[Especial] El abismo de Javier Miramontes

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Fabián se había ido, simplemente se había ido. Y eso apenas era el comienzo. Habían pasado dos meses cuando...

— ¿Tu también? — Miré con tristeza al ver como Bianca estaba quitando todos su posters, estanterías y también se estaba guardando figuras y trajes.

— Si, por fin me dieron una respuesta a mi solicitud de intercambio y de prácticas. Tengo que estar esta semana en España para poder comenzar con mis turnos allá. — Bianca parecía contenta, no podía ponerme triste o enojado por quedarme solo, era una experiencia inigualable la que estaba a punto de emprender, no podía ser egoísta. Era la misma situación que con Fabián.

— Me alegro por ti Bianca. — Dije con una sonrisa. Para después abrazarla con todas mis fuerzas.

— Te prometo que volveré Javibi. — Una voz tierna y sincera. Fue lo que me dijo días antes de partir.

*

*

*

El gran departamento se sentía silencioso, demasiado. La vida se había vuelto solitaria y de nuevo comer solo como lo hacía antes, era difícil. Tomé mi celular tecleé varias veces mirando como marcaba el número de Darío.

— Javi, qué onda. ¿Qué paso? —

— Hola Darío, oye tengo unas entradas que me dio mi jefecito para un concierto de una sinfónica, cantarán temas de los 80's ¿No quieres acompañarme? — Pregunté esperanzado.

— Lo siento Javier, estoy a punto de salir. Noche de cine en familia. Ya sabes cómo son... — Escuché una pequeña risa de mi amigo, me despedí de él y continué en una búsqueda de encontrar a alguien. Alex estaba de viaje con Mateo, Julián estaba de visita con su hermano Josué. Andy simplemente se negó porque tenía exámenes que revisar, al final solo le dejé los boletos sobre la mesa y no fui a aquel concierto.

El departamento era demasiado grande para mí, tal vez encontrar otros roomies sea lo mejor en este instante. Pero al mismo tiempo me negaba a esa idea debido a las promesas de aquellos dos, que iban a volver. Todo era tan silencioso en aquel lugar que me sentía tan solo.

— Mi joven Javi, ha estado muy decaído estas semanas. ¿Le ocurre algo? — Miré al director sentándose a un lado de mi silla en la mesa de la cafetería. Me quedé en silencio un momento mientras solo veía como mi plato de comida estaba a medio comer.

— No es nada jefecito, son cosas personales, no es nada ético combinar lo profesional con lo personal. Con permiso. — Me levanté de la mesa dejando al director.

Los días seguían pasando, la vida se volvió una rutina no tan alegre, ya que siempre me encontraba solo. Estando solo en mi habitación me encontraba revisando el celular, viendo memes en Facebook y checando algunos mensajes. Todos eran de hace semanas y meses, platicas cortas y auto conclusivas que no llevaban a nada. Miré mi inbox de Facebook y era lo mismo. Empecé a mirar Instagram, la fotos de todos mis amigos en su día a día, Darío mostrando a su familia en el cine y como volvían repletos de vasos y palomeras, Teo mostrando a Alicia y a Adrián como ambos parecieran comer de la misma manera y tienen la mismas expresiones.

Alex estaba en el mar y compartía como Mateo se atrevió a surfear sin mucha suerte, Reynaldo estaba triunfando en Estados unidos, varias imágenes de él se habían vuelto virales ya que muchas y muchos gringos han estado compartiendo sus presentaciones en el restaurante de Richard Stone. Mis amigos de Argentina, los poco que hice, se veían festejando el cumpleaños del jefe de investigación. Julián también se encontraba en familia y divirtiéndose en Lagos de Moreno, su sobrino Rogelio estaba más grande, Andy se veía contento tomándoles fotos a su perro y su gato. Me entró la curiosidad, ese pequeño dolor en la boca del estómago que simplemente te molestaba hasta que hicieras lo que tenías ganas de hacer. Abrí el perfil de Sebastián y miré como en estos meses de no hablar, él ha estado en cursos, en conciertos y por supuesto teniendo a alguien a su lado, continué con el perfil de Fabián y él se veía contento cenando con sus compañeros del colegio de abogados, tal parece como si fuera un pez en el agua. Todos se veían contentos mientras yo estaba ahí, sonriendo por la felicidad de los otros y viendo, dándome cuenta de que estaba solo. Completamente solo y que simplemente no tenía a nadie que me abrazara, que preguntara por mí, que me diera un buen día por mensaje, no era importante para nadie, ni siquiera Fabián...

Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora