Capítulo 63

400 24 2
                                    

Narrador omnisciente

La tarde de aquel sábado se había tornado en un completo gris. El cielo, aún con la claridad del día, amenazaba con largar una tormenta en cualquier segundo.

Pero eso no era de relevancia para una castaña que se encontraba recostada sobre una de las bancas del parque cercano al campus.

Con un cigarrillo entre sus dedos, la música resonando en sus oídos y aquel cielo ya renegrido era todo lo que ella necesitaba para mantenerse en tranquilidad.

En el parque no había gente, sólo algún que otro transeúnte que pasaba apurado para que la inminente tormenta no lo agarrase.

Sumida en su momento, ____ sintió una presencia conocida por ella. Alguien a quien no había visto hacía tiempo, había vuelto a hacerse presente.

Una calidez al costado suyo la hizo sonreír con nostalgia. Observó hacia todos lados y sacó los auriculares para poder escucharla.

- Vaya tiempo que pasó - habló con un tono de pequeño regaño, a lo cual su compañía río.

- Estuve ocupada pequeña.. pero tenía que venir a verte - ____ sintió alivio ante esas palabras, con lo cual suspiró y giró hacia el costado donde se encontraba ella, apoyada contra el banco.

- Siempre tan hermosa - largó sin más con una sonrisa de por medio.

- Y tú siempre tan coqueta - recibió el halago con la misma sonrisa.

- Créeme que si no estuviera tan enamorada, te pediría casamiento.

- Eso ya lo hiciste, a tus 10 años. Acaso lo olvidaste?

Ambas rieron ante aquel lejano recuerdo.

- Cómo olvidarlo? Me rechazaste rotundamente  rompiendo mi corazoncito en mil pedazos - sinceramente adoraba a aquella mujer y extrañaba su compañía.

- Eras una niña mocosa y peleadora. Que sabías del amor en ese entonces? - giró y acarició el rostro de ____ logrando que ésta cerrase sus ojos ante su tacto.

- Ja..eso es verdad.. - contestó ____ abriendo los ojos y tomando la mano de aquella mujer - Algo me dice que no es casualidad que estés aquí justamente hoy.. me equivoco?

- Preguntona como siempre - dijo bajo una sonrisa - No te equivocas. Sé que estuve ausente, pero jamás dejé de cuidarte y vigilarte. Es por eso que estoy aquí, para que no pierdas el rumbo.

Las primeras gotas empezaron a caer lentamente. A lo cual la castaña reaccionó ubicando su cara con dirección al cielo y así poder sentir la tranquilidad que esa acción natural siempre le brindaba.

Quien se encontraba a su lado miraba con ternura a aquella pequeña que ya era toda una mujer. La adoraba tal y como el primer día que la vio salir del vientre de Sara.

Tal y como lo hizo todos y cada unos de los días de aquellos 21 años que tenía ____.

- Por qué no dices que te traigo loca y ya? - preguntó ____ haciéndola reír.

- Porque no me permiten mentir mi niña bonita - contestó sonriendo mientras observaba que ya nadie circulaba por aquel parque.

- Que mujer difícil..

Ambas quedaron en silencio mirando el paisaje adornado por una fina lluvia. El clima era cálido y el olor a tierra mojada hacía que aquellas dos mujeres respirasen hondo para llenar sus pulmones con dicha fragancia.

"Jamás serás mía" (Lauren Jauregui y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora