El celular de Javier seguía sonando mientras se encontraba tomando en una casa que no era la suya, ni su departamento. El chico miraba desde la sala como Julián llegaba con un gran plato con carnes frías en él, acompañado de salsas y aderezos, también había un par de vasitos tequileros, una botella del tequila De la Cruz, sal y limón en pequeños platos.
— Wow, no me esperaba que esto fuera así. — Dijo con una sonrisa mientras tomaba un cubito de jamón y lo introducía a su boca. — En verdad eres un anfitrión de primera Julián. —
— Jaja, gracias Javi. Pero ciertamente solo puse todo en el platos y ya. Que se vea bien debe de ser suerte. — El hombre de ojos verdes tomó los dos vasos tequileros y los empezó a llenar con tequila, pasándole uno a Javi y otro quedándoselo él, Javier por su parte tomó un cuarto de limón partido y lo metía en sal. Ambos brindaron para pasarse aquel fuerte alcohol de un trago, y después probar el limón. — Phew, lo que me contaron no era mentira. En verdad esté tequila es muy bueno. Ahora entiendo porque Teo se casó con ese hombre Adrián. —
— Adri es un buen tipo, además ellos se conocían desde que Teodoro era un niño. — Comenzó a reír el joven mientras servía más tequila. — Por cierto Julián ¿Dónde has estado? Desde la última vez que te vimos, no supimos más de ti. Darío se preocupó mucho y pero entendía que tenía que darte su espacio para poder superar todo. —
— Bueno... — Los ojos verdes del hombre se tornaron un poco tristes dejando caer su cabeza hacia atrás mientras daba unas respiraciones profundas y estiraba sus brazos sobre la orilla de su sofá. — Estuve viajando por muchos lugares tranquilos, donde pudiera pensar y reflexionar, conocí gente que fueron de gran ayuda en mi búsqueda. Después de lo de Darío sentía que necesitaba superarlo, pero también debía encontrar un nuevo yo. Algo que sentía dentro de mí pero que estaba prisionero, era como otra parte de mí que jamás había explorado y eso me ha traído paz conmigo mismo y la demás gente. —
— Es lo mismo yo quiero. — Dijo de repente Javi mirando con admiración al otro. — Encontrar esa respuesta, del porque tengo que continuar, siento que hay algo que tengo que procurar y proteger y siento que partiendo de esa respuesta, todo en mi cambiara. Podré reinventar todo de mí y cambiar todo de mi persona. — Julián escuchó atentamente y solo negó con la cabeza.
— De eso no se trata. Tú, eres tú. Eso jamás cambiar, reinventarte solo será como ponerte una máscara, es una mentira. Te lo dije temprano, eres alguien imposible de ignorar y eso es porque eres Javier Miramontes, un chico alegre y extrovertido que no deja que los malos comentarios te afecte, que sale a tu manera a defender a los que te importan. Eso yo lo noté cuando te conocí, y aún lo veo. No tienes que cambiar Javier, solo trata de tomar todo lo malo y asimílalo, eso hará un mejor tú de lo que ya eres. Además, me pondría triste si desapareciera Javier la loca con su ya clásico saludo. — Tomando de nuevo su vaso tequilero lo levantó frente al joven. — Javier la loca aquí...
— Je, quién por allá. — Comenzó a reír mientras volvían a tomar. — Gracias Julián. Me has levantado el ánimo. En unos minutos. —
— Bueno, se podría decir que ambos pasamos por lo mismo. — Julián comenzó a comer algunos cubos de las carnes que tenían sobre la mesa de centro.
— Por cierto, ¿Qué pasó con tu mascota? ¿Dónde está Dohko? — Preguntó mientras también comía un poco.
— Está con Josué. En unos días iré por él para que vuelva a vivir conmigo. Compré esta casa más que nada por el gran jardín, Dohko podrá correr y recostarse. También podremos jugar juntos sin hacer un desastre en la casa. —
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Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~
RomantizmJavier Miramontes acaba de regresar de Argentina ya con una maestria sobre sus hombros, el siguiente paso es encontrar un empleo y un hogar donde vivir ya que para él a sus 27 años, vivir con su padre ya no es de "adultos". Lamentablemente su regres...