Fueron unos días de muchas emociones: la final, la fiesta, las primeras entrevistas, los ensayos de la gala de Navidad, las últimas horas todos juntos en la academia... había sido intenso pero, sobre todo, muy bonito. Julia sabía que todo lo que habían vivido en los últimos días quedaría sellado en su memoria y guardado en su corazón y en los de sus compañeros para siempre.
El día posterior a la final, les habían devuelto los móviles y por supuesto, después de recordar el pin, tardó menos de dos segundos en llamar a su madre. El día que proclamaron a Famous ganador, todos los padres estaban allí y pudieron abrazarles, pero unos minutos después, se los llevaron a la academia y tuvieron que volver a despedirse. Así que, necesitaba demasiado poder escuchar su voz de nuevo, aunque fuese a través del teléfono. Esa primera conversación entre madre e hija fue larga, fue sanadora. Maribel sólo quería saber cómo se encontraba su niña, cómo estaban sus cuerdas vocales pero, sobre todo, necesitaba saber que estaba bien, que estaba feliz. Julia escuchó atentamente a su madre, su voz le transmitía tanta paz...
Ella también tenía muchas preguntas y, aunque dejó que fuese Maribel la que llevara el hilo de la conversación, tenía que preguntarle eso que llevaba meses necesitando saber.
– Mamá, ¿cómo está Javi? – se atrevió a pronunciar después de más de media hora de conversación.
– Está bien. Ahora se encuentra bien. Está viviendo en Sevilla y... – Maribel esperaba esta pregunta y tenía muy claro cómo debía contestar.
– Mamá, lo he hecho todo mal – interrumpió Julia.
– Cariño, ya queda muy poco para tenerte en casa. Cuando estés aquí, hablaremos de todo con tranquilidad.
– ¿Querrá hablar conmigo? – preguntó Julia con pocas esperanzas.
– Sí, seguro que sí.
– ¿Cómo lo sabes? ¿Tú has hablado con él?
– Sí, hemos hablado. Pero hija, ahora no te preocupes por eso. Cuando estés aquí, ya charlaremos de lo que quieras. También podrás llamar a Javi y preguntarle lo que necesites saber o contarle lo que quieras. Eso es algo entre vosotros. Pero bueno, ahora lo importante es que disfrutes estos pocos días que te quedan allí y que agradezcas a esas personas lo que han hecho por ti en estos meses, no te olvides.
– Ya lo estoy haciendo. Hay gente que ha sido tan buena conmigo en este tiempo... no me quiero despedir de ellos – respondió Julia.
No había conseguido sacar nada en claro, pero conocía a su madre y sabía que no le iba a decir nada más de lo que ya le había contado. Ella tampoco se sentía con fuerzas en ese momento para seguir con el tema. Terminaron la conversación poco tiempo después, se despidieron afectuosamente y decidió centrarse unos días más en todo lo que le quedaba por vivir antes de volver a casa. Para lo demás, ya habría tiempo.
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Acababa de embarcar hacía apenas unos minutos. Estaba bastante cansada del trajín de estos últimos días en Barcelona después de la final. Iba dispuesta a dormir, aunque fuese media hora, durante el vuelo de vuelta a Cádiz. Tras acomodarse en su asiento, accedió desde el móvil a esa lista de Spotify que tenía desde hacía años y que siempre escuchaba en los viajes. Se colocó los cascos, bajó la visera de la gorra que llevaba puesta para protegerse de la luz, cerró los ojos y le dio al play:
"Como el agua que se evaporó
La moneda que lancé al aire
La sonrisa que se apaga
La ola que el mar tragó..."
No sabía si creer en el destino o no pero, cuando pasaban estas cosas, no dudaba en hacerlo. Sonrió levemente. Siempre le encantó esa canción y la dominaba bastante bien, la había cantado muchas veces. Pero ahora estaba claro que se trataba de una de esas canciones que marcaban su camino. Era la canción que le había abierto las puertas a toda esta locura, la que le dio el pase a vivir todo lo que había vivido en los últimos tres meses.
