Capítulo 3

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Hemos dormido las tres en casa de Caroline, en su gran cama de matrimonio. Somos amigas desde la infancia, nunca nos hemos separado, nos apoyamos siempre la una a la
otra.

Me despierto y tengo al lado solo a Sophie, Caroline está desayunando, lo sé cuando voy a la cocina, la veo en una silla y comiendo.

-Hola...- me froto los ojos, lo digo seria.

-Hola ¿qué pasa?- sabía que me iba a preguntar eso, me conoce demasiado.

-Es que, estoy nerviosa y tengo miedo, mucho miedo, de irme- lo confieso. Sería absurdo negar que no me pasa, no a ellas.

-No te preocupes. Solo tienes que relajarte y disfrutar. Allí encontrarás a tu príncipe azul- bromea.

-No. Lo menos que quiero es estar con alguien. Pienso centrarme en mis estudios.

-¿Saldrás de fiestas?- habla más alto que antes. No respondo solo le informo de que me debo ir. Y en realidad me tengo que ir para arreglar las últimas cosas que me falta. Antes me visto, para no salir con el pijama. No es plan.

Toco el timbre de mi casa, rezando para que mi hermano esté, puesto que se me olvidó las llaves y por suerte está.

-Hola ¿dónde has estado?- pregunta cuando dejo mi bolso en la entrada y voy al salón.

Le respondo con tono cordial.

Allí no estamos solos los nos, sino que hay un chico alto mirando por la ventana. Seguro que es uno de los amigos de mi hermano. Y no lo tomo en cuenta, hace eso mucho, pero a él nunca lo había visto.

Jace tiene más amigos que yo, muchos más. Lo cual no me sorprende, en lo absoluto.

En cuanto nuestra personalidad, somos totalmente diferentes.

-Brenda, que alegría de verte- el chico alto viene hacía mí y me abraza.

Creo que se da cuenta de que no tengo ni idea de quién es.

-¿Te acuerdas de mí?- pregunta.

-Sinceramente. No- me da cosa ser tan sincera. Pero así soy yo.

-Soy Thomas. ¿Te acuerdas ahora?- pues parece que si lo había visto antes.

-¿Eres Thomas? Thomas. ¡Hola!- es él, el chico del que no me llegue a enamorar cuando tenía 17 años.

Ha cambiado muchísimo. Tanto que no lo he reconocido.

Quedamos como amigos, de buen rollo. Pero perdimos el contacto. También tengo que decir que no paso nada, solo que lo dejamos porque yo estaba agobiada y no era lo mismo que al principio. Probamos como amigos y funcionó mejor. Aunque por desgracia se mudó.

-Lo siento por no reconocerte pero, es que estás muy cambiado. ¿Qué haces aquí?

Tiene los brazos y el torso más definido, eso sin hablar del pelo, el cual le hace ver algo atractivo.

-Bueno he vuelto de España, pero no para quedarme, solo me pasaba por aquí para veros. Y a mi familia - señala con las manos a Jace y luego a mí.

Miro a Jace, ni me acordaba que estaba aquí.

-Me tengo que ir. Haber si quedamos para tomar algo o para lo que sea- se está poniendo nervioso. Se lo noto.

Tengo ese poder para saber como se sienten las personas en el momento.

-Pasado mañana me voy a Seattle, a estudiar- su rostro que representa alegría cambia a decepción cuando le digo eso.

-Pero quedaremos antes, mañana ¿a las 18:00?- añado. No quiero que se sienta mal después de no haberlo ni reconodico, no soy tan cruel.

-Como quieras. Paso a recogerte. Ahora si que si, me voy ya- nos abraza a los dos y Jace le cierra la puerta.

-¿Qué acaba de pasar?- dice Jace señalándome con el dedo.

-¿Qué?

-Habeis estado coqueteando, delante mía. Por Dios Brenda soy tu hermano.

-¡No! Solo somos amigos. Eramos. No sé. Déjame.

-Ya ya...Sé de estos temas ¿vale? Y te digo que habéis estado coqueteando.

Si, mi hermano es muy pesado.

-Para, no no y no ¿vale?- no sigo hay, paso de que me siga diciendo cosas, y me voy a mi cuarto.

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