La Roomie

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Todo fue de un día, la mudanza al departamento del abogado solo me tomó un día, ya que solo tenía que llevarme mi ropa, algunos muebles y pertenencias, eso debido a que mi nuevo hogar contaba con todo amueblado. La renta era accesible para el sueldo que me iban a pagar en la universidad, así que cuando había acabado de acomodar mis cosas, salí a la sala donde el abogado se encontraba viendo la televisión en su sala.

— Bien, terminé de acomodar todo en la habitación. — Dije mientras tomaba asiento.

— Querrás decir, tu habitación. — Me dio una sonrisa mientras dejaba el control de la tele en la mesita que tenía en frente. — Por cierto, en estos días vendrán varios prospectos que quieren rentar la otra habitación, así que estaré mostrándoles el depa y también necesito consultar contigo. —

— ¿Conmigo? ¿Por qué? — Pregunté.

— La persona que se quede será nuestro roomie. Creo que es bueno que ambos estemos a gusto con la tercera persona como esta debe de estar cómodo con nosotros. — Me quedé pensativo viendo al hombre quien esperaba una respuesta.

— Bueno, creo que tienes razón. — Dije sin más mientras me levantaba de la sala para ir a la cocina. — ¿Quieres algo de cenar? —

— Lo que sea está bien, sorpréndeme Miramontes. — No me dejé inquietar por sus palabras, solo preparé algo sencillo, y mientras cenábamos los dos nos pusimos de acuerdo para dividir algunos deberes, en sí, era limpieza y ropa, ya que la comida era obvio que no todos los días estaríamos comiendo en el departamento debido a nuestros trabajos.

Todo era prácticamente normal entre nosotros, pensaba que una vez juntos, en un mismo lugar todo iba a explotar pero no fue así, de hecho era... Acogedor. La primera noche, no pude dormir, estaba pensativo mirando el techo que esta vez miraba. — Aquí vivió Darío durante meses. Incluso puedo sentir su aroma... — En ese momento mi celular comenzó a sonar, mostrándome un numero conocido, pero no estaba de humor para contestar. — Ahora no, Tlatoani. — Dije desganado pero aun así contestando la llamada.

— Sé que es de madrugada, sé que no hemos hablado en meses pero necesito hablar contigo, solo tú puedes decirme mis verdades. — Se notaba que estaba nervioso debido a la rapidez con la que hablaba.

— También es un gusto saber de ti, gracias estoy bien... Un poco de mal humor por despertarme en medio de la madrugada. Así que no puedo entrar en el personaje, llama más al rato, bye. —

Fue en ese momento que colgué el teléfono para seguir mirando el techo de la habitación, iba a tardar en acostumbrarme a lo que veía pero era necesario para poder avanzar. Algunos días pasaron sin mayor novedad, y fue entonces que comenzaron a llegar los posibles roomies al departamento.

Durante 4 o 5 días estos fueron desfilando de 2 o 3 por día mientras veían lo lujoso que era y las personas que vivíamos allí, no sé si era por el lugar o por lo opuesto que éramos Fabián y yo pero la mayoría salía asustada de lo que veía por alguna razón.

— Ariana Grande — Sonaba 7rings en el estéreo.

— Bon Jovi. — Decía enojado el abogado mientras me quitaba el control del estéreo para poner It's my life.

— Little Mix. — Gruñí para cambiar de nuevo de canción. Pero Fabián volvió a hacer lo mismo.

— Def Leppard. — La música de rock de nuevo sonaba.

Ambos estábamos peleando en frente de una chica que estaba viendo el departamento, pero a pesar de eso, a ella no parecía molestarle en vez de eso, ella tomó su celular y lo conectó al sistema de sonido y a la televisión. — ¡BabyMetal!

Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora