El camino al abismo

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Vaya Javi, te ves tan diferente cuando estás en tu plan de profesor. Se podría decir que hasta te ves como hombre, todo un galán de K-dramas. — Miré divertido a Bianca ante dicha comparativa, ambos estábamos en la mesa del departamento, ella comiendo una ensalada de frutas y yo checando los reportes de mis alumnos de la clase de fundamentos de programación.

— En primera soy hombre. Y segundo, no lo creo. No soy tan perfecto. — Mencioné mientras observé la ensalada de mi compañera. — Mejor regálame una uva. — Abrí mi boca para que ella pudiera poner dicha fruta y así comerla.

— En verdad que estas muy cambiado. — Volvió a decir con una sonrisa.

— Estás loca. — Comencé a reír mientras continuaba concentrado en mi computadora.

Las cosas en las primeras 2 semanas de clases había estado un tanto turbias ya que tenía que acostumbrarme a que tanta chava me estuviera hablando a todas horas, también al trabajo de preparar una clase, revisar tareas, lo administrativo, etc. Las cosas después de aquella noche de tequila con Julián han ido de maravilla, todo tranquilo. Sebastián no se ha aparecido en ningún momento desde nuestra discusión, tal vez me había bloqueado de las redes sociales. No le ponía atención, si me sentía algo mal de que años de amistad terminarán así, pero creo que era lo mejor para ambos. En el caso de Fabián pues...

— He llegado. — Escuché desde atrás, sin ponerle mucha atención.

— ¿Qué tal tu día? — Bianca lo recibió como siempre de manera alegre y con una sonrisa.

— Bien, gracias. Tuve audiencia hoy y estuve en juzgados todo el día. — Dijo pero al momento de verme su expresión cambió a una un poco serie. — Que tal tu día. —

— Bien, gracias. Llegó el recibo del agua, está pegado en el refrigerador ¿Quieres que lo pague? — No aparté la vista de mi computadora.

— Si, por favor. No tengo mucho tiempo estos días. — Rápidamente el hombre sacó varios billetes de su cartera, entregándomelos. — Te lo encargo. —

— No te preocupes. —

Ese era el tipo de conversaciones que teníamos después de mi regreso del rancho De la Cruz. Desde ese día las cosas se volvieron como desde el principio, ambos no nos soportábamos. Era la relación que todos esperaban de nosotros en un inicio. La cara de Bianca mostraba tristeza al vernos alejados pero era lo que había. Yo en mi trabajo y él dirigiéndose a su habitación.

*

*
*

Me encontraba acabando una clase cuando un grupo de muchachas se me acercó con las típicas sonrisas que usaban para ligar.

— Profe Miramontes. Nos preguntábamos ¿Qué clase de pizza le gusta a usted? — Me dijo una de ellas. —

— Pues me gusta la clásica italiana de peperoni — Comenté con una sonrisa.

— Que bueno, queríamos invitarlo a comer. A donde usted le guste más la pizza. — Ciertamente me era bastante divertido que me consideren como un hombre sensual, pero ciertamente estaba un poco incómodo de que casi todos los días tratarán de que saliera con ellas.

— Lo siento pero... — En ese momento vi que unos de mis colegas pasaba con normalidad. — Quede de comer con el profesor Esteves. — Corrí con prisa alcanzando al gran hombre que estaba caminando tranquilamente. — ¡Buen día Andy! —

Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora