Acababan de embarcar. Cuando unas semanas atrás Marilia le comentó que se estaba planteando hacer ese viaje de inmersión lingüística, le pareció una gran idea y la animó a hacerlo. Por eso, cuando un par de días después le dijo que le daba reparo ir sola, no tardó más que unos minutos en apuntarse. Le parecía una oportunidad muy buena y se moría de ganas de ir a Nueva York. Ahora, mientras miraba por la ventanilla entre las nubes, pensaba que ese viaje había llegado justo en el momento que más lo necesitaba. Iba a ser su válvula de escape.
Al poco de despegar, mientras estaba algo adormilada, comenzó a vibrar su móvil. Marilia la avisó.
– Julita, el móvil, que te está sonando.
– Ala, no he avisado a mi madre cuando hemos salido. Me va a matar.
– Yo ya avisé a todos. Escribe también a Javi, no se vaya a preocupar.
Julia guardó el teléfono. Y la miró buscando comprensión.
– No, ya no...
No hizo falta que dijese más. Marilia entendió todo rápidamente.
– ¿Cómo no me habías dicho nada? ¿Cómo estás? ¿Desde cuándo...?
– Desde ayer... pero ya te contaré, ¿vale?
Marilia acarició su brazo y asintió. No quería agobiarla. Julia volvió a colocarse los cascos, cogió el móvil, recorrió con un dedo su lista de canciones y se detuvo en una:
"No soy ejemplo para nada ni para nadie
Tengo miserias como cualquiera de ustedes
14 marcas que me duelen en el alma
Y 100 defectos que me siguen y no aprenden.
Las dudas se divierten, no descansan nunca
Como los miedos que siempre estarán presentes
A veces sonrío sin ganas y al revés
A nadie importa, nadie tiene que saber.
Y aunque las cosas con el tiempo no se olvidan
Voy a estar más alerta, más tiempo conmigo
Que cada vez soy más consciente que la vida
Sin darnos cuenta se consume en un suspiro.
Voy a quererme para quererte mucho más
Voy a tratar de ser mejor y más valiente
Es el momento de enfrentarse a la verdad
Que ya está bien de procurar y perder siempre".
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Sobre las diez u once de la mañana de ese mismo día, Carlos estaba actualizando sus redes con el adelanto de "Inconclusas". A los pocos minutos de entrar en Twitter, comenzaron a aparecerle varias capturas y menciones de un tweet que Julia había puesto el día anterior: "Todo empieza y todo tiene un final". Se detuvo frente a la pantalla. Sabía que Julia se expresaba escribiendo, ya fuesen canciones, poemas o frases sin más; por eso, desde hacía tiempo intentaba descifrar cada mensaje que ponía, como uno más de sus fans. A veces se sentía ridículo por ello, pero no podía evitarlo.
Y esta frase, no podía ser casual. Sonaba derrotista, quizás también pesimista. En esos momentos hablaban mucho, estaban prácticamente al día de todo lo que pasaba en la vida del otro, pero los dos sabían que había cosas que era mejor no tocar. Empezó a barajar que le hubiese ocurrido algo, que no estuviese bien... le preocupaba; pero sentía que debía frenar a la hora de peguntarle, por si se trataba justo de uno de esos temas que ambos se esforzaban por evitar.
Así que, para variar, recurrió a Dave. Pobrecillo, le tenía frito. Pero realmente necesitaba saber si estaba bien, solo eso. Marcó su número.
– Hola, cerduco, ¿cómo estás?
– Pues muy bien, con mucho calor, estamos a ver si compramos un ventilador o algo. Y tú qué, ¿nervioso ya? ¡Qué no queda nada!
– Bueno, nervioso no, expectante. Han sido muchos meses de trabajo y no me creo que por fin el disco vaya a ver la luz. Pero escúchame, no te llamaba para hablarte de eso...
– ¿No? Qué raro... ¿qué os ha pasado ahora? – preguntó Dave, nada sorprendido.
– No nos ha pasado nada, está todo bien. Pero es ella, me preocupa. ¿Sabes si le ha pasado algo, si está bien?
– ¿Qué le va a pasar? Vamos, que yo sepa, está bien. Hace un par de días que no hablamos, pero está bien, con ganas de irse a Nueva York con la Mariliuca.
Estas palabras de su amigo no convencieron a Carlos. De repente, cayó: claro, Marilia. Estaban juntas; si alguien podía decirle si Julia estaba bien, era ella.
– Creo que voy a escribir a Marilia – dijo Carlos.
– No, no lo hagas, hazme caso. Está con ella, no le escribas. Si le pasa algo, te vas a enterar antes o después.
– Bueno, ya veré. Te dejo. Un abrazo.
Y colgó. Dave no tuvo tiempo ni a despedirse. Sabía perfectamente que ese "ya veré" se podía traducir en que le iban a faltar segundos para escribir a Marilia. Y no se equivocaba.
"Hola, Marilia. ¿Qué tal por Nueva York? ¿Mucho jet lag? Necesito saber algo, solo esto, ¿le ha pasado algo a Julia?"
Al poco, Marilia tan solo respondió: "Imagino por dónde vas... pero es mejor que te lo cuente ella. Eso sí, deja que pasen unos días, ¿vale?"
No le hizo falta más. Claro que eso era lo primero que había pensado nada más ver su tweet. Pero si no había pasado antes... ¿por qué ahora? Igualmente, estaba dispuesto a seguir el consejo de Marilia y dejarle su espacio, lo último que quería era agobiarla.
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Por fin, después de meses de trabajo, el día 17 de mayo de 2019, su disco veía la luz. Estaba tan nervioso unos minutos antes, que no sabía qué hacer. Pero bastaron un par de horas para que el nerviosismo se transformase en la más absoluta emoción, tras la acogida que estaba recibiendo su trabajo.
Estaba tan activo, que no conseguía pegar ojo. Ya avanzada la madrugada, mientras revisaba los miles de mensajes de amor que estaba recibiendo, encontró uno, el más especial. Julia había compartido su canción (porque, al fin y al cabo, era para ella) acompañada de dos palabras: "Madre mía". Sabía que no solo le gustaba por su significado, si no que realmente le parecía un buen tema. Pero que, de todo el disco, hubiese compartido justo esa, decía mucho para Carlos.
Tras leer su tweet, dudó si escribirle o no. No sabía si debía seguir el consejo de sus compañeros y darle unos días, pero bueno, al fin y al cabo, todo esto no tenía nada que ver con ese asunto.
Abrió WhatsApp y fue directo a su conversación:
Carlos: Yo ya jajaja es broma, pero muchas gracias!
Julia: ¿Estás leyendo la de cosas buenas que te está diciendo la gente?
Carlos: Sí, estoy alucinando. Es que aún ni me lo creo.
Julia: Pues creételo, porque te está pasando de verdad. Te lo mereces un montón.
Carlos: Julia, gracias por confiar en mí desde el principio. Sabes que este disco no sería tal y como es si no nos hubiésemos conocido.
Julia: Estoy muy orgullosa de ti, Carlos Right.
Carlos: Gracias, leona. Disfruta en Nueva York.
Julia: Gracias a ti, por todo. Nos vemos muy pronto.
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Del vértigo, tú y yo. // Julright.
Hayran KurguDicen que cuando algo es para ti, acaba llegando. Pero, ¿cómo saber qué es para ti? A veces se cruzan el deber y el querer. Otras veces, la que era tu casa se vuelve vacía y oscura y de repente te encuentras a salvo en medio de un huracán. Esta es u...