Rebusqué entre las amarillas hojas de aquel grueso libro de anuncios un buen laboratorio para imprimir las fotos que había tomado ayer. Bela había partido temprano a su empleo y llegaría hasta tarde, así que tenía que buscar alguna manera de pasar el rato.
Refunfuñé para mis adentros por no entender nada de lo que me mostraba el libro y me pregunté entonces cómo podría encontrar el laboratorio si no sabía ni siquiera leer el anuncio. Definitivamente tenía que aprender italiano. Aquella idea me hizo pensar en Dean y reí como tonto al recordarle. Pero eso abrió paso a una pregunta que me hizo fruncir el ceño... ¿por qué?
Sin embargo, no era tan tonto como para no entender absolutamente nada de ese anuncio, me ubiqué un poco al distinguir las imágenes y garabateé la dirección en un papel de aquel lugar que parecía ser lo que yo buscaba.
Salí del departamento con la dirección en mente que afortunadamente había encontrado en la guía, mientras trataba de acomodar mi cámara fotográfica en la mochila color verde olivo que cruzaba por mi pecho. Mis pies siguieron caminando entre tanto que intentaba introducir toda la cámara y de pronto mi andar se vio interrumpido al chocar con otro cuerpo.
– ¡Lo siento! –dijimos ambos al unísono.
Levanté mi mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana y pálida hacía lucir oscuros sus ojos, sin embargo poseían un hermoso color verde con motas de luz y las pestañas se expandían con firmeza hacía arriba. El cabello en su cabeza, perfectamente acomodado y peinado, de un color oscuro que resaltaban su mirada. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y un par de arruguitas se formaron a los lados mientras se dibujaba una bonita sonrisa curiosa.
– Hola –pronunció.
– Hola –le dije medio atontado por el bello rostro juvenil que tenía justo enfrente.
– Perdóname, es que soy un poco distraído. –musitó ligeramente.
– No, no, el distraído soy yo –le dije soltando una risita.
– Soy Matthew, pero dime Matt –me estrechó la mano.
– Castiel Novak –me presenté.
– Eres americano –adivinó.
– Sí, California, de allí vengo.
– ¿En serio? Yo nací en Texas. Soy americano también pero llevo mucho más viviendo aquí.
– Ahora había entendido entonces, por qué me había hablado desde un principio en español; pero luego dirigí la mirada hacía la puerta del departamento en el que se iba a introducir antes de que yo le chocara.
– ¿Vives aquí? –balbuceé, al captar el trío de números que formaban el trescientos ocho.
– Sí, con una tía, son mis raíces europeas.
La vieja gruñona con la que Bela me había dejado la llave de su apartamento era tía del lindo muchacho que me sonreía en este instante. Abrí los ojos ante la sorpresa.
– ¿Eres sobrino de la señora Montórfano? –inquirí.
– Sí, ¿la conoces?
– Sí, bueno, no –dije y su expresión pasó a ser una mueca de confusión– mi amiga me dejó la llave de su departamento aquí y sólo pasé a recogerla, de allí conozco a tu tía –expliqué.
– ¡Oh! ¿Eres tú el chico apuesto que se mudó con Bela? –preguntó como si hubiese completado un rompecabezas en su memoria.
– Sí y... gracias por lo de "apuesto".
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Manual de lo Prohibido | Deancas | Completa
Fanfiction¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Castiel se topará con alguien de quién no debe fijarse. NOTA: ESTA NOVELA NO ES MÍA. Créditos para @Jalyhg la grandiosa escritora de esta novela. Realmente es una novela que se ha quedado en mi mente por año...