Capítulo 22

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Dania;

Nada más irse Meri y Nahuel me quedo quieta mirando una foto en mi escritorio en la que estamos ella y yo junto a mis hijos.
Agarro la foto y la miro con detenimiento comenzando a recordar.
Siento una punzada dentro de mí pecho, no he sido justa con Meri.
Ella ante todo es mi mejor amiga. Nunca me ha dejado sola, siempre me ha apoyado en los momentos más difíciles de mi vida.
Realmente estoy siendo muy cruel con ella.
Decido mandarle un mensaje pidiéndole que vuelva a casa necesito suplicarle su perdón.
Una amiga es fácil encontrarla, pero es muy difícil conservarla.
Y por todos los años que hemos estado juntas debo permanecer a su lado apoyándola y ahora más que se encuentra su madre haciéndole la vida imposible, como no he podido caer en la cuenta antes que es  ella quien me necesita más y yo egoístamente pensando en mí.

En ese momento me llama Nahuel. Respondo a su llamada, ahi algo que me hace sospechar y quiero saber si mi intuición me falla o no.
Quedamos en vernos por la tarde e ir a merendar con los niños.
Él acepta encantado, incluso me hace sentir mal por tener que escucharle su voz quebrada.

Los primeros en llegar al lugar fuimos nosotros. Nahuel no tardó en reunirse con nosotros.
Los niños nada más verlo se abalanzan a él como si se tratase de un Superhéroe. Me quedo observando la escena, se ve que Nahuel y los niños se entienden muy bien.
Pero antes de dar un paso necesito hablar con él para que me explique varias cosas que no llego a entender.

Mientras los niños juegan, él y yo tomamos asiento en una mesa. Durante unos minutos observo al hombre que tengo delante mío, sus ojos oceánicos me observan tristes, su rostro es serio y sus labios permanecen cerrados esperando que sea yo quien hable.

— Gracias por venir. — Empiezo hablando algo seria.

— Antes de nada, no quiero agobiarte, sabes cuáles son mis sentimientos hacia tí, pero si tú no quieres recibir mi amor, lo entiendo. Pero no estoy de acuerdo que tú y Meri estéis alejadas. Ella es tú amiga incondicional, nunca ha hecho cualquier cosa para lastimarte. Todo lo contrario, se desvive por ti y los niños. No le guardes rencor, si debes de odiar ha alguien, que sea a mí.

— Yo también quiero disculparme por mi actitud tan grosera.
Tal vez he volcado mi resentimiento contra las personas que amo. No sabes cómo me sentí cuando me contaste todo referente a Jared.
He vivido durante cinco años soñando con la idea de volver a verlo vivo, el haberme enterado de su trágico desenlace me hundió en todos los sentidos. Y... Diría que para tapar mi dolor de alguna manera, debía de culpar alguien de su muerte.
Después de haber reflexionado, me he dado cuenta que todo tiene un porqué, y en ocasiones nadie sabe resolver el misterio del porqué suceden los hechos. Incluso una misma llega a culparse por no haber hecho las cosas correctamente.

— Dania, al igual que tú, yo también sé lo que es perder alguien que te importa en verdad. Incluso yo mismo me arrepiento de cosas que no supe hacer bien. Y aún así, deseo que ante esa capa de nostalgia, nadie te quite tu bella sonrisa, pienso que tú amor no es para cualquiera, ni tus labios son objeto de deseos pasajeros. Debes vivir la vida a tú manera, con quién creas tú que te da vida. Recuerda, que hagas lo hagas y decidas lo que decidas, siempre vas a ser lo mejor para las personas que te conocen y te aman.

— Nahuel, me gustaría saber porqué sientes amor hacia a mí, aunque me da la sensación que te inclinas más por Meri por la manera de defenderla la otra vez en el restaurante cuando empezó a picarte Giovanni.— Nahuel me mira divertido empezando a reírse.

— Con Meri no tengo nada, simplemente somos amigos. Me cae muy bien. Sobre Giovanni, nos conocemos desde hace años y podría decirte que no me agrada la idea de que pueda hacer llorar a Meri. Giovanni es un hombre que solo piensa en sí mismo, y como mujeres no le faltan, se piensa que es un Dios griego. Cómo lo conozco muy bien, podría decirte que Meri es todo un desafío para él. Al sentirse rechazado, estoy seguro que hará lo que haga falta para que ella termine en la cama con él. Por eso trato de evitarlo, Meri no merece ser humillada por alguien como él.
Y respecto a mis sentimientos por tí, te confieso que tienes un rostro muy bello, una mirada dulce  que hace que cada vez que te vea quede más cautivado por tí.
Por ello, necesito ir conociéndote más a fondo, para ir queriéndote poco a poco, despacio, con calma arriesgándome para ir amándote como yo sólo sé, con intensidad, con toda mi alma haciéndote entrega de mi corazón pretendiendo ser tú amigo, tu aliado, el hombre en el cual te apoyes y me entregues tus besos, tus caricias, tus reproches, tú sonrisa y me digas que me amas.
Sigo pensando, que aunque no quieras abrir tu corazón de momento, debes tener en cuenta a la persona correcta para compartir tú vida. Aquella a la que no le tengas que mendigar nada, ni amor, ni apoyo y mucho menos amistad. Porque el hombre que esté dispuesto a amarte como te mereces, estaría dispuesto a darlo todo antes que tú se lo pidas. 

La Realidad Ante Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora