Casi las tres de la mañana. Las luces se apagaron y las puertas se cerraron tras ellos. Después de tres meses, después de catorce galas con sus respectivos chats, después de tantas horas de ensayos y tantas dificultades, de tantas lágrimas y también tantas risas... esto había terminado. Bueno, no terminaba aquí, solo evolucionaba, daba paso a otra etapa, que se suponía que iba a ser la mejor, la que marcaría sus futuros. Un futuro que solo deseaban poder vivir juntos.
Unos lloraban de emoción, otros reían como si se sintiesen eufóricos. Llovían besos y abrazos entre ellos, felicitaciones, bromas...
Julia estaba en la calle, en la misma puerta en la que esperaban cada gala a los coches que les llevaban a plató. Los demás seguían dentro. Hacía frío, normal, era diciembre; pero ella había salido hacía un rato. Ansiaba sentir el aire en la cara, le daba igual el frío, le daba igual todo, simplemente necesitaba salir y respirar.
Sabela, al no lograr localizarla, había salido fuera. Tras preguntarle si estaba bien, Julia se había esforzado por mostrar la mejor de sus sonrisas para contestar afirmativamente. Pero la gallega sabía perfectamente que mentía, al igual que Julia sabía que la conocía suficientemente bien para saber que no había sido sincera. Mientras estaban allí, una al lado de la otra, sin hablar y con la mirada perdida, Sabela se giró y vio a Carlos apoyado en la columna que había junto a la puerta, observando desde lejos, sin querer interrumpir. Sabía que debía volver. Dio un beso a Julia en la cabeza y entró. Cuando pasó al lado de Carlos, cruzaron sus miradas. No dijeron nada, pero es que no había nada que decir en ese momento. Nunca habían estado especialmente unidos, pero siempre habían sabido entenderse bien.
– Empaná, que estás empaná, ¿Qué haces? – dijo Carlos mientras le pasaba el brazo por sus hombros.
– Respirar – respondió Julia con una pequeña sonrisa que asomaba por las comisuras de sus labios –. ¿Y tú?
– Pues venir a por ti, que nos vamos ya a la fiesta. Tendrás ganas de un buen copazo, ¿no?
– La verdad que no, estoy cansadísima y mañana tenemos las entrevistas...
Carlos no le dejo terminar.
– Anda, exagerá. Que ya no estás en la academia, ¡que si llegas tarde no te van a dejar fuera!
Julia soltó una carcajada de repente. No es que hubiese sido un chiste, pero a ella le había hecho gracia.
– Bueno, copazo no, pero una cerveza... – dijo sonriente.
– O dos, o tres... – continuó Carlos.
– ¿Me quieres emborrachar, Carlos Right?
– Claro, así te puedo grabar y subirlo a Instagram, para que hagan memes nuevos contigo, que los que hay ya los tengo muy vistos – respondió Carlos con picardía.
Julia volvió a reír intensamente. Se giraron y se dirigieron de nuevo al interior para reunirse con los demás.
– Cuéntame algo de fuera – pidió Julia.
Carlos sonrió con cara inocente.
– Una palabra: julright.
Julia se quedó parada, sonrió y bajó la cabeza. Carlos se la levantó empujando su barbilla con los dedos.
– En serio, te van a preguntar mañana en la entrevista, te lo digo por experiencia.
– ¿A ti te han preguntado mucho? – preguntó Julia con una mezcla de curiosidad y vergüenza anticipatoria.
– Que va, solo un par de veces – contestó Carlos mientras guiñaba un ojo –. Anda, tira, que todavía se van sin nosotros.
Julia le miró a los ojos y sonrió. Carlos volvió a pasarle el brazo por encima y siguieron caminando hasta desaparecer por la puerta.
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Llevaban casi dos horas de fiesta. Julia al final se había animado y lo estaba pasando muy bien. Le encantaba hacer twerking con Marilia, o intentarlo al menos. No paraban de bailar, hacerse fotos, cantar... mañana se iba a arrepentir de tantos gritos, su garganta no estaba para esas palizas. Pero daba igual, hoy todo daba igual.
Ya habían caído un par de cervezas y estaba con una copa en la mano. De fondo sonaba:
"My love, he makes me feel like nobody else, nobody else
But my love, he doesn't love me, so I tell myself, I tell myself
One: Don't pick up the phone
You know he's only callin' 'cause he's drunk and alone
Two: Don't let him in
You'll have to kick him out again
Three: Don't be his friend
You know you're gonna wake up in his bed in the morning
And if you're under him, you ain't gettin' over him
I got new rules, I count 'em
I got new rules, I count 'em..."
Alguien se acercó por detrás y puso una mano sobre su cintura. Sintió el calor de esos dedos sobre su piel. Y sintió su olor. Juraría que ya había vivido este momento. Tomó un sorbo de su copa, cerró los ojos y comenzó a contonearse moviendo sus caderas de un lado al otro. Se sentía algo mareada, demasiado tiempo sin tomar alcohol. Tras unos segundos, se giró y allí estaba él, con su pelo alborotado y esa sonrisa que llevaba como traje. Estaba guapo a rabiar; bueno, era guapo a rabiar. Colocó la mano que no sostenía la copa de cristal sobre su cuello y se acercó a él. Le miró y se acercó un poco más. Podía sentir algunos de sus músculos rozando su cuerpo.
– Al final te han sabido a poco las cervezas, ¿eh? – bromeó Carlos a unos centímetros de su oreja.
– Cállate. Déjame – contestó coqueta.
Carlos parecía feliz. Él apenas había bebido, seguro que era bastante más consciente que ella de todo en esos momentos. O no. Pero daba igual. Necesitaba no pensar, necesitaba un respiro, necesitaba justamente esto.
La música paró. Bueno, no paró, solo terminó esa canción y comenzó otra con una base bastante más lenta. Pararon progresivamente de bailar. Estaban cerca, peligrosamente cerca. Intentaban fijar sus ojos en el otro, pero sus miradas se desviaban unos centímetros más abajo.
– Julia, no deberíamos... – susurró Carlos.
– Lo se... – contestó Julia a tan solo un par de centímetros de su boca.
– Julia, ¡vamos! – gritó Natalia mientras la cogía por el brazo y tiraba de ella hacia un pequeño escenario que habían improvisado – Hoy, por petición popular, te va a tocar bailar otra vez.
Vio a Alba junto a la mesa del dj y comenzó a escuchar: "Estalla la tormenta, el cielo ya está gris, será la última noche que pase junto a ti... "
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Del vértigo, tú y yo. // Julright.
FanficDicen que cuando algo es para ti, acaba llegando. Pero, ¿cómo saber qué es para ti? A veces se cruzan el deber y el querer. Otras veces, la que era tu casa se vuelve vacía y oscura y de repente te encuentras a salvo en medio de un huracán. Esta es u...