Capítulo 2

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El tono de llamada de mi móvil hace que mis ojos se habrán y vea la luz que entra en mi habitación.

-¿Si?- respondo con voz ronca, ni me he fijado quien es.

-¡Hola! Te he llamado varia veces- es Caroline.

-Estaba dormida y me has despertado-se lo echo en cara.

Lo que menos me gusta en este mundo es que me despierten sin yo querer, sobre todo si es temprano.

-Vaya lo siento soy la peor amiga del mundo. Anda prepárate, a las 11:00 en mi casa- dice en tono sarcástico.

Son las 10:30 así que me tengo que darme prisa. En diez minutos estoy duchada y vestida, si soy muy rápida, en comparación con el resto de las otras chicas. Entre ellas mis amigas.

Voy a desayunar. Me hago unas tostadas y un café.

Y como la mayoría de las veces me lo tomo sola, Jace todavía no ha llegado y mis padres ya se han marchado a trabajar.

Los dos son abogados, se conocieron en el mismo trabajo. Gracias a ellos sé que el amor existe. Pero yo todavía no lo he experimentado, a los 17 tuve un novio, pero no me llegue a enamorar. Siento que soy diferente al resto de adolescentes, incluyendo a mis amigas.

No me fijo en la chulería de los chicos o del poder que creen que tienen sobre nosotras.

A ellos le van la vida loca, en cambio a mí, prefiero estar con alguien que me quiera de verdad y no estar con tres en la misma noche para pasar el rato. A parte de eso, todos los adolecentes tienen muchos amigos o conocidos y yo, solo tengo a Caroline y a Sophie.

Hace un año creía que yo era la rarita y ahora pienso que nadie es raro, solo que cada persona tiene su manera de vivir y lo respeto, pero ellos a veces no me respetan a mí. Sinceramente, me da igual, me da igual sus opiniones, solo me importa la mía.

Salgo y cojo del garaje mi bicicleta, me pongo en marcha para ir a casa de Caroline.

Mis amigas y yo solemos hacer esto, hacer planes improvisados y son los mejores, los planes y ellas.

Lo mejor de esta vida es lo que no se planea.

Llego y están las dos sentadas en el banco de la entrada.

-Parece que soy la última y eso es raro.

-Si parece que si. Hola amor- dice Sophie, se levantan y me saludan con un abrazo.

-¿Cómo lo lleváis? Lo de tenernos que ir- dice Caroline jugando con sus dedos con nerviosismo.

-Bueno...ya sabéis lo mío- contesta Sophie.

Ella tiene novia. Lo han dejado hace una semana. Por temas de no estar separadas y tal. Está muy dolida. Pero sinceramente creo que si es amor de verdad puede soportar unos kilómetros.

-Dentro de un tiempo estarás mejor, ya lo verás- Caroline la intenta animar.

-Yo creí que lo iba a llevar peor, pero siempre intento pensar positivo y no agobiarme.

No hablo, la verdad, no me apetece mucho decir como me siento, nunca me ha gustado.

-Joder ¿quién es ese?- Caroline se le abre los ojos como platos cuando ve a un chico pasando por nuestro lado.

-Caroline, te puede oir- digo y le doy un toque en la pierna.

-Esa es la idea- no sé como mis amigas pueden ser así y ¿cómo las aguanto?

El chico no hace caso, me imagino que no lo habrá oído, porque si lo hubiese oído ya le estaría diciendo algo, como lo que hacen todos, y yo, soy la excepción.

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