Lunes. Primer día de la semana y el que más cuesta despegar nuestros cuerpos de las sábanas. Al menos es un día, una semana, nueva para comenzar algo o terminarlo.
Estoy en mi cama, mirando por las ventanas, las cuales ayer se me olvidaron correrlas, así que entra un sol mañanero exquisito.Me saca de mis pensamiento el sonido del microondas. Las chicas ya estarán levantada. Y eso es lo mismo que hago yo, me ducho, me lavo los dientes y toda aquella cosa que se hace cuando te levantas.
Hunter y Carilone, están sentados en la barra de la cocina comiendo huevos revueltos. He subestimado mi hambre.
-Buenos días- me saludan y hago lo mismo.
Cojo mi taza y me echo café. Soy una amente del café. Es lo que me tiene alerta, pero no es muy sano que digamos.
-Brenda ¿ya te llevas bien con Taylor?- pregunta Hunter.
¿A qué viene esa pregunta? Algo me dice que el idiota de Taylor le ha contado nuestro beso, nuestros besos.
De él no me sorprende nada. Pero de todas formas, se lo podría haber callado.-¿Por qué lo dices?- me siento junto a él y tomo un sorbo.
-Nada, solo qué...- se detiene. Creo que esta conversación no va a ser nada cómoda. -Bueno ya sabes, me ha contado vuestros... encuentros- como me lo esperaba, este idiota no tiene ni una pizca de respeto.
-¿Vuestros?- dice Catoline con los ojos abiertos, no se lo he contado todavía, lo de ayer.
-Si pero fue un error y no creo que sea bueno hablar de esto con su amigo delante- señalo a Hunter que tiene una sonrisa divertida. Diría que está disfrutando de la situación. Otro idiota.
-Vamos Brenda, no importa, al contrario, te podría ayudar a conseguirlo- ¿en serio piensa que tengo interés?
-No gracias, pero no me interesa- silencio, es lo que se forma cuando digo eso. Pero parece que ellos tampoco tienen intención de pronunciar palabra.
Sophie se levanta, terminamos el desayuno y nos ponemos en camino a la universidad.
Ya allí y en la primera clase, nos informa que los próximos días no habrá clases, hasta el lunes que viene. Debido que la universidad ha perdido al gran directo, el cual al perecer estuvo allí durante 30 años.
Nos han asegurado que no vamos de vacaciones y por eso tenemos tres exámenes y una gran cantidad de tarea.Será soportable y además quiero hacerlo lo mejor posible, no quiero decepcionar a nadie. Menos a mí misma. Yo puedo con esto.
-¿Cuándo piensas hablar del tema?- pregunta Caroline. Sus brazos en una de las mesas del jardín de la universidad. Hemos comprado unos batidos en un puesto que está cerca y está delicioso.
-¿De qué tema?- digo confundida y frunciendo un poco el ceño.
-Brenda no te has la loca, Caroline me ha contado que has besado otra vez a Taylor. Y que no has sido tú la que lo has confesado- mierda.
-Si y lo siento por no haberlo dicho, pero no se volverá a ocurrir, tranquilas- cuando lo digo ni siquiera las miro a los ojos.
-Claro, eso dijistes la última vez- dice Sophie con cierta picardía. Lo que ellas no saben que lo que está pasando es todo lo contrario a lo que pienso yo.
De seguro tendrán en sus cabecitas, que me besuquearé con él y cosas peores, pero no.
-Lo digo en serio- empiezan a reírse todo lo contrario a lo que estoy haciendo yo.
-Claro claro.
-Tias de verdad, parad ya. Ya me basta con la actitud machista, hipócrita y estúpida que tiene el idiota de Taylor. Ahora no me vengáis con el rollo de que quiero estar con él o lo que sea. Porque no- ¿en qué momento me levanté del banco y me enfadé tanto?
Estoy dispuesta a alejarme de ellas cuando me detiene. Caroline.
-Tienes toda la razón Brenda, nos hemos pasado. Lo siento- ya no tiene ese aspecto de diversión en la cara.
-Si, lo siento.
-No tenemos intención de agobiarte o de presionarte, cuéntanos lo que quieras y cuando quieras, pero por favor, entérate de que confíes en nosotras y que vamos a estar aquí- continua Caroline. Esas palabras me relajan y me hacen sentir mejor. Las abrazo y volvemos a entrar a clases.
(...)
Las chicas se quedaron comprando ropa por las tiendas y yo me vine para casa. Nunca me ha molado ir de tiena en tienda. Me marea. Mi madre me tenía que obligar a ir cuando me hacía falta un pantalón.
Acomodo todas las cosas, bolso, libros, zapatos. Me pongo mis zapatillas de andar por casa.
Da gusto no sentir nada de ruido en la casa, tenerla para mi nada más. Así que me cambio y me pongo una camiseta larga que solo me tapa hasta la mitad de mis muslos.
Con todo ya preparado. Mi MacBook, gafas y ropa cómoda. Comienzo a estudiar y hacer tareas.
Al cabo de una hora escucho la cisterna. Mi corazón se acelera. Se supone que estoy sola joder. Han entrado a robar y el ladrón tenía ganas de mear, es un secuestrador o un violador.
Y muchas cosas más que se me ocurre. Voy lo más lenta y silenciosa que puedo al cajón de los cuchillos. Ando por el pasillo y me planto en frente de la puerta del baño principal.
Ahora mismo estoy muerta de miedo.Sujeto el pomo y lo giro.
-¡Taylor que mierda haces aquí?- grito cuando lo veo en el lavabo arreglándose el pelo, diría que va a salir.
Me mira extrañado al verme, normal, con un cuchillo, esa camiseta que ahora mismo rogaría que fuera más larga, mi moño mal hecho y mis gafas de pasta negra. Como para no asustarse.
-Pues primero he cagado, luego me he lavado las manos y ahora, me estoy peinando- lo dice tan tranquilo, tan sereno, tan seguro...
No me he enterado de nada, solo de la cisterna. Si cuando me concentro en algo me concentro y más la tarea.
-Vale me podrías haber avisado. He llegado hace como una hora y creía que estaba sola, me has asustado- observa ni cuchillo.
-Ya lo veo- se ríe de manera estresante pero a la vez sexy.
Observo el lugar, es algo más grande que mi propio baño. Muy bonito, por cierto, pero hay algo que no lo veo correcto en el y es la tapadera del WC para arriba.
Mi hermano siempre hacía eso y siempre nos peleábamos. Era una lucha constante.
-¿Podrías bajar eso?- él mira.
-¿Y por qué debería?
Alguna vez en esta vida Taylor y yo estaremos de acuerdo con alguna cosa. Aunque sea pequellita, con solo eso me conformo.
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Algo diferente
Teen Fiction¿Cómo reaccionarías si te dijeran que tienes que vivir con tres extraños y tus dos mejores amigas? Eso es lo primero que tiene que aguantar Brenda, una chica un poco antisocial. Pero enseguida cambiará su manera de ver la vida, tras conocer a algui...