Y como no podía ser de otra manera, esta canción la transportó al inicio de todo. Empezaron a brotar en su cabeza montones de recuerdos que había ido acumulando desde aquel 19 de septiembre. Y, sin remedio, todos los que evocaba con mayor nitidez, tenían un mismo protagonista...
Recordaba perfectamente la última conversación que había tenido a solas con Carlos en el casting final. Ya habían presentado la canción en grupo. Seguía en el casting, pero Julia no estaba nada contenta con el resultado y aunque se estaba tomando ese día con relativa tranquilidad, el hecho de no sentirse orgullosa de esa actuación, le había generado incomodidad. Ahora solo les quedaba el tema en solitario y no podía parar de pensar que iba a volver a fallar. Decidió separarse unos minutos del resto y se sentó en un banco de madera situado justo en el pasillo que daba a la habitación donde se encontraban esperando los aspirantes.
Carlos salió de la habitación con intención de ir al baño que se ubicaba justo al final de ese pasillo pero, al verla allí en el banco, interrumpió su camino y se sentó junto a ella.
– Estoy nerviosísimo, necesito cantar ya la última canción – dijo Carlos.
– Yo no sé si quiero cantar, porque después de la grupal, creo que va a servir de poco...
– ¿Qué dices? Si os salió bien. Tú estuviste muy bien.
– Carlos, que se me fue la letra y parecía un robot mareado. Tú igual me estás equivocando con otra – dijo Julia medio de broma, medio de verdad, invadida por esa inseguridad que le caracterizaba.
Carlos la miró con ternura.
– Pero no inventes cosas. Que te digo que estuviste bien, casi todos hemos metido la pata en algún momento por los nervios, pero te salió genial. Y no eras un robot, a mí me pareció que te movías muy bien...
– Carloh... – respondió Julia arqueando las cejas.
– ¿Qué? Es verdad. Lo hiciste bien y ahora lo vas a hacer mejor aún.
– ¿Y eso como lo sabes?
– Pues porque eres tú: Julia Medina, primera concursante confirmada de Operación Triunfo 2018.
Una sonrisa se dibujó en la cara de Julia. No confiaba para nada en que eso fuese a ser así. Pero la seguridad con la que Carlos había pronunciado esas palabras, le acaba de devolver las ganas de plantarse delante de Noemí y de los demás y cantar la canción de Shakira que tanto había practicado para ese momento.
Carlos le dio un breve abrazo y continuó hasta el baño. Poco después, llamaron a todos a la sala y uno a uno, fueron interpretando sus temas. Ella lo hizo con fuerza. Había tenido algún fallo, pero estaba contenta. A mitad de la canción, se había girado hacia sus compañeros y sin saber muy bien por qué, sus ojos se detuvieron en él, que la miraba con una sonrisa de orgullo. Justo ahí, volvió a sentir lo mismo que unos minutos antes había sentido sentada en ese banco de madera del pasillo. Parecía que Carlos, casi sin conocerla, confiaba en su talento más que ella misma. Confiaba en ella y eso, le sorprendía tanto como le fascinaba.
Ese chico tenía algo, algo diferente. No era para nada como había pensado tras la primera impresión. Bueno, ella también transmitía de primeras una idea bastante alejada de cómo era en realidad. No sabía que opinión tendría de ella, pero sí que había conseguido ver cómo era en realidad en tan solo unos días. Y esto le hacía sentirse cómoda, se volvía fácil hablar con él. Estaba convencida de que, si se conociesen más, podrían ser amigos. Si tuviese la suerte de entrar, le gustaría mucho compartir esa experiencia con él.
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Del vértigo, tú y yo. // Julright.
FanfictionDicen que cuando algo es para ti, acaba llegando. Pero, ¿cómo saber qué es para ti? A veces se cruzan el deber y el querer. Otras veces, la que era tu casa se vuelve vacía y oscura y de repente te encuentras a salvo en medio de un huracán. Esta es u...