Capítulo 19

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Estoy sentada enfrente de Nahuel agarrando un vaso de Coca cola. Lo miro sin pestañear impaciente por que me diga de una puñetera vez qué misterio se trae aquí el modorro este.
Veo que se levanta dejando despacio la botella de cerveza. Vuelve a posar sus ojos en mí.
¡Madre del amor hermoso!
Como siga tardando en pensarlo, me van a salir canas.

— Meri, antes de nada, quiero disculparme contigo por haberme mostrado en una actitud algo cariñosa antes. Debes saber, que eres mi  amiga, me caes muy bien, tal como  conozco a Giovanni Ferretti  para saber cuáles son sus intenciones sobre las mujeres. Y por ello, trato de protegerte de alguien como él que te ve como una distracción.

— ¡Bah! Por eso no te preocupes, ese galán salido de la gran pantalla, no tiene mucho que hacer conmigo. Tengo ojos en la cara,  no voy a negar que es atractivo. Pero también tengo mi corazón, y orgullo. Y ambos no serán pisoteados y heridos por un hombre que solo soy un reto para él.
Yo tengo claro que deseo un hombre que me acepte, respete, y me quiera.

— Me alegro que pienses así. Porque es precisamente eso lo que siento por Dania. Respetarla, aceptarla tal y como es, y amarla por el resto de nuestros días.
Pero hay algo que me impide cumplir ese sueño.

— Habla, te escucho. — me pongo cómoda cruzando mis piernas observando a Nahuel cómo su voz se quiebra y sus ojos se van llenando de agua.

— Verás, resulta que yo desde adolescente me diagnosticaron una enfermedad del corazón. Durante años he seguidoo un tratamiento y me llegaron a operar. He vivido más tiempo en los hospitales que en mi propia casa.
Después conocí a la que sería mi esposa. Cobarde, le oculté lo que me ocurre puesto que mi corazón volvió a fallar. Ella, comenzó a sospechar e imaginarse cosas y por no querer decirle que algún día moriré, preferí dejarla ir pensando de mí lo peor.
Al menos, me quedé con el consuelo de saber que ella sería feliz mientras yo espero la muerte.
Conocí a Jared mediante sus libros. Me leí todas sus novelas los días que me encontraba en el hospital. Por ello acudía a todas sus presentaciones y firmas de libros.
Y aquel día en el cual ocurrió el fatídico accidente. Yo pude conocerlo en persona.
Hablé con él hasta que de pronto escuchemos una explosión, las personas empezaron a gritar a romper cristales...
De pronto vi a Jared quemándose. Hice lo que pude para apagar las llamas que los estaban abrasando. Acto seguido, en mitad del caos, llamé a mi padre contándole lo ocurrido.
Él no tardó en venir a buscarnos y llevarnos al hospital donde él trabajaba.
Allí, mi padre trató a Jared y me curó las heridas a mí.
Me acuerdo que una mañana mi padre vino a mi habitación sonriente.
Le pregunté y me extendió un informe de algunas pruebas realizadas a Jared. Su corazón era compatible conmigo.
Al principio vi las intenciones de mi padre, pero me negué.
Por aquel entonces, me quedaban meses de vida, aún así ya había aceptado la muerte.
El tiempo que estuve junto a Jared lo conocí a fondo. Me habló sobre Dania, sus hijos, su vida en general. Incluso en una recaída que tuvo debido a las quemaduras que se produjo. Me hizo prometer que buscaría a Dania para hacerla feliz.
Desde aquel día ya no volví a ver a Jared, tuve una recaída, mi padre me volvió a ingresar, mi vida se estaba acordando.
Entonces un día desperté, aún recuerdo como Sophie, la enfermera que me cuida y mi padre sonreían.
Entre sollozos mi padre me abrazó, le dijo que todo había salido bien. No entendí a lo que se refería, hasta que pregunté por Jared y me dijo que había muerto.

— Espera un momento. ¿Tú cuando conocías a Dania ya sabías que Jared estaba muerto?

— Sí.

— Y...¿Porqué su cuerpo no apareció antes?

— En un principio yo pensé que mi padre lo había entregado a la policía. Pero no lo hizo. Más tarde me enteré que estaba en el depósito de cadáveres debido a que mi padre no quiso entregarlo por miedo a que la policía pudiera descubrir que el cuerpo de Jared había servido para experimentar con él. Mi padre además de médico cirujano, era investigador científico. Y su propósito era dar con la solución para tratar las quemaduras de tercer grado y reconstrucción de rostro.

La Realidad Ante Tus OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora