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Marcha Atrás

Ryan

Su cabeza cayó sobre mi pecho, con los ojos cerrados y su cuerpo sin las fuerzas suficientes como para mantenerse de pié.

Sentí como la culpa me carcomía lentamente, sabía que ella se enojaría conmigo y muy probablemente nunca me perdonaría, pero no me arrepentía.

Di un vistazo al lugar donde había estado Thomas hace sólo un momento atrás, que ahora sólo quedaba el hueco de su cuerpo hundido sobre las sabanas de su prima y por un segundo me lo imaginé a él solo en mi mundo, un lugar oscuro y podrido sin ninguna ley que seguir.

En realidad si había una; No interferir con la vida o incluso la muerte de los demás seres vivos existentes en esa o en cualquier otra realidad, y el castigo de desobedecer esa regla era una espantosa muerte para el culpable y para la víctima. Obviamente sentí pena por Thomas, pero definitivamente no iba a dejar que Támara se uniera a él en su misión suicida para intentar salvar a su amiga, porque si de algo estaba seguro era de que los tres morirían.

El portal a mi realidad era demasiado fácil de hacer, pero a la vez era tan secreto que ningún humano normal podría hacerlo, por lo que no era ninguna sorpresa que ellos averiguaran como hacerlo a la primera.

La idea de que Tamara volviera a intentarlo cayó como un balde de agua fría sobre mi cabeza, y la preocupación no paraba de aumentar sabiendo lo cabeza hueca que podría llegar a ser esta chica.

Retire un mechón de su cabello por detrás de su oreja, dejándome un espacio libre para que mi fría piel haga contacto su cálida mejilla, casi instantáneamente ganándome una queja inconsciente de su parte.

Deslicé mis manos por debajo de su espalda y piernas, cargandola en mis brazos y ejerciendo algo de fuerza sobre estos para poder sostenerla cómodamente.

Siempre era así conmigo, estaba cansado y me sentía frustrado de este miedo que ella me hacia sentir cada vez que lograba tener cualquier tipo de contacto físico con su persona, temiendo lastimarla y creando una fuerte paranoia en mí.

No era necesario pensarlo mucho para saber que mentalmente iba a ser difícil dañarla a este punto, quiero decir, con el simple hecho de no reaccionar al darse cuenta de que yo, lo que los humanos llamaban una criatura, realmente existía, seria algo extraño que se perturbe por algunas otras cosas como mis acciones, aunque claramente también ella tenía un limite.

Ella era fuerte.

Ahora solo quedaba chamuscarme la cabeza para saber que palabras usar al momento de enfrentarme a esta terca chica cuando despierte.

Claramente no iba a poder decirle "¡Ah! Ese humano, tranquila que probablemente ahora este siendo utilizado como rata de laboratorio por mis queridos compañeros de especie, pero vos tranquila que yo Ryan, te salve y lo envíe a él en tu lugar".

Bueno, que yo sepa no soy fan del masoquismo, por lo tanto esa respuesta no iba a ser la mejor, sabiendo la cantidad de golpes que me iban a llover después.

Dejando el juego de lado, ahora mismo tengo que planear como salvar a ese individuo que nunca debió de ingresar en mi vida ni en mi dimensión y ocuparme de Támara, que actuaría como loca al mismo tiempo.

Genial.

La recoste sobre el sillón en el que antes había estado durmiendo Thomas con la intención de alejarla lo más posible del portal a mi realidad que se había convertido la cama, pero apenas su cuerpo rozó la tela del sofá se removió para darme la espalda mientras murmuraba algo de lo que yo era incapaz de entender.

Intenté pensar en una solución razonable a todo esto, pero no las había; o abandonaba a Támara acá y me iba a salvar a sus amigos de mi especie o abandonaba a Jessica y a Thomas allá y me quedaba con Támara que seguramente me odiaría.

Debía arriesgarme, no había opción.

No podía atarla al sofá, aunque lo intentara ese objeto no tenía de donde agarrarse, así que tenía que arriesgar su vida tambien. Sentí el nudo de incomodidad en mi garganta porque realmente no quería hacer esto, pero no tenía demasiada elección.

Irónicamente y aunque haya evitado que se vaya hacia mi dimensión anteriormente, no podía evitar lo inevitable, Támara iría de todas formas y por lo menos así contaría con mi proteccion.

Támara

Sentí una presión en mi mejilla, el sólo tacto de esa persona me hacia estremecer, haciéndome suspirar. No era muy consciente de lo que pasaba a mi alrededor, a penas y podía entreabrir mis ojos para lograr ver toda la habitación borrosa.

- ¿Thomas? ¿Dónde estamos? -Mi voz salió a modo de susurros.

Me queje al notar que era incapaz de moverme por el cansancio y a durás penas logré ver como una silueta se dejaba ver frente a mí, dándome a entender que Thomas ya estaba despierto, pero nadie respondió

- Thomas.  -Lo llamé, alejando su mano de mi cara para luego intentar sentarme mientras abría y cerraba mis ojos, buscando algo de claridad- Ryan. -Me atragante con mi saliva al reconocerlo.

Retrocedió bajo su mirada sin emoción, sintiendo como el frío caía sobre mi cuerpo repentinamente.

- Tam, ¿Como te sentis? - La preocupación bailaba en su voz al hablar y sus oscuros ojos de alguna forma extraña brillaban.

¿Realmente me pregunta esto ahora? Lo miré confundida y casi como si me estuviera vacilando, pero al no responder me di cuenta de que me lo preguntaba en serio.

- Increíble. -Junté mis manos sobre mi regazo- ¿Dónde está Thomas? -Vi su mandíbula tensarse cuando pronuncié el nombre. Era estúpidamente obvio que nosotros estábamos en casa de Jessica y que ella se encontraba secuestrada en otra realidad, pero no veía a Thomas por ninguna parte.

- No aquí. -Esquivó mi mirada hasta mirar mis piernas, donde se quedo por un largo rato- Pero no te preocupes por él, iremos a buscarlo pronto. -Aseguró.

- ¿Qué? -Me quedé calculando sus palabras por un tiempo que él se dedicó a quedarse quieto en su posición, temiendo que yo explotará en cualquier momento- ¿Vamos a tu realidad? —La duda y emoción se escapó por mis labios en el momento que él asintió, ganándome una mirada cargada de sorpresa.

Finalmente podríamos ir a salvar a Jessica y supongo que ahora también a Thomas.

- Vamos. -Se levantó de la silla en la que había estado sentado desde antes de que yo despertara para tomar mi mano y guiarme hasta la habitación de la chica que dentro de prácticamente nada iríamos a salvar.

Finalmente te iremos a buscar Jessica, y te aseguro que donde sea que estés te traeremos de vuelta, con vida.

A Través Del CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora