Mi Turno (Historia LGBT) ~ Finalizada ~

El sacrificio: Determinación

— ¿Te he visto demasiado pensativo Tlatoani? — Me acerqué al charro con una sonrisa pero al ver su rostro sabía que no estaba de humor, cosa que me preocupó ciertamente. — Que cara, ¿Paso algo con Zac? —

— Creo que lo he arruinado princesa azteca. — Dijo triste recordando como Zac se fue con Max y como en su rostro había tristeza. Después de la amarga llamada con Sebastián, no dije nada. Simplemente continué como si nada hubiera pasado en el momento. Pero en cambio fue el mismo Reynaldo quien me comentó como tenia sentimientos por uno de los chicos a los que les estaba enseñando charrería, casualmente se trataba de Zac Stone.

— ¿Qué ocurrió? —

— Creo que ambos no pusimos de acuerdo nuestros sentimientos y al final... No sé. Ambos prometimos que solo sería eso mientras durara el curso sin embargo... —

— Tener una aventura con tiempo límite nunca trae nada nuevo, pregúntame eso a mí. — Tanto Reynaldo y yo volteamos a ver al tercer invitado, no era nada más y nada menos que Maximilian quien llegaba a nosotros con una sonrisa. — Un gusto, mi nombre es Maximilian. —

— Soy Javier. Un gusto. — Ambos nos dimos la mano cordialmente mientras me quedaba viendo a Max, había algo en él que me parecía familiar, su cara me sonaba pero simplemente no recordaba de dónde.

— ¿Por qué estás aquí? — Preguntó Reynaldo con una seriedad, se notaba que no le caía para nada aquel joven.

— El señor Isidro me invitó a ver el lienzo charro y los preparativos antes de la gran competencia de los alumnos del curso, realmente es bueno que Zachary hubiera sido elegido a comparación de cómo se fue, está muy cambiado, a pesar de los tropiezo que se hicieron virales jaja. —

— Creo que los dejaré solos, iré en busca de Teodoro. — Sonreí dando algunos pasos alejándome de ellos, antes de llegar al lienzo visualicé la imagen de mi amigo quien al verme se acercó. — Hey ¿Dónde dejaste a tu gordis? Ósea Adrián. —

— Esta con su padre, de hecho ando buscando a Rey. ¿Lo has visto? — Me preguntó curioso.

— Si, está hablando con Maximilian. — Dije apuntando hacia atrás de mí.

— ¿Con Max? — De repente mi amigo comenzó a caminar en la dirección de donde venía yo. — Me preocupo, no sé cómo esos vayan a actuar. —

— No creo que tengas porque preocuparte. —

— Cuando hay un hombre enamorado, nunca se sabe. Tú y yo perfectamente sabemos eso, gracias a la Darío. — Abrí mis ojos recordando varios sucesos en el pasado. Comencé a correr con tomando de la mano a Teo de nuevo al árbol donde se encontraban el charro y el gringo.

— ¿Te digo algo malo? —Ambos aparecimos exactamente cuando el castaño se había ido. Aliviados que no hubiera pasado nada malo con aquellos dos hombres. Pero al ver su espalda, y una sonrisa que miré de un último momento, de nuevo aquella sensación no dejaba de picar todo mi cuerpo.

— Oye Teo, desde hace rato ¿No se te hace familiar ese tipo Max? — Me quedé mirando al hombre que se estaba retirando, pensativo y con cierto aire de duda. Tenía la respuesta en la punta de la lengua pero simplemente, no me llegaba el recuerdo exacto.

— Estás loco, es la primera vez que lo vemos. — Fue lo único que escuché dejándome con más dudas en mi cabeza.

Los días pasaron y simplemente ver la competencia de charrería con los alumnos del curso era impresionante, había sido testigo también de todo lo que ocurría detrás de escena y simplemente quedé maravillado por el trabajo arduo que tenían que hacer todos los encargados. Durante esos días no recibí ninguna llamada, de absolutamente nadie, ni de Darío, ni Alex, ni Bianca, por supuesto que Sebastián tampoco, es más hasta lo bloqueé. Pero al final el último contacto a que me quedé viendo era al de Fabián. Sentía algo de tristeza al ver su imagen, y un poco de decepción al ver que no había ni siquiera un mensaje de su parte. Me salí un momento del lienzo en medio de la competencia para tomar un respiro y pensar un poco, en unos días iba a regresar y por ende empezaría mi trabajo como profesor. Me sentía demasiado inquieto.