-Ah, vale ¿y ya se ha resuelto?- digo para ver que escusa me suelta ahora.
-Si, todo en orden- me muestra sus dientes perfectos.
-Bueno, ¿qué me cuentas? ¿Cómo te fue en España?
-Muy bien, parece otro mundo diferente. Me encantó- se queda un silencio incómodo.
-¿Y tú? ¿Qué has hecho en estos años?
-Pues nada- literalmente no he hecho nada. ¿Deprimente? Un poco.
-Oye, necesito hacerte una pregunta. ¿Cómo es la universidad?- necesito tener información sobre personas que ya han estado allí ¿qué les ha parecido? ¿Cómo es el ambiente allí?
-¿Por qué tanto interés?- es verdad, parezco una desesperada.
-Es que, estoy cagada. No sé cómo lo voy a llegar, si me voy a arrepentir de cosas o si no logro mis propósitos- parezco una loca soltando cosas por mi boca.
-Escucha, tranquila- me agarra gentilmente de los hombros y se sienta junto a mí.
-En mi caso, no te quiero asustar, pero me cambió. Sabes como era antes, pues ahora soy una persona diferente- no quiero saber nada más, intentaré no cambiar y hacerlo lo mejor posible. No creo que cambie. Y tampoco sé en que aspecto a cambiado. En el físico es seguro.
Le suena el móvil y lo coje.
-¿Todo bien?- digo cuando ha terminado.
Cuando estaba en la llamada, no ha pronunciado ni una letra, solo asentía o negaba. Como si la otra persona lo estuviese viendo.
-Si, me tengo que ir. Pero antes. Me he retrasado porque estaba con mi novia, le dije que iba a ver a una vieja amiga y se volvió loca, es muy celosa. Bastante diría yo. Y la que me ha llamado es ella- sabía que era mentira.
Pero no entiendo el por qué no me lo ha contado. Tampoco se lo pregunto. No le quiero dar más vueltas a el asunto.
-Oh, vale. Tranquilo- nos abrazamos.
-Que te vaya bien en la universidad. Te llamaré algunas veces- asiento y se va. Pero antes se para en la puerta y me observa por encima del hombro, sin que nuestras miradas se encuentren directamente, una de sus comisuras se elevan y desaparece de mi vista.
(...)
Abro mi ordenador y entro en Skype, me pongo a hacer videollamada con mis amigas.
-¿Cómo ha ido esa cita?- dice Sophie con salseo.
-No era una cita y bien, solo hemos hablado diez minutos o menos. Se ha retrasado una hora- explico un poco indignada por lo sucedido.
-¿Habéis hecho algo?- dice Caroline.
-Que no pesadas, tiene novia.
-Uhh, eso duele, lo siento Brenda.
-En serio parad ya, no me gusta y punto.
Me estoy empezando a enfadar.
-Vale vale- dicen.
-Pero...me ha visto bailar- confieso.
-Sabía que había pasado algo.
-Que vergüenza tias, tenía ganas de que la tierra me tragase.- ellas empiezan a reírse de mis desgracias.
Cuelgo porque es la hora de cenar.
Me da mucha pena de que este día se acabe. Mis últimas noches durmiendo en mi cama. Mis últimas cenas en familia. Si, puedo llegar a ser demasiado dramática.Me acuesto en mi cama y doy mil vueltas, mi cerebro no me para de hacer preguntas nuevas. Solo tengo en la mente que no voy a volver a ser la misma. Y eso me aterra.
-¿Cariño? ¿No puedes dormir?
-Mamá. Mmm...no, es imposible
Se mete en mi cama y se tapa.
-¿Sabes? Esto lo hacía muchas veces cuando eras pequeña. Te daba miedo dormir sola. Hasta que un día tu padre y yo te sacamos esa idea de la cabeza- no escucho nada más.
Me he quedado dormida, es increíble la sensación de tranquilidad que me transmite mi madre.
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Algo diferente
Teen Fiction¿Cómo reaccionarías si te dijeran que tienes que vivir con tres extraños y tus dos mejores amigas? Eso es lo primero que tiene que aguantar Brenda, una chica un poco antisocial. Pero enseguida cambiará su manera de ver la vida, tras conocer a algui...