré las sobras de mi educación y salí.
-¡______ espere!- escuché en el corredor. -venga acá- obedecí.
-¿Que quiere?- le dije y el maestro me miró fijamente.
-¿Tiene retraso? ¡Pues no entiendo por que carajos quiere llamar la atención humillandome de esa forma! -Me reprendió y sentí picasón en mis ojos pues unas cuantas lágrimas luchaban por salir.
-Usted.. Usted ha sido mi excusa- alcancé a decir para luego perder la lucha contra mi concupiciencia y llorar.
Pues me sentía pequeña ante la mínima situación, los problemas me estaban sofocando y sentía la necesidad de llorar sin importar nada pues ya había soportado mucho tiempo el nudo que casi se familiarizaba con mi garganta.
-Oh...- suspiró- ______... tranquila todo está bien- dijo preocupado -yo tampoco ando de humor y he estallado fácil- sentí como tomó valor para llevar su mano a mi hombro, pues el contacto físico alumno/profesor estaba prohibido -todo está bien, no hay ningún problema, sólo... sólo deja de llorar-.
-Yo... no quise ser maleducada, fui muy grosera- logré parar mis lágrimas aún que mi respiración era inestable -lo lamento profesor Gerardo- me miró confundido.
Ser rebelde no es tener poca moral sino tener la moral suficiente para enmendar tus errores... sin dejar que te pateen el cu.lo.
äääääNarra Gerardäääää
-¿Que piensas hacer?- preguntó Ray.
-¿A que te refieres?-.
-Ya sabes... con ella, con _____ ¿que harás?- preguntó inseguro.
-Ray... eso a ti no te interesa ¿O sí?- reí.
-Amm... pues.. podría- pensó -es hermana de Frank, _____ es como una hermanita menor-.
-Si, pero ahora es mía- afirmé.
-No es de tu propiedad, hablas como si fuera un objeto-.
-Hablas como si estuvieras celoso- entré en furia.
-¿Celoso? Gerard sólo quiero que la respetes- amenazó.
-Hermano, lo que haga con ella apartir de ahora te vendrá valiendo madre- me acerqué a él -sí la respeto o no lo hago será mi problema- con mi dedo índice en su hombro comencé a empujarlo -_____es mía, me pertenece y aunque te joda... es mi objeto- dije y salí a buscar a ______...
Topandome con una mala imagen