Lo extraño

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Había llegado al pueblo de San Antonio, sin dejar de un lado que era un pueblo bastante bonito, el ambiente en el mismo era pacifico, tal vez algo que necesitaba por unos días. Sin embargo mientras iba en camino al lienzo charro, siento que debí haberme arreglado con Fabián. Fueron varios los días en los que no hablamos y simplemente me sentía mal por eso, aunque no era mi culpa. No lo sentía así.

Al llegar al lienzo veo que hay una gran cantidad de gente moviéndose de un lado a otro con prisa, sonrió al ver a mi amigo Teodoro Saucedo gritando de un lado a otro con fuerza. Moviendo a la gente.

— Hey, TeoTeo... ¡Tu pinche diva está aquí! — Dije con una sonrisa mientras entraba toda en perra al lienzo, empoderada e inalcanzable. La mirada de mi mejor amigo era digna de una foto épica.

— ¡¿Cuándo chingaos llegaste tú aquí?! — Aunque seguía siendo igual de gritón y enojón como siempre.

— Ash, pero si serás dramática. Así es como me recibes después de dos años en Argentina. Llegué con el buen Darío pero parece que se fue de viaje a la Ciudad de México con sus padres con unos familiares lejanos, también se llevó a su gorila e hijos... — Dije con una sonrisa para después mirar a aquel hombre, alto, fortachón y todo un charro machote y de buenos sentimientos así era mi querido... — ¡TLATOANI! —

— ¡Princesa Azteca! — Corrí hacia él con velocidad y el me recibió con un fuerte abrazo, ambos estábamos felices de vernos, ya que habíamos creado una muy buena amistad desde hace dos años.

— Hey, pero si es Javi... — Llegó Adrián asombrado de mi visita esperando un abrazo también pero...

— Si, que tal Adrián. — Dije seco a la pareja de mi amigo alejándome de él un poco, la razón de eso es que hace tiempo atrás el hizo un comentario en una borrachera la cual no me hizo mucha gracia...

*

— Acéptalo Javi. Él nunca te ha visto, ni te vera como un prospecto, lo mejor es que lo mandes a chingar a su madre... — Dijo en un tono gracioso mientras me abrazaba pero ciertamente dicho comentario no me causó ninguna gracia.

— Si como digas Adrián, deberías irte a dormir estás demasiado ebrio. — Dije empujándole.

— De nuevo huyes de la verdad. Eres solo su plato de segunda, acéptalo... El doctorcito solo te busca cuando está débil y frágil, solo eres su agujero de desquite y frustración. —

Miré con enojo a Adrián, quería golpearlo pero simplemente no quería hacer alboroto, por lo cual solo me retiré sin decir nada, días después le expliqué a Teo la situación y se disculpó conmigo.

*

— Ya veo, con que eso sucedió con Sebastián, lo siento. — La mano de Teo tomó mi hombro con suavidad mostrando la tristeza que tenía.

— Oye, tú no tienes que disculparte por las acciones de otros. Además creo que es bueno que esté haciendo esto, tal vez irme un rato y replantear todo acerca de Sebas y yo. Además, creo que es mejor empezarme a rodear por más tipos de gente expandir mi círculo y aprender más de las personas que me rodean, como roomies. — Dije sonriente causando impresión en Teodoro.

— Eso se escuchó muy maduro... Veo cambio. Tu mudanza, trabajo, proyectos, roomies. Por cierto ¿Cómo son ellos? ¿Tienes una foto? Quiero saber qué tipo de personas son. —Teo empezó una serie de preguntas al aire, escuchar y pensar en las personas que vivían conmigo me hacía poner nervioso más por el hecho de Fabián. Comencé a reír nervioso y giré mis ojos.

— ¿Por qué haces eso? ¿Acaso conozco a uno de tus roomies? —

— Bueno, veras... La cosa es que después de hablarlo y estar en constante contacto y en un común acuerdo... Comencé a vivir en el departamento de Fabián con Fabián. — Cerré mis ojos con fuerza, mientras esperaba un grito o un golpe pero en vez de eso solo había silencio.

Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora