Capítulo 24

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Tiene esa cara desafiante de soy el mejor y nadie me supera, odioso. Me cruzo de brazos para retarle.

-Pues porque no es estético y además, podría subir por ejemplo ratas por el retrete- ese comentario le hace gracia.

-Pues creo que eso no va a ocurrir, lo de bajar la tapa claro, porque lo de las ratas...- eso último lo dice más para él que para mi agarrándose la curva de la nariz.

Adelanta unos pasos para salir, pero se lo impido, no hasta que no baje la tapa.

-No te voy a dejar pasar hasta que no bajes la tapa- avanza más hacia mí.

Por un momento me tiembla las piernas pero no se lo voy a reflejar. Me quedo quieta, firme, lo más segura que puedo. Al igual que él.

-No, esta es mi casa y no voy a acatar órdenes, menos las tuyas- bufo y ruedo los ojos.

-Y también es mi casa ¡pago el alquiler!- alzo la voz. Tengo un carácter muy fuerte y me enfado muy pronto. Soy de mecha muy corta, lo sé. Pero así soy yo. Terca, como yo sola.

-Brenda no te lo voy a repetir otra vez, quítate por favor.

-Vale yo tampoco, baja la tapa por favor- y acto seguido me coje de las piernas y me carga a un lado de él. Es increíble con la facilidad que me coje.

-¡Bájame Taylor!- chillo pero lo único que recibo son risas por su parte.

Me deja caer en mi cama.

-Estás muy mal- me levanto de inmediato. No dice nada, sonríe, sin más ¿¡Por qué no habla?!

-Ah si, otra cosa. Te agradecería que no fueras contando lo que hicimos a los demás. Me avergüenzas.

Mi habitación se hace pequeña con su presencia. Lleva puesto un pantalón gris de Nike y una camiseta negra. Se ajusta a sus músculos ligeramente definidos. No me cansaré de decir que está buenísimo. Nunca he visto a un chico tan guapo como él, pero tampoco tan gilipollas. Ese es el problema. Su personalidad, actitud, manera de pensar, de ver la vida. Pero todo no puede ser perfecto.

-Son mis amigos, confío en ellos. Así que le cuento mis cosas, intimidades. No es mi problema que no te guste.
Desde que llegastes, no he visto o he escuchado nada que te agrade. Estás un poco amargada, Brenda.

Formo una "o" con la boca y abro los ojos. Por un momento creía que se me iba a salir de las órbitas.

-Eres un grosero- me ha gustado llamarlo así.

Se gira con la misma sonrisa de él. Se marcha con su gran superioridad.

-¡AGGGG!- grito tan alto que me llega a doler la garganta.

-¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!

Corro, estoy segura que todavía no se ha ido, esto no se va a quedar así.

-Eh Taylor- si gira. Lo dije, no se había ido, sino que estaba cogiendo las llaves de su coche.

-Has desatado una guerra- suena a amenaza. Pero no me importa, me gusta.

-Pues estaré encantado de luchar.

